El Real Madrid terminó su participación en la temporada regular de la Liga Endesa con un triunfo ante el Baskonia (106-100) que no le valió para ser primero y que condenó a su oponente a quedarse fuera de los ‘playoffs’ por primera vez en su historia.
El cuarto partido entre ambos desde el pasado 23 de abril se presentaba igual que los tres anteriores de la serie de eliminatorias de la Euroliga, con los dos necesitados de ganar para aspirar a sus objetivos. La diferencia es que, en esta ocasión, ninguno dependía de sí mismo para lograr lo que se proponía.
En lo que se refiere a los locales, las opciones de alcanzar el primer puesto pasaban por una victoria suya y una derrota del Unicaja como anfitrión frente al descendido Zunder Palencia. En el caso de los visitantes, tenían que vencer y esperar un tropiezo del BAXI Manresa en su visita al Lenovo Tenerife.
Así pues, tocaba orientar la parabólica hacia otros pabellones al tiempo que se hacían los deberes propios. Y en ello se afanaron unos y otros, el Baskonia recurriendo a los triples como argumento de más peso hasta el punto de que 12 de sus primeros 14 puntos llegaron desde el perímetro. Todo ello aún teniendo la ausencia de Markus Howard, consumado especialista en el castigo lejano y guía espiritual del equipo.
Respondió el Real Madrid al tiroteo con dos aciertos exteriores de Dzanan Musa y otro más de Alberto Abalde. En esa dinámica, el 28-26 con el que se llegó a la conclusión del primer cuarto reflejaba lo que estaba siendo el enfrentamiento y plantaba las semillas de una tarde de puntaje alto.
Lejos de rebajar su euforia ofensiva, el Real Madrid fue capaz de replicarla hasta el descanso en un festival con muchos cabezas de cartel, hasta cinco de sus jugadores con 7 puntos o más. Aguantó durante un rato el ritmo el bando vitoriano gracias a los mates de un Sander Raieste con muelles en las zapatillas, pero cuando ya se veía llegando vivo a los vestuarios encajó un demoledor 8-0 que tiró por la borda todo el trabajo hecho antes.
A esas alturas de partido el Unicaja ya había despegado en Málaga y el BAXI Manresa mantenía un intenso duelo en Tenerife, por lo que solo parecía jugarse ya algo en la pista el Baskonia. Pese a ello, la diferencia se mantuvo en los nueve puntos durante los primeros ocho minutos de la segunda parte.
Ahí embistieron los hombres de Dusko Ivanovic y acumularon seis puntos sin réplica que les permitieron acercarse y, más adelante, un triple kilométrico sobre la bocina de Codi Miller-McIntyre que les dio el empate a falta de los últimos diez minutos de partido.
En ellos entró el Real Madrid con su destino, el segundo puesto, ya asumido. Y los visitantes obligados a darlo todo para vencer y esperar. La falta de presión aligeró a los locales y la necesidad bloqueó al Baskonia, situación que volvió a desequilibrar el resultado (84-76, min.33).
La distancia la mantuvieron Mario Hezonja y Vincent Poirier, incapaces de conjugar el verbo ‘relajar’ y que se jugaban el tipo en cada entrada a canasta para alejar al contrario cada vez que se acercaba con los triples de Marinkovic. Aún así, el Baskonia se situó a dos puntos a falta de dos minutos y medio.
Daba la sensación de que el plantel vasco lo tenía donde quería, pero dos lanzamientos lejanos de Sergio Llull y Dzanan Musa, el segundo de ellos entrando con suspense, acabaron con sus ilusiones y le condenaron a unas vacaciones anticipadas que invitan a la reflexión de cara al próximo curso.
Ficha técnica:
106 – Real Madrid (28+28+20+30): Campazzo (10), Abalde (10), Musa (19), Yabusele (8), Tavares (9), -cinco inicial-, Poirier (18), Llull (6), Rudy Fernández (14), Hezonja (12), Sergio Rodríguez (-).
100 – Baskonia (26+21+29+24): Chiozza (3), Sedekerskis (11), Marinkovic (17), Rogkavopoulos (6), Costello (19), -cinco inicial-, Kotsar (9), Raieste (9), Miller-Mcintyre (23), Dani Díez (3).
Árbitros: Antonio Conde, Alfonso Olivares y Iyán González. Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 34 de la Liga Endesa disputado en el WiZink Center ante 7.475 espectadores. En los prolegómenos, el pívot Walter Tavares recibió el premio al mejor defensor de la competición de manos del exjugador Felipe Reyes.