Al Atlético de Madrid le costó arrancar en el mercado de fichajes, pero cuando ha llegado su momento lo ha hecho con una fuerza desmedida y inusitada a la vista de los precedentes. A las llegadas anunciadas la semana pasada de Robin Le Normand y Alexander Sørloth espera sumar la de Connor Gallagher, centrocampista inglés procedente del Chelsea, a cambio de unos 40 millones de euros en una operación que llevaba vinculada otra en el camino contrario, la de Samu Omorodion rumbo a Stamford Bridge. Sin embargo, esta segunda se ha frustrado en último momento.
Pese a ello, la operación estrella del conjunto del Metropolitano ya se ha cerrado, la llegada del argentino Julián Álvarez, el fichaje estrella de la plantilla colchonera. El argentino, cuyo fichaje han equiparado muchos con el del madridista Mbappé, costará al Atlético alrededor de 75 millones fijos, más 20 en variables. A sus 24 años, Julián, firma para los próximos cinco años con la intención de convertirse en la punta de lanza y gran estrella del próximo proyecto colchonero. Diego Pablo Simeone ya tiene la guinda del pastel de una plantilla revitalizada tras un año de vaivenes y en el que dio sensación de agotamiento. Un centrocampista fajador y llegador como Gallagher, que encaja bien en lo que demanda el Cholo, y el delantero estrella que anhelaba son las apuestas para completar un ataque de peso que le permita con los mejores clubes de Europa. Precisamente el técnico argentino ha sido el gran valedor y principal culpable de que la operación llegue a buen puerto, convenciendo a su compatriota de primera mano.
La tarde del pasado martes fue de tiras y aflojas en las negociaciones, hasta que Antoine Griezmann desveló que la operación estaba a punto de cerrarse. El francés dio veracidad a todo lo que se rumoreaba con un tuit con emoticonos de corazones y una araña, el apodo por el que se conoce al argentino, que llega a Madrid tras dos años en el Manchester City a las órdenes de Guardiola, en los que ha ganado todo lo que puede aspirar un futbolista en cuanto a títulos.
“Quiere un nuevo desafío”
“Estoy muy agradecido con Julián. El equipo lo quería muchísimo por su comportamiento, pero si quiere irse tendrá que afrontar un nuevo reto. El Atlético es un club de primera. Le deseamos lo mejor. Aprendí mucho de él, espero que pueda encontrar lo que buscaba”, dijo Guardiola este viernes, antes del anuncio oficial. “No sé la razón por la que se va, pero me dijo que quiere un nuevo desafío, que siente que es lo que lo necesita. La temporada pasada jugó mucho, en algunos momentos junto a Erling (Haaland), pero entiendo que en ciertos momentos no jugó”, resumió el técnico catalán sobre el periplo del argentino en Mánchester.
Dos temporadas en las que fue pieza clave de los planes del técnico catalán en el día a día (la temporada pasada fue el 5º jugador que más minutos disputó), pero en los que no terminó de sentirse importante en los días de la verdad. 36 goles y 18 asistencias en 103 partidos son los números de Julián, indiscutible como nueve para Lionel Scaloni en la punta de la Argentina que ha conquistado Mundial y Copa América en los dos últimos años. Ahora busca sentirse importante y estrella de un proyecto que en este mercado ha dado un golpe en la mesa como pocas veces ha protagonizado, por no decir nunca.
El City, que lo fichó hace dos mercados por cerca de 20 millones, deja salir al delantero por una cifra que, de cumplirse los variables, podría acabar rondando los 100 millones, convirtiéndose en el segundo desembolso más grande de la historia del Atlético, solo por detrás de Joao Félix (126 millones).
200 millones de desembolso este verano
Un jugador contrastado y de renombre, y un fichaje millonario y de peso que se suma a operaciones como las de Robin Le Normand (34,50 millones) y Alexander Sorloth (32). A ellos también se sumarían los 40 que pretende pagar al Chelsea por el traspaso de Conor Gallagher. Un desembolso total superior a los 200 millones.
Operaciones de una magnitud pocas veces vista en el club rojiblanco y que se explican recapitulando y echando la vista atrás. Para empezar, el club rojiblanco llevaba un par de años gastando menos de lo que recibía por sus ventas, o al menos lo mismo. En el ejercicio del año pasado, el Atlético invirtió 54,50 millones en fichajes: Griezmann (22), Vermereen (18), Samu Omorodion (6), Javi Galán (5), Mouriño (2,7) y Moldovan (0,8). Pero los rojiblancos recibieron 103,1 por las ventas de Matheus Cunha (50), Renan Lodi (20,6), Yannick Carrasco (15), Kondogbia (8), Camello (5), Grbic (2,50) y Soyüncü (2, por la cesión). Por tanto, 48,6 millones que quedaron en las arcas atléticas. Y en la 22-23 gastó 29 millones e ingresó lo mismo.
La ‘palanca Samu’ y la búsqueda de una salida a Joao
Además, este verano el Atlético ya había ingresado más de 20 millones en dos operaciones: 13 por el traspaso de Álvaro Morata al Milan y 8,50 por el de Soyüncü al Fenerbahçe, a lo que se sumaron las salidas de Memphis Depay y Saúl, que tenían dos de los mayores sueldos de la plantilla, junto al mencionado Morata. A eso estaba a punto de sumar el Atlético el ingreso extraordinario de la venta de Samu Omorodion, al que fichó hace un año por seis millones y del que estaba a punto de ingresar casi siete veces más de lo que invirtió, sin ni siquiera llegar a debutar. Pero el traspaso del delantero al Chelsea, que ha sido oro en los Juegos Olímpicos de París, se ha caído en el último momento.
Aún así, falta una última salida. Miguel Ángel Gil Marín había presupuestado la marcha de Joao Félix este verano por 60 millones, que probablemente se queden en 50 porque nadie se ha acercado a esa cifra. El consejero delegado colchonero le encomendó a su amigo Jorge Mendes que le resolviese ese asunto, algo que hará ya sea colocándolo en el Benfica o en un equipo de la Premier.
Desde las oficinas se asegura que “aún hay otras opciones de ventas abiertas”, como la salida de Oblak o la venta de otros jugadores por los que hay interés de clubes extranjeros. Algo que ayudaría a equilibrar más el balance de gastos del Atlético en este verano en el que Gil Marín, por fin, parece haber sacado la ‘chequera’ para darle a Simeone lo que le pedía.