Terminada la Liga, cerrada la temporada en blanco y despedido Xavi de mala manera, el Barça apuesta por Hansi Flick como nuevo entrenador. Firmará un contrato por dos años que se anunciará este miércoles. O sea, hasta 2026, coincidiendo con el final del mandato de Joan Laporta, que se entrega al exseleccionador alemán como la última vía para enderezar el proyecto deportivo, inestable y errático, que lidera en su segundo mandato. Una vez resuelto el finiquito con Xavi, el club, en una decisión inusual, no tiene previsto presentarlo oficialmente hasta dentro de unos días, reducido y controlado su primer mensaje para evitar más problemas.
Encarna el extécnico del Bayern Múnich la línea alemana que tanto le gustaba al dirigente y representa, al mismo tiempo, un viraje total respecto a la filosofía actual: Ronald Koeman, que se lo encontró procedente de la herencia de Josep Maria Bartomeu, y Xavi, al que fichó Laporta sin querer ni estar del todo convencido porque consideraba que necesitaba un período previo de aprendizaje.
Estreno furtivo
Pero no tenía otra salida el dirigente que acudir al técnico egarense, al que ha despedido de manera fría y breve tras tenerlo ‘abandonado’ en lo institucional, sin contacto físico ni apenas telefónico. Con Flick, en cambio, la situación es muy distinta. Llega para dos años, con dos ayudantes de su país: Marcus Sorg, que fue ayudante en la selección, y Toni Tapalovic, que ejerció de entrenador de porteros en el Bayern (2011-2023).
Laporta quiere proteger y blindar al alemán en sus primeras horas en Barcelona. No será expuesto a una comparecencia ante la prensa sino que solo hablará ante los medios oficiales del club
Tanto lo arropa Laporta que lo protege en sus primeras horas. No habrá presentación oficial del nuevo entrenador, rompiendo una tradición que duraba décadas. Se quiere blindar la figura del alemán, que hará unas declaraciones oficiales a los medios del club y no comparecerá ante los periodistas hasta dentro de unos días cuando tenga mayor conocimiento del club y del castellano, un idioma que lleva estudiando desde hace bastantes semanas.
Y, al mismo tiempo, también se protege al presidente, que todavía no ha dado explicación alguna sobre el fulminante despido de Xavi. De esta manera se gana tiempo para tutelar y dirigir los primeros pasos de Flick en Barcelona. No solo eso. También ha mantenido el nuevo entrenador azulgrana diversas charlas, tanto físicas como en vídeoconferencias, con personas vinculadas al universo del Barça para tener un conocimiento más exacto de la realidad a la que se enfrentará a partir de hoy.
Flick queda, por lo tanto, en las antípodas de los dos últimos técnicos que ha tenido el Barça, personajes ambos que representan las esencias del club. Koeman era el ‘héroe de Wembley’, el jugador que dio la primera Copa de Europa (1992). Xavi era el capitán del mejor Barça jamás visto nunca, el de sextete de Guardiola (2009), al que luego solo se acercó el del triplete con Luis Enrique (2015).
Hansi, el nuevo ‘paracaidista’
Flick, en cambio, será, usando la palabra empleada por Tata Martino (2013), “un paracaidista” O sea, un entrenador experimentado, como lo fue en su día el argentino elegido por Rosell para suceder a Tito Vilanova, que lo desconoce todo sobre el complejo universo azulgrana. Todo es todo. No sabía nada del entorno “cruel y desagradable, que te hace sentir muy pequeñito”, como lo definió Xavi en sus días finales.
Se ha ido informando en los últimos meses el extécnico del Bayern Múnich del paisaje al que se asoma a partir de esta semana. Pero Laporta, enamorado como ha estado en este segundo mandato de los técnicos alemanes (quiso a Nagelsmann, pero no tuvo dinero para ficharle), cree que un tipo así es imprescindible para reflotar a un equipo que ha dilapidado la Liga conquistada la pasada temporada con un fútbol gris.
Ni rastro queda de ese título ni de la Supercopa, difuminado un año después por la pérdida de la solidez defensiva, desangrado como ha quedado el Barça hasta provocar el despido de Xavi.
Con Flick, representado por Pini Zahavi, uno de los agentes de máxima confianza del presidente, al mismo nivel o superior incluso que el portugués Jorge Mendes, se recupera una ruta que llevaba en desuso 41 años. Desde entonces, no venía ningún entrenador alemán al Barça.
Weisweiler, Lattek y Flick
Aquella experiencia con Udo Lattek (1981-1983) se saldó con una Recopa de Europa ganada en el Camp Nou y una Liga inexplicablemente perdida. Ni tener al mejor del mundo en aquella época (Maradona) garantizó el éxito.
El anterior y primer precedente alemán, con Hennes Weisweiler (1975-76), aún resultó peor. Duró menos (un año y gracias), no ganó nada y se enfrentó a la estrella de ese momento: Johan Cruyff. Por eso, se marchó tan pronto a su país para dirigir al Colonia, escaldado como salió de Barcelona.
