Pese a ser una aldea, que pertenece al municipio onubense de Almonte, El Rocío tiene entidad propia ya que alberga la Ermita en la que se venera a la advocación mariana que cuenta con la romería más multitudinaria y popular de España.
Este lugar se encuentra junto al Parque Natural de Doñana y su disposición urbanística es característica, con casas – la mayoría con porche-, de poca altura, calles sin asfaltar – de tierra- y con unas vistas a la marisma inigualables.
Tanto por la tradición y fe religiosa como por el paisaje, El Rocío es un lugar idóneo en el que estar menos de 24 horas y vivir una experiencia inolvidable.
Santuario
Lo más llamativo de la Aldea es el Santuario erigido para la Virgen del Rocío. Se comenzó en 1964 y fue proyectada por los arquitectos Antonio Delgado-Roig y Alberto Balbontín de Orta. Su bendición se hizo en 1969 y desde 2006 fue catalogada como Bien de Interés Cultural, en la categoría de Sitio Histórico.
La planta es de cruz latina y en su altar mayor, flanqueado por una reja, se venera a la Blanca Paloma.
Estar un rato en este lugar, contemplando su belleza y a la Virgen es un buen punto de inicio para una jornada maratoniana.
Una vez terminada la visita, el viajero puede dirigirse a la capilla votiva, donde cientos y cientos de velas se encienden por los devotos tanto para dar las gracias por algún favor concedido por la Virgen como para encomendarse a Ella para pedir su intercesión. Son velas de promesa que se prenden con la mayor fe.
Paisaje
Al salir de esta capilla, contemplará la marisma, un humedal en el que habitan distintas especies de flora y fauna y que forma parte del Parque Natural de Doñana. Desde varios puntos se puede divisar esta paisaje único.
Para adentrarse y conocer un poco más, se pueden contratar excursiones de unas horas en vehículos todoterreno especializados o a caballo con los que dejarse atrapar por un atractivo único y con especies animales y de plantas que en pocos lugares podrá contemplar.
De vuelta en la aldea, podrá degustar comida típica andaluza, como pescado frito y marisco o guisos caseros regados con vinos autóctonos del Condado de Huelva. La experiencia gastronómica en restaurantes de hoteles, como Laboca en el Hotel La Malvasía o Toruño en el hotel del mismo nombre, o sólo establecimientos hosteleros enriquecerán la jornada.
Paseo
Recorrer las calles de aldea resulta interesante. Puede pasear a pie o contratar un coche de caballos y hacer el recorrido más agradable. También se puede ir a caballo, con un grupo de personas y un monitor.
La jornada finalizaría con una cena en alguno de los locales dispuestos en la zona y rematarla en los bares que ofrecen música en directo, voz y guitarra, con música flamenca y sevillanas donde la gente acompaña a los artistas con palmas y baile en un ambiente distendido y que pondría el broche final a una intensa y variopinta jornada.
Eso sí, si el visitante acude en época de Pentecostés, este año los días previos al 20 de mayo, será más complicado realizar esta ruta por la masificación y porque habrá algunas actividades que se interrumpen.