Aunque su obra cinematográfica no tiene, evidentemente, el calado de la literaria, la relación de Paul Auster con el cine resulta muy interesante. El autor de ‘Leviatán’ no se limitó a coquetear con otro medio, sino que intentó trasladar elementos de su prosa y estructuras literarias cuando se situó detrás de la cámara. Solo dirigió dos películas en solitario, ‘Lulú on the Bridge’ (1998) y ‘La vida interior de Martin Frost’ (2007).
‘Lulu on the bridge’ se inspira en el mito de la caja de Pandora para relatar la historia de un saxofonista de jazz que recibe un disparo durante una actuación y pierde las ganas de relacionarse con el resto del mundo. Harvey Keitel, Mira Sorvino, Willem Dafoe, Vanessa Redgrave y varios músicos de la escena neoyorquina formaron parte del reparto de este curioso filme que baraja romance, paseo por el lado oscuro y revelación causada por el descubrimiento de una piedra mágica.
‘La vida interior de Martin Frost’ es algo más ambiciosa, pero también menos conseguida. Es una reflexión sobre la creación literaria protagonizada por un novelista que, agotado, decide pasar una temporada en una casa de campo cerca de Nueva York y encuentra allí a una misteriosa mujer a la que desea convertir en su musa. Irène Jacob y David Thewlis son la pareja protagonista, a las que se les une Sophie Auster, la hija cantante del escritor.
Más interesantes y determinantes resultan los dos filmes que hizo con Wayne Wang, ‘Smoke’ y ‘Blue in the face’, ambos de 1995. Cuando se habla de la ciudad de Nueva York desde el punto de vista de la recreación cinematográfica, siempre salen a colación los nombres de Martin Scorsese, Jim Jarmusch, Woody Allen o Abel Ferrara. En las películas de estos cineastas aparece ‘su’ Nueva York. Deberíamos añadir la Nueva York de este díptico entre la ficción, el documento y el cuento, dos películas dirigidas por Wang y escritas por Auster, aunque en realidad el novelista participó también activamente del proceso de realización.
La acción de ‘Smoke’, galardonada con el premio especial del jurado en el festival de Berlín, se desarrolla durante el verano de 1987 en el estanco de Augie Wren, en una esquina de Brooklyn, lugar en el que se citan diversos personajes y donde el estanquero relata su fabulosa historia de cómo se hizo fotógrafo. Tiene una estructura en capítulos y el reparto es inmejorable: Keitel, William Hurt –que encarna a un novelista en crisis llamado Paul Benjamin, trasunto de Auster–, Forest Whitaker, Ashley Judd y Jared Harris, entre otros. El epílogo del filme es un relato dentro del relato, la preciosa historia titulada ‘El cuento de Navidad de Auggie Wren’, que después se publicaría en libro. Wang la filma de manera distinta al resto de la película, ilustrada con la canción de Tom Waits ‘Innocent when you dream’.
‘Blue in the face’ es una mezcla de documental cotidiano sobre Brooklyn, el gran territorio de Auster, y algunas de sus ficciones, con desfile de amigos y conocidos de la amplia escena cultural neoyorquina (Lou Reed, Jim Jarmusch, John Lurie, Madonna, Roseanne, Lily Tomlin, Michael J. Fox) que cuentan también sus historias en el estanco de Wren. Perfecto complemento de ‘Smoke’ y alarde de improvisación. Un siguiente filme de Wang, ‘The center of the world’ (2001), partiría de un argumento original escrito por la pareja Auster-Siri Hustvedt.
Wang y Auster se distanciaron después, pero cuando el segundo fue presidente del jurado en el festival de San Sebastián de 2007, la herida quedó cicatrizada, ya que el filme de Wang ‘Mil años de oración’ se llevó la Concha de Oro. Los guiones de todas las películas de Auster fueron editados en su momento por Anagrama.
En cuanto a adaptaciones de sus novelas solo existe, curiosamente, una película de cierto alcance. Philip Haas realizó en 1993 una interesante versión de ‘La música del azar’, la historia del diletante, el jugador y una excéntrica partida de cartas que protagonizaron James Spader, Mandy Patinkin y Chris Penn. En 2020, el director argentino Alejandro Chomsky realizó ‘El país de las últimas cosas’, según la novela homónima de ciencia ficción publicada en 1987 y con producción ejecutiva del propio Auster.
Mejor fue la adaptación al cómic de ‘Ciudad de cristal’, la primera de las tres novelas cortas que conforman ‘La trilogía de Nueva York’ de Auster. El guionista Paul Karasik y el dibujante David Mazzucchelli –coautor con Frank Miller de ‘Batman: año uno’, una de las obras decisivas en la transformación del personaje– trasladaron en 1994 al lenguaje de las viñetas esta extraña historia sobre un detective que no es un detective y una errónea llamada nocturna, mezcla de intriga policiaca y relato con elementos surrealistas que adquiere en las ilustraciones una atmósfera sonámbula y ‘noir’. Había sido un proyecto cinematográfico que nunca prosperó y Art Spiegelman, el autor de ‘Maus’, fue quien animó a Mazzucchelli a que la llevara al terreno del cómic.
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