Y hasta Laporta, que ha sido históricamente un enamorado y defensor del ‘cruyffismo’ –fue su hilo directo con Johan lo que le dio estabilidad y paz en los banquillos en el primer y exitoso mandato-, ha protagonizado el giro radical hacia Flick.
Del ‘novato Xavi’ al ‘experto Flick’
No se parece en nada a Xavi. Uno empezaba su carrera en la élite, recién llegado de Qatar, una liga sin exigencia alguna. El otro, con 59 años, tiene experiencia de todo tipo: ayudante de Giovanni Trappatoni en su día en el Red Bull Salzburgo (apenas estuvo 11 partidos) como lo fue luego de Joachim Löw en el período de mayor éxito de la transformación futbolística de la nueva Alemania (2006-2014).
Xavi se estrenaba en un escenario de máxima presión en un banquillo. “Hemos pasado una montaña rusa de emociones. He sido hombre de club, la experiencia es espectacular y el aprendizaje es tremendo”, reconoció el técnico en su elegante despedida del Barça, sin dejar ni una sola crítica a Laporta.
Flick, en cambio, ha vivido el Bayern Múnich, otro club con entorno venenoso donde la alta política adquiere niveles tóxicos teniendo en cuenta que ha sido gestionado por exjugadores que son leyendas, tipo Rummenigge, Beckenbauer, Hoennes, Kahn en su día. No es casual como se conoce al club bávaro. Es el FC Hollywood de Múnich, un lugar donde las estrellas siempre se pelean.
Xavi, al igual que Koeman, lo sabía todo del Barça. Del Barça que se ve. Y del Barça oculto que tiene tanta o más influencia incluso. Flick, por mucho que se haya informado previamente, no sabe prácticamente nada. Flick aterriza, siguiendo el símil del ‘Tata’, en paracaídas al tercer intento.
La primera tentativa ocurrió durante la campaña electoral de 2021 y no se dio porque estaba comprometido con la selección alemana. La segunda es más reciente. En abril ya se veía en Barcelona. Pero aquella mirada en entre Laporta y Xavi en ‘el pacto del Xavi, retuvo al alemán en casa. Un mes después, en mayo, tras el enojo del presidente con el técnico de Terrassa, sí se abrió de forma definitiva la puerta para Flick.
Del entrenador en quién no creía al entrenador en quien debe creer, pase lo que pase. Ese es el viaje que protagoniza Laporta, un presidente irreconocible en este aspecto con el que fue cuando llegó al palco del Camp Nou activando el ‘círculo virtuoso’ en el 2003.
Entonces sostenía y mantenía la confianza en los técnicos, atrevido como fue en la elección de Rijkaard, venía de descender a Segunda División con el Sparta de Rotterdam, y Guardiola, a quien eligió por delante del ‘famoso’ Mourinho tras descubrirle en el Mini Estadi donde hizo campeón de Tercera División al Barça B.
Agotadas y despedidas de manera traumática las dos balas de la casa, Laporta se entrega a Flick, un alemán que abandona por vez primera su país. Es Hansi un personaje cargado de experiencia en todos los niveles, aunque alterna el éxito absoluto (sextete con el Bayern) y la decepción más profunda (eliminado del Mundial de Catar-2022 en la primera fase con su Alemania). Ha hecho de todo. Fue jugador-entrenador cuando se retiró, ayudante, director deportivo incluso de la federación alemana, primer técnico y hasta seleccionador de una potencia mundial.
Pero por mucha vivencia acumulada a sus casi 60 años es, al mismo tiempo, un ‘inexperto’ en el mundo Barça. A Laporta, necesitado como está de no volver a fallar en el inquilino del banquillo, no le importa. Y queda, curiosamente, vinculado a lo que en su día decidió Núñez, el primer y único presidente azulgrana, que contrató antes a entrenadores alemanes.
Hansi Flick (2024….) Presidente: Joan Laporta
Xavi Hernández (2021-2024) Laporta
Ronald Koeman (2020-2021) Bartomeu-Laporta
Quique Setién (2020) Bartomeu
Ernesto Valverde (2017-2020) Bartomeu
Luis Enrique (2014-2017) Josep Maria Bartomeu
Gerardo ‘Tata’ Martino (2013-14) Rosell
Francesc ‘Tito’ Vilanova (2012-2013) Rosell
Pep Guardiola (2008-2012) Laporta-Sandro Rosell
Frank Rijkaard (2003-2008) Joan Laporta
Radomir Antic (2003) Gaspart-Enric Reyna
Jesús Antonio ‘Toño’ de la Cruz (2003) Gaspart
Louis van Gaal (2002-2003) Gaspart
Carles Rexach (2001-2002) Gaspart
LLorenç Serra Ferrer (2000-2001) Joan Gaspart