No está en la Eurocopa Erling Haaland, el máximo goleador de la Premier League, paseando por el sur de España de vacaciones, pero sí está Artem Dovbyk, el Pichichi de la Liga, para exportar el producto y alargar la temporada de su vida, convertido en la esperanza de alegrías de un país en guerra.
Si no fuera ucraniano ni jugara en el Girona, sonarían los clarinetes y se anunciaría con trompetas la entrada en juego del delantero de 26 años, autor de una gesta personal comparable a la colectiva del club de Montilivi. De la misma manera que nadie imaginó que el Girona acabara tercero, tampoco hubo ninguna apuesta en Dovbyk para ser el mejor artillero del campeonato español.
Con esa distinción se presenta en la Eurocopa Dovbyk frente a Rumanía en la apertura del grupo E (15 horas, en Múnich), compartido con Bélgica y Eslovaquia (18 h., Frankfurt), despojado del anonimato en el que pudo refugiarse en la anterior edición mientras iba sumando goles discretamente. Como si hubieran pasado desapercibidos los 29 goles en 39 partidos con el Dnipro-1.
Hasta que, obrado el milagro, con el Girona en Europa, hubo que intentar otro acto de fe. “Al inicio de la temporada no pensé en ser el Pichichi, pero a medida que transcurría la Liga el equipo me apoyaba mucho y Stuani no paraba de repetirme: ‘ves a por el Pichichi, puedes conseguirlo’. Así que todo el equipo creyó en mí y, en algún momento, también yo creí que podía lograrlo”, contaba Dovbyk a punto de incorporarse a la selección, acompañado de su inseparable compañero y amigo Viktor Tsygankov, que fichó antes y quizá la razón de su llegada a Girona.
“A medida que transcurría la Liga el equipo me apoyaba mucho y Stuani no paraba de repetirme: ‘ves a por el Pichichi, puedes conseguirlo’. Así que todo el equipo creyó en mí y, en algún momento, también yo creí que podía lograrlo”
La temporada no ha acabado
“El último partido con el Granada fue muy emocionante porque sabía que necesitaba marcar un hat trick para adelantar a Alexander Sorloth. Tengo que agradecer al equipo que me ayudara tanto. Sólo tenía esa tarea: marcar un triplete y colocarme por delante en el Pichichi”. El Girona venció por 7-0, con esos tres tantos de Dovbyk (dos de penalti), más dos de Tsygankov. Adelantó a Sorloth (24 a 23) que al día siguiente se lesionó con el Villarreal en Pamplona.
La tarea en “una temporada increíble” no ha terminado. Ahora toca luchar por otro objetivo. “Todo el mundo sabe cuál es la situación actual en Ucrania, por eso queremos representar dignamente a nuestro país”, relataba Dovbyk, enfrascado ya en el ambiente de la selección, imbuido por los mensajes constantes que hacen llegar sus compatriotas: del apoyo que les transmiten y de la ayuda que les piden.
“No soy un héroe”
Nacido en Cherkasy, 200 kilómetros al sur de Kiev hace 26 años, el ámbito de actuación del delantero se ciñe al área, donde anotó 23 de los 24 goles del Girona. “La Eurocopa representa mucho para nosotros y para la gente de nuestro pueblo, que estará pendiente de nosotros”, explicó, asumiendo la responsabilidad que tienen contraída los 26 jugadores.
La mayoría sienten un punto de vergüenza cuando son calificados con grandiosidad. “No soy un héroe”, rechazó Andriy Lunin al presentarse en la concentración con el flamante título de campeón de la Champions. Vio la final sentado, desplazado por Thiabut Courtois, pese a su trascendental papel durante el torneo. Nadie le discute la titularidad en el marco. Roman Yaremchuk, el delantero del Valencia, desempeña un papel secundario en la selección.
“Las personas que defienden nuestro país son los verdaderos guerreros”
“Las personas que defienden nuestro país son los verdaderos guerreros”, repetía Dovbyk, cuya familia vive en un punto más alejado del conflicto que la de Lunin, en Krasnograd. “Ellas quieren que nos sintamos felices, y nosotros queremos hacerles felices”, subrayó. Nada mejor que compitiendo con dignidad y sin rendirse, como en el playoff decisivo de clasificación cuando hubo que remontar el marcador adverso ante Islandia. Aquella noche fue una de las más emotivas vividas por la selección ucraniana desde la agresión de Rusia.
Subasta por su fichaje
En un mundo paralelo, mientras Dovbyk vaya jugando por Alemania, irá discurriendo la subasta para ficharle. Apenas se marchó de Girona, nacieron los primeros rumores del acercamiento del Atlético de Madrid. Poco después, brotaba el interés del Nápoles. La cláusula del delantero es de 40 millones de euros. El club gerundense pagó 7 millones por el 70% del traspaso.
“Estoy muy contento en Girona, todas las personas que me rodean, jugadores, entrenadores, directivos son maravillosas, me brindan todas las condiciones para hacerlo lo mejor posible, es genial”, confiesa, convencido de que volverá a la ciudad. El Girona no piensa traspasar a uno de sus puntales para la Champions hasta que no sea irremediable.