Iba todo viento en popa, mejor incluso de lo que nadie podía esperar. Tras un año fuera del circuíto por los problemas en el tendón del psoas que solo le permitieron disputar cuatro partidos en 2023, Rafa Nadal había vuelta a las pistas en Brisbane como si nunca se hubiera ido. Despachando con facilidad sus dos primeros choques del año, alcanzando la antepenúltima ronda de un torneo por primera vez que lo hiciera en Wimbledon hace dos años y dando la sensación de estar en el mismo punto ultracompetitivo que le ha encumbrado durante toda su carrera.
“Todo es importante para mí en este momento. Las victorias son importante para mí, pero también lo es que este viernes vuelva a jugar otra vez. Para mí jugar es una gran noticia”, reconocía, haciendo hincapié en la necesidad de ir sumando partidos, en la previa de su duelo ante Jordan Thompson, número 55 del ránking. A priori un rival más que asequible para un Nadal a buen nivel y que se mostraba feliz por ratificar que “no se me ha olvidado jugar al tenis”.
Y así lo pareció hasta bien avanzado el segundo set, en el que el balear dispuso de hasta tres bolas de partido. Pero no logró cerrar el choque, cedió la segunda manga en el tie-break y la fatiga, aumentada exponencialmente por el incesante calor en Australia, empezó a hacer mella en el ganador de 22 Grand Slams, que notó que algo empezaba a ir mal en una zona muy próxima a la que le dejó al filo de la retirada el año pasado. Un punto de inflexión en el partido, a partir del cual Nadal se dedicó a medir esfuerzos, cayendo derrotado en duelo que se acercó a las tres horas y media (5-7, 7-6 (6) y 6-3).
“El problema está en un sitio similar, pero no es lo mismo. Si hubiera sido lo mismo, lo habría sentido al momento. El año pasado fue el tendón y esto lo siento más a nivel muscular. Ahora mismo, tengo el músculo muy fatigado. Tengo que ver cómo me levanto mañana, pero espero poder estar entrenando la semana que viene en Melbourne. El problema es que es en una zona similar y eso te hace preocuparte un poco más de lo normal”, aseguró el tenista balear, que la semana que viene pasará a ocupar el 451º puesto del ránking ATP tras sumar 50 puntos por sus victorias ante Thiem y Kruber.
“No he tenido una sensación muy buena en la parte en la que me han operado, espero que solo sea una sobrecarga“, abundó un contrariado Nadal, que aseguró que “si solo se queda en eso, habrá sido una semana muy positiva, de no ser solo eso, no tanto”: “En un mundo ideal, lo mejor sería que el músculo esté súper cargado después del esfuerzo de estos tres días y un partido tan duro como el de hoy. Eso sería lo mejor que podría pasar y lo normal de este proceso después de un año sin jugar”.
La mirada en la temporada de tierra
Subyace de sus palabras la sensación de que, como siempre ha ocurrido durante toda su carrera, Nadal se siente listo para pelear contra cualquiera si el cuerpo le deja. Pero en un retorno planteado más a medio plazo, con la vista puesta en la tierra batida de París, donde este año además de Roland Garros se celebrará también el torneo de tenis de los Juegos Olímpicos, cualquier precaución es poca.
Por ello, a sus 37 años, el balear se plantea el año, más que nunca, partido a partido y día a día, tratando de alejarse de las frustraciones implicitas en un regreso tras tanto tiempo alejado de las pistas y sin querer levantar grandes expectativas.
“He estado hablando con mucha precaución porque sé que después de un año es difícil que el organismo esté jugando torneos al más alto nivel. Cuando las cosas se ponen más difíciles, no sabes cómo va a reaccionar tu cuerpo. Necesito estar abierto. Nada cambió para mí. La forma en que lo abordo no cambió en absoluto”, afirmó Nadal tras el traspié ante Thompson. “Necesito aceptar todo como viene. Si suceden cosas, si tengo un problema allí, un problema en la otra parte del cuerpo, necesito aceptarlo“, resumía, consciente de sus limitaciones en la vuelta al más alto nivel.
“El último mes ha sido bastante bueno en cuanto a intensidad, pero no es un periodo de tiempo largo. Quiero decir, espero que no sea importante y espero tener la oportunidad de practicar la próxima semana y jugar en Melbourne. Pero honestamente, ahora no estoy 100% seguro de nada”.