La inminente llegada de Kylian Mbappé al Real Madrid tendrá efectos colaterales, especialmente en los jugadores que operan en su área de influencia. Se especula mucho con la pérdida de protagonismo de Rodrygo, que podría ser el gran damnificado por la llegada del francés, pero hay otros que también perderán foco como Joselu, al que el Real Madrid le invitó a escuchar ofertas antes de su aparición decisiva ante el Bayern. El ariete ha dejado claro que su idea es quedarse en el Real Madrid y Ancelotti insiste al club en ejecutar la cláusula de compra de un futbolista que siempre suma (17 goles) y nunca pone una mala cara.
Pero hay un caso especialmente peliagudo en el vestuario, que hay que manejar con mucho tacto. Se trata de Arda Güler, la joya turca que ha confirmado las buenas expectativas que llevaron a ficharle. El joven talento ha aprovechado cada minuto que le ha dado Ancelotti, con quien también ha protagonizado algún desplante por su falta de oportunidades. Carletto, de momento, maneja la situación con su habitual oficio e inteligencia emocional, y en lugar de apartarlo por sus malas caras, le ha dado cariño y minutos cuando ha podido.
El mejor de Europa
Güler suma cuatro goles en 293 minutos en Liga (uno cada 70,7), lo que le convierte en el jugador más eficiente ante la puerta rival de todas la ligas europeas por delante del sueco del Celta Williot Swedberg (73,5), del colombiano del Aston Villa John Durán (74,4), del inglés del Bayern Harry Kane (78,9), y del mismísimo Kylian Mbappé (79,9).
Un dato que destacaba más poéticamente el propio Ancelotti en la rueda de prensa posterior al partido ante el Alavés, en el que Arda marcó el quinto gol que cerraba la goleada: “Arda tiene un don… Marca goles, también incluso cuando no los merece. Tiene un don ante la portería porque está claro que el balón está enamorado de Güler”. Los goles de Güler, cuyo cambio de comportamiento en la segunda parte de la temporada ha sido muy bien recibido en las altas esferas del club, han maquillado los incidentes que protagonizó en el primer tramo por su carácter y su falta de minutos. El delantero turco, de 19 años, se ha ganado el corazón de la afición y un puesto en la plantilla del Real Madrid 2024-25 a base de goles y de jugadas que han puesto de pie al Bernabéu por su enorme talento.
¿Minutos fuera o frustración en el banquillo blanco?
“Le tenemos mucho cariño todos, el club, la plantilla y el cuerpo técnico. Es el más joven del vestuario y es un gran talento. Estamos muy felices de que esté aquí y pueda estar aquí en el futuro”, apostillaba Carletto al ser preguntado por él. Nadie duda de la calidad del otomano, pero el dilema que existe en el club, y en el propio staff técnico, es si es mejor que se quede en el Madrid para jugar los minutos en los que el técnico dará descanso a Mbappé, Vinicius o Bellingham, o si es mejor cederlo a un club que juegue en Champions y baja cogiendo rodaje y más peso futbolístico para regresar al Madrid más hecho, como ha ocurrido con Dani Carvajal o con Brahim.
Los últimos goles parecen haber inclinado la balanza hacia lo primero, ante el entusiasmo que está generando el turco cada vez que pisa el césped. El problema es que el overbooking atacante del Madrid el año que viene puede acabar por frustrar a los futbolistas que ocupan esa posición y se van a quedar sin minutos. Y Arda, en plena fase de desarrollo, es un diamante por tallar para el futuro que necesita minutos y desafíos a los que enfrentarse para crecer. Nadie en el club duda de que Güler debe ser un jugador diferencial en el Madrid dentro de un lustro, pero ahora deben manejar con tacto la situación para no frustrar al chico y tutelar su crecimiento futbolístico con acierto. Es una de las decisiones más importantes que se afrontarán tras la final de Wembley. El club tiene más de media docena de ofertas de clubes de toda Europa pidiendo su cesión, pero Ancelotti y Davide se tienen que sentar con Juni Calafat y José Ángel Sánchez para tomar una decisión trascendental.
Si se va, todos entenderán en el vestuario y en la grada que es una decisión tomada buscando el beneficio del jugador. Si se queda, la plantilla lo celebrará como festejó el gol al Alavés, tras el cual todo el staff técnico, fisios, médicos y todos los empleados del club celebraron efusivamente con el chico su gol al final del partido. El Madrid tiene una diamante y ahora debe decidir cómo tallarlo.