La Región de Murcia posee un valioso tesoro para todos aquellos que busquen cultura, historia, naturaleza, inspiración y fe. Se encuentra en la Comarca del Noroeste y se trata de la ciudad de Caravaca de la Cruz.
En 1998, el Papa San Juan Pablo II otorgó a Caravaca el privilegio de la celebración del Año Jubilar in Perpetuum, que se celebra cada siete años. El próximo tendrá lugar en el año 2024 y la Región entera se prepara con ilusión para recibir a miles de peregrinos con un objetivo común: llegar hasta el Santuario de la Santísima y Vera Cruz. Esta ciudad santa está repleta de curiosidades que no dejan a nadie indiferente. Te contamos algunas de ellas.
Los tesoros de Caravaca de la Cruz
Los caminos del Camino de la Cruz llevan a esta ciudad santa, y entre ellos existe uno que conduce directamente a Caravaca desde la cercana localidad de Orihuela.
Se trata del Camino de Levante y recorrerlo es la manera más especial y reconfortante de llegar a la ciudad jubilar. Un camino repleto de naturaleza, cultura e inspiración que está dividido en cinco tramos diferentes.
Aunque la celebración de la icónica carrera de los Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz tiene lugar cada 2 de mayo, puedes conocer su historia y admirar su belleza durante todo el año en la ciudad jubilar. Solo tienes que visitar la Casa-Museo de los Caballos del Vino, donde se transmite el origen y el presente de un festejo que es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Sin duda, uno de los momentos más emocionantes de las fiestas de Caravaca en honor a la Santísima y Vera Cruz tiene lugar durante las mañanas del 4 y 5 de mayo. Se conoce como ‘La Cruz de los Impedidos’. Es cuando el Lignum Crucis visita las casas de los enfermos e impedidos de la localidad que no pueden desplazarse hasta el santuario para ver a su patrona. La finalidad es transmitirles consuelo, alegría y esperanza.
La sagrada astilla llegó a Caravaca durante el siglo XIII, y aunque no está del todo claro cómo, numerosas fuentes atribuyen el traslado de la misma a los caballeros templarios. Coincidiendo con este hecho, la rápida reconquista de la zona obligaba a la Corona de Castilla a su repoblación y defensa en prevención de incursiones andalusíes. Por eso, la Corona ‘externalizó’ el problema: cedió Caravaca al Temple para que este asumiera su protección. La orden desapareció en 1312. Más tarde, en 1344, el rey Alfonso XI entregó la villa a la Orden de Santiago, que permanecería más de cuatro siglos en Caravaca.
La huella de San Juan de la Cruz
San Juan de la Cruz, religioso y poeta místico del Renacimiento español, visitó Caravaca hasta siete veces y dejó una inmensa huella en la Ciudad de la Cruz. En 1586 fundó personalmente el Convento de Padres Carmelitas Descalzos, propulsado por Santa Teresa de Jesús, quien ya había dejado aquí su sello con el Convento de la orden femenina. Y es que, junto con Santa Teresa de Jesús, se considera a San Juan de la Cruz la cumbre de la mística experimental cristiana. Ella, Santa Teresa, aunque también estuvo muy vinculada, nunca llegó a visitar la ciudad de Caravaca.
La Cruz de Caravaca, además de ser un símbolo de tradición cristiana, es considerada un amuleto de protección y buenos augurios. Se dice que su poder es mayor cuando se obtiene como un regalo y no cuando se compra.
Ahora que conoces todos estos datos, solo falta que visites la ciudad jubilar de Caravaca de la Cruz. Sus múltiples encantos te conquistarán a cada paso. Y para poner el toque dulce a tu escapada, no te olvides de probar las ‘yemas de caravaca’. Es el dulce más típico de la ciudad, elaborado a base de yema de huevo cubierta de caramelo o chocolate. Todo un must en el Año Jubilar 2024 de Caravaca de la Cruz. Más información: https://www.caminodecaravacadelacruz.es/.