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El espectacular anfiteatro romano en el que se ha jugado un partido de fútbol

El anfiteatro de Pula es una de las imágenes más repetidas del turismo en Croacia. De una belleza innegable, bien conservado y situado junto al mar, es uno de esos edificios que nadie se cansa de mirar. Empezó a construirse en los tiempos del emperador Augusto (más pequeño y seguramente de madera) y fue ampliado en época de la dinastía Flavia, sobre todo por Vespasiano, fascinado según cuenta una leyenda romántica por la belleza de su amante, Antonia Cenida, que era de Pula.

Esta ciudad, que hoy tiene unos 60.000 habitantes, está al norte de Croacia, en la península de Istria, cerca de Rijeka y de Trieste (Italia). Ese fue el lugar elegido para construir un anfiteatro que tan atractivo para visitar como el Coliseo de Roma (coetáneo), la Arena de Verona, los de Pompeya, Nimes y Arlés, en Francia, y el de El Djem, en Túnez. Es el sexto anfiteatro romano más grande del mundo, el único que sigue en pie con cuatro torres laterales conservadas, y el único que mantiene los tres niveles arquitectónicos romanos. Cada una de las cuatro torres tenía al parecer dos cisternas llenas de agua perfumada que podía ser rociada sobre los espectadores.

El anfiteatro permaneció en uso hasta el siglo V, cuando el emperador Honorio, hijo de Teodosio I y la emperatriz Elia Flaccilla, prohibió los combates de gladiadores. A partir de entonces, la población local empezó a llevarse las piedras. En la Edad Media se utilizó para torneos ocasionales de los Caballeros de Malta y ferias medievales. En 1789 se extrajo piedra para los cimientos del campanario de la catedral de Pula. La restauración empezó en época del general Auguste Frédéric Louis Viesse de Marmont (1774–1852), durante el dominio de la Francia napoleónica.

La planta es elíptica, de 130 m en la parte más larga y unos 100 en la más corta. Y se cree que, tras su ampliación, tenía una capacidad para 20.000 personas. Hoy, el también conocido como Pula Arena pude acoger a unas 5.000 personas, y allí se celebran conciertos (el 9 de junio cantó Dua Lipa), exposiciones en los pasajes subterráneos, ballet, un festival de cine… Durante los meses de verano se programan luchas de gladiadores como parte del espectáculo histórico y de entretenimiento ‘Spectacvla Antiqva’. Se han organizado también actividades deportivas, como un partido de hockey sobre hielo.

Un día (el 8 de julio de 2019) se instaló un sorprendente campo de fútbol (estrictamente, de ‘fútbol 7’) para celebrar un torneo amistoso entre leyendas del FC Bayern Munich y las de la selección croata, conocida allí como ‘Vatreni’.

El terreno de juego, de hierba artificial, tenía 40 x 20 metros, mucho más pequeño que un campo de ‘fútbol 11’. Y en el torneo participaron dos equipos del FC Bayern München (Bayern 1990 Bayern 2000) y dos croatas, el Team Kranjcar y el Team Srebric, liderados por dos reconocidos ‘Vatreni’. La final la ganó el Bayern 1990 al Srebric (3-2). Quien quiera ver el partido entero puede hacerlo en youTube.

Entre los jugadores alemanes estaban Ivica Olić, Paulo Sergio, Giovane Elber, Martín DeMichelis, Luca Toni, Klaus Augenthaler y Marcel Witecze. En los equipos croatas, Stipe Pletikosa, Robert Jarni, Ivan Klasnić, Marjan Mrmić, Ardian Kozniku, Petar Krpan y Ognjen Vukojević.

El anfiteatro está situado fuera de las antiguas murallas de la ciudad. A vista de dron, como en la fotografía que encabeza estas líneas, luce de una forma espectacular, tan cerca del mar, tan perfecto, como un telegrama del pasado. La carretera que conduce al centro fue construida también en tiempo del emperador Vespasiano, de quien recibió su nombre: Via Flavia.



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