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Dolor crónico: tipos, causas y remedios para una “tortura” que afecta a 11 millones de españoles


Todos hemos sufrido dolor en alguna ocasión. Y aunque a veces nos desespere o nos incapacite, lo habitual es que casi siempre tengamos el consuelo de que más bien antes que después, se va a acabar.

Pero desgraciadamente no siempre es así y el dolor a veces no tiene un final claro. Es lo que se llama dolor crónico: un tipo de dolor que persiste durante 3-6 meses mínimo.

  • Pero lo peor es que igual que puede durar tres meses (que ya parece una eternidad), también puede durar toda la vida. Y no son pocas las personas que lo padecen. En concreto, cerca de 12 millones españoles (25% de la población) refieren tener este dolor.

Es, por lo tanto, una “tortura” que afecta en gran medida a la salud mental de los pacientes.

Sobre todo, aseguran tanto pacientes como expertos, “cuando el resto de la población cree que se lo están inventando, y no es así“.

Con esta denuncia dio comienzo el encuentro Dolor y emociones, organizado por la Sociedad Española del Dolor (SED) y en el que participaron diferentes expertos y pacientes.

Molo Cebrián, productor y presentador de #EntiendetuMente, y María Madariaga, anestesióloga y presidenta de la SED. N. Izquierdo


¿Qué puede originar este dolor?

El dolor se define como una señal de alarma al detectar una lesión en los tejidos o una enfermedad en el organismo.

Y el dolor crónico es consecuencia de un cambio o enfermedad persistente en los tejidos (como artritis) o de una alteración o cambio en el propio sistema de alarