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El auge de la escalada: de deporte minoritario a boom social


En 2018 había unos 150 rocódromos en España, en 2021 se pasó a 202 y en enero de este año ya se contaban 360… Estos son los números que mejor resumen el boom de la escalada en nuestro país, convirtiéndose en una nueva opción saludable tanto en entornos naturales como en espacios urbanos, donde la escalada deportiva aprovecha desde grandes instalaciones a pequeños rincones. Su evolución ha permitido pasar de ser una actividad complicada y arriesgada de practicar a ser accesible y recomendable.

La escalada ahora es una actividad accesible y recomendable. / .

“Todo parte de un componente genético que tenemos de nacimiento: trepar y subirte a cualquier sitio. La escalada te engancha rápidamente. Además, es muy completa, te hace superar los miedos y tu nivel de dificultad. Y desde el punto de vista físico trabajas tren superior, inferior, elasticidad, equilibrio…”, en una reciente conversación con Alberto Ayora, presidente de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), se destapaba en pocas líneas el poder de atracción de este deporte que ha ayudado considerablemente a que dicha federación se encuentre dentro de las ‘big 5’ del deporte español junto a fútbol, baloncesto, caza y golf. Actualmente, con 290.000 licencias, la FEDME es la cuarta federación.

No obstante, más allá de estos números, como señaló Ayora “el mejor indicativo es el aumento del número de rocódromos y la inversión privada”. Y esto no es algo exclusivo de España, sino que dicho boom social se amplía en todo el mundo y por ello el Comité Olímpico Internacional (COI) decidió incluir a la escalada en los último JJOO de Tokio 2020 y estará presente -doblando las medallas- en París 2024. En la cita de este verano se pasará de dos a cuatro campeones olímpicos con una mayor especificación de las pruebas deportivas (se separa la velocidad de la de boulder y dificultad), algo que invita a abandonar la etiqueta de deporte minoritario.

Inventos que han hecho accesible a la escalada

Para que se haya dado este exitoso contexto actual hay que retroceder casi 100 años, cuando el francés Pierre Allin comenzó a entrenar en los bosques de Fontainebleau como preparación previa para ascensiones en los Alpes. Allí, Pierre ‘inventó’ el boulder, actividad que poco a poco sería imitada. Y también utilizó por primera vez unos pies de gato (pegó a su alpargata una goma lisa), posteriormente evolucionó el mosquetón, los descensores… En definitiva, comenzó a crear artilugios que hacían más fácil la divertida y práctica actividad de trepar por una roca (como entrenamiento para retos mayores).

En la década de los 60, el estadounidense John Gill aportó a la escalada el magnesio (procedente de la gimnasia) y, sobre todo, la mentalidad de que el boulder puede ser considerada como una disciplina en sí misma (precursor de la escalada deportiva). Por lo tanto, Gill incitó a explorar y descubrir paredes y rocas de cualquier lugar del mundo, no sólo las de altas cumbres o prominentes cordilleras.

Muchos inventos han llevado la escalada a todos los públicos

Muchos inventos han llevado la escalada a todos los públicos / .

En los 80 llegaría otro gran impulso para hacer más ‘pop’ la escalada: el crash-pad. La colchoneta atraería a más gente al reducir el riesgo de lesión y las contusiones en la práctica de la escalada. Y en la siguiente década, en la de los 90, comenzarían a brotar los primeros rocódromos urbanos, algo que posibilitó que ya no hiciera falta desplazarse muy lejos para practicar la escalada.

Con esta evolución y crecimiento llegamos a este siglo, donde en España se pasó en una década de de las 139.325 licencias federativas en 2010 a las 248.983 en 2020 y las más de 290.000 de 2023. Un aumento de más de un 100% en poco más de 10 años que acompaña la cifra descrita al inicio del texto en el que se indicaba cómo de los 150 rocódromos en España de 2018 se ha pasado a los 360 de la actualidad (y en aumento…).

Con todo ello, en la actualidad se pueden ver rocódromos en parques, colegios, institutos, polideportivos, locales comerciales de un edificio, polígonos industriales e incluso hospitales (en Alemania, Reino Unido, Austria, Estados Unidos, España… la escalada también está ganando terreno en la salud mental). Una expansión que ha sido posible gracias a la adaptación de este deporte al espacio. No se requieren unas medidas determinadas o un terreno de juego preciso para su práctica, vale cualquier pared.

El último gran invento: el autoasegurador

A todas estas facilidades se ha unido otra últimamente en los rocódromos urbanos: el autoasegurador, que posibilita escalar solo en una vía sin necesidad de que alguien te asegure. Ya se puede ir solo o acompañado a escalar.

Todo parte de un componente genético que tenemos de nacimiento: trepar y subirte a cualquier sitio.

Todo parte de un componente genético que tenemos de nacimiento: trepar y subirte a cualquier sitio. / .

Desde que Allin decidiera entrenarse en una piedra en un bosque a unos 80 kilómetros de su vivienda en París han cambiado muchas cosas. Ahora, se puede practicar escalada cerca de casa, es un deporte seguro, se ha estudiado que no sólo comporta beneficios físicos sino también terapéuticos, su exposición mediática crece con hitos como su presencia en los JJOO o el Oscar que ganó ‘Free Solo’ en 2018 al mejor documental y se ha convertido en un interesante actividad para la empresa privada, como ya observó Allin hace casi un siglo, cuando comenzó a vender en su tienda de escalada parisina los primeros pies de gato, descensores, mosquetones… Aquel local era un espacio lleno de rarezas mientras que hoy en día esos mismos utensilios se han convertido en artículos de uso diario para millones de personas en todo el mundo.



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