La reacción, obligada, se produjo. Del esfuerzo abnegado y sufrido del colectivo emergió la fina figura de Jabari Parker, un NBA, para aportar el aplomo y el acierto imprescindibles para batir al Olympicos. Respira el Barça para viajar a Grecia con la eliminatoria igualada, pero no podrá permitirse ni una distracción. Debe ganar uno de los dos asaltos si quiere regresar a Barcelona para solucionar la eliminatoria en el Palau. A no ser que se imponga en los dos partidos en territorio ajeno, lo que exigirá actuaciones incluso mejores que la de este viernes.
Parker encarriló el partido en el primer cuarto (11 puntos) y lo liquidó en el cuarto (acabó con 24) con dos oportunos triples para que el luminoso pasara del 63-61 al 74-64. Le secundó Álex Abrines con dos más para que el Barça amarrara el resultado (77-69). Al cinco griego le faltó tiempo y fuerzas para recuperar la distancia.
Perfil más severo
El auge anotador del Barça no fue producto de la sobrevenida debilidad defensiva del Olympiacos, que mantuvo su agresividad sin llegar a acobardar a los azulgranas, exigidos a mostrar su perfil más severo en una situación delicada que podía tornarse dramática. En el primer cuarto, por ejemplo, Parker dispuso de tres acciones consecutivas de dos más uno y estiró su anotación. No podían sucumbir los azulgranas a la intimidación forastera, conocida y sufrida en la noche inaugural y respondieron igualando la dureza y la intensidad de los griegos.
Georgios Bartzokas vio que la jornada no discurría tan rodada, reafirmó el mensaje de la defensa exigiendo a los suyos que eliminaran las concesiones en el tiro y empezó el segundo cuarto con el quinteto completamente renovado. Los cinco nuevos empezaron a limar diferencias hasta los cuatro puntos (34-30) que al descanso se ensanchó (43-37). El Barça anduvo un rato en zona para recuperar el resuello. En la banda, los fisios, trataban de reparar el tobillo de Ricky Rubio, que había sustituido a Satoransky en el quinteto inicial sin incrementar la producción anotadora: cero puntos en el descanso.
Vesely multiplicó su anotación respecto al primer encuentro (de 3 tiros libres a 10 puntos) y aportó siete rebotes: los siete ofensivos.
Ante las mayores dificultades que encontró, el Olympicos se volcó en los triples. Solo acertaba Peters (dos de dos) en un promedio global pírrico (4 de 18) y que contrastaba con el acierto del Barça (4 de 7). Vesely multiplicó su anotación respecto al primer encuentro (de 3 tiros libres a 10 puntos). Aportó siete rebotes: los siete ofensivos.
Mínima ventaja griega
El punto de inflexión llegó en el minuto 27 cuando Olympiacos adquirió ventaja. William-Goss convirtió el 54-50 en el 54-55 que indujo a Grimau a pedir tiempo. Hernangómez emergió para replicar al exmadridista en el intercambio de ataques y evitó que el mal fuera a mayores antes del parcial decisivo (60-57).
Las cuatro faltas que acumularon William-Goss y Canaan dejaron al quinteto griego sin sus líderes para el tramo final
La renta del principio, tan valiosa (13 puntos), permitió al Barça sobrevivir en los momentos más espesos aunque se había prácticamente evaporado. Las cuatro faltas que sufrieron casi al momento William-Goss y Canaan dejaron al quinteto griego para el tramo decisivo sin sus principales anotadores. Son, también, sus principales líderes. Peters se quedó solo, insuficiente ante el poderío azulgrana que lideró Parker.
Ficha técnica
77. Barça (27+16+17+17): Rubio (-), Laprovittola (5), Kalinic (5), Parker (24), Vesely (10) -equipo inicial-, Jokubaitis (6), Hernangómez (11), Satoransky (7), Abrines (9) y Da Silva (-).
69. Olympiacos (14+23+20+12): Canaan (2), Walkup (7), Peters (20), Sikma (5), Fall (3) -equipo inicial-, Williams-Goss (10), McKissic (10), Wright (6), Larentzakis (-), Petrusev (6) y Milutinov (-).
Árbitros: Sreten Radovic (CRO), Carmelo Paternico (ITA) y Uros Nikolic (SER). Sin eliminados. Señalaron falta técnica a los visitantes Canaan (min.19), Williams-Goss (min.31) y al téncico Georgios Bartzokas (min.38).
Incidencias: segundo partido de los cuartos de final de la Euroliga disputado en el Palau Blaugrana de Barcelona ante 7.692 espectadores, la segunda mejor entrada de la temporada.