Y el desenlace fue el esperado. Los últimos inversores que habían entrado llegados desde Cataluña a finales del pasado 2023 presentaron su dimisión. La razón principal fue económica, como todo en la vida. “Nos hemos encontrado deudas que no sabíamos”, declaró ante los socios Rafa Cuesta, ya fuera. Antonio Uceda, como vicepresidente, le ha acompañado en su corta aventura. Poco han durado los que se presentaron hace semanas para salvar al Olímpic en su camino hacia los infiernos.
“Sabíamos la deuda aproximada y que podían venir más cosas. A partir de ahí, cuando entramos como Junta solicitamos a la anterior la información de todo lo que había con Seguridad Social y con Hacienda. Sin embargo, la Junta no se había constituido y no se podía saber esa información. Se movieron los papeles de forma urgente. Era un tema fundamental. Se nos comunica que estábamos de alta el 16 de enero y ahí empezamos a recibir información, con deudas que no sabíamos que existían”, declaró. Y citó algunos ejemplos:. “Hay una deuda con embargo de Hummel, una denuncia de una persona que llevaba las redes sociales que no sabíamos que estaba ahí, cantidades sin pagar a la asesoría. En el banco nos encontramos con otra deuda que deja Sudeva porque le adelantaron dinero de la subvención, etc”, enumeró.
Y puso especial énfasis en la existencia de “una notificación de una inspección del año 2020 que no ha contestado nadie”. “No sabemos qué documentación piden y qué documentación hay. Es un problema serio, seguramente sea una deuda económica, todo esto genera intereses. Es de cuando el club estaba en Tercera División, con pisos alquilados, nóminas, seguros”, etc.
Declaraciones en medios
También echó la culpa a las “declaraciones realizadas por socios y jugadores en radios” : “Había un dinero de aportaciones con empresas que habíamos acordado, pero nos dijeron que no, que había que esperar después de esas palabras”. Fue uno de los principales argumentos defendidos por Rafa Cuesta.
“Hemos intentado venir a ayudar, a aportar, a hacer cosas, a traer inversión, es a lo que nos dedicamos… pero los jugadores se van a la radio, hacen declaraciones en contra. No vamos a ir en contra los elementos. Venimos a hacer un proyecto nuestro y nos encontramos con negativas por todos lados. Hemos estado trabajando, nos hemos dado de alta en actividades deportivas. En 15 días reales o menos que hemos tenido de trabajo hemos sacado la información, pero ahora lo dejamos todo en manos de los socios”, apostilló el ya exdirigente del Olímpic. Y no dudó en enfrentarse a los presentes: “No había nada de ingresos, había información oculta… hemos encontrado un ambiente hostil”, prosiguió. “¿Sabéis cuanta gente del Olímpic que me ha llamado para ayudar? Nadie. Todos los que me han llamado han sido para pedir dinero”, apostillaron. También enfocaron su mirada en la utilización del Olímpic para que entrenen los juveniles llegados de India: “Se les ha dicho que no pueden ir y siguen. No pagan ni un duro”.
Y llegaron los momentos de máxima tensión. Vicente Bolinches, socio del club, no dudó en lanzar sus críticas: “Dijisteis que erais empresarios. Cualquier empresario cuando va a comprar un negocio o hacerse cargo de él se informa de la situación antes. Vinisteis aquí con palabras, había un proyecto según vosotros, pero no habéis cumplido. Si fuerais serios a la mañana siguiente habríais puesto el dinero”, declaró. “Vinieron un poco de sobrados, diciendo que había 65.000 euros de deuda, pero que íbamos a arrancar. Perdonen la expresión, pero fue un disparate. Prometieron que iban a asumir la deuda”, prosiguió.
Sus palabras no cayeron en saco roto y no sentaron bien a los dimisionarios. El cruce de reproches y comentarios se sucedió y se vivieron momentos de auténtica tensión.
Cuesta también explicó que había hablado con el entrenador y los jugadores, que aceptaban una quita: “Si hubiésemos seguido seguramente tendríamos que haber echado a gente. La plantilla tiene un gasto mensual de 15.000 euros. El día del Callosa se ingresaron 300 euros y no preguntamos por lo ganado en el bar por lo poco que sería, la verdad”.
“Querían traer jugadores, hacer negocio”
El capitán Lucho también tomó la palabra ante los presentes. Y no se cortó en sus declaraciones: “Parece que somos los malos de la película según ellos. Nos dijeron que iban a pagar dos meses a la plantilla y no lo han hecho”, apuntó. “Esto no lo sabe nadie. Pero se reunieron conmigo y dijeron que yo era el único jugador imprescindible, el resto no. Querían traer jugadores, hacer negocio, es a lo que se dedican”. También habló de las deudas con la plantilla: “Nos dijeron a cinco jugadores si nos podíamos bajar el sueldo y dijimos que sí. Al día siguiente de ir a la radio nos enviaron un mensaje sobre ese recorte, diciendo que la gente de Xàtiva debería jugar gratis…”.
“No sé lo que querían hacer en realidad, creo que han venido a intentar romper lo que quedaba del Olímpic, no lo han conseguido, en tres minutos han tenido suficiente. La plantilla se va a quedar, va a jugar y va a luchar. Yo he jugado gratis en el Olímpic, como si no he de cobrar”, enfatizó el capitán. Una salva de aplausos de los presentes siguió a estas palabras.
“Esta gente no cumplió su palabra, fui a la radio a decir la verdad”, finalizó.
El club queda ahora en manos de los socios. Ricardo Albero, David Mateu, Vicente Pelegero y Marco López integran la nueva junta. El futuro del conjunto setabense es incierto. Marco López, exdelegado y secretario del club, fue el encargado de firmar las dimisiones. Luego, hurgó más en la herida: “En las arcas quedan 300 euros”. Los antecedentes están ahí, el camino a los infiernos del Olímpic de Xàtiva comienza a tener cimientos. Los problemas se arrastran desde hace años.
Ricardo Albero, miembro de la nueva Junta recordó que los dimisionarios “prometieron que antes del 30 de diciembre pagarían las nóminas ingresando 60.000 euros. Cuando todo se movió parecía buena idea, pero no ha salido bien. La prioridad era que los jugadores debían cobrar. Ahora debemos acabar la temporada, recoger subvenciones, hacer un pacto para arreglarlo todo. Podemos apostar por el tema publicitario, hay unas 22 empresas que quieren poner cartelería. La plantilla debe cobrar, deben tener un aliciente y poder acabar la temporada. Necesitamos el apoyo de todo, hay muchos gastos, autobuses, arbitrajes… los jugadores están peleando, no os lo imagináis”, finiquitaron los nuevos responsables.
Mucho queda por luchar en el Olímpic de Xàtiva. Los ejemplos están ahí. No hay que irse a décadas atrás y a lugares lejanos. Un claro antecedente de lo que nadie quiere que pase tuvo lugar en 2019 y también en las comarcas centrales. El Ontinyent CF dijo adiós tras arrastrar problemas económicos. Esperemos que el Olímpic de Xàtiva aún pueda salvarse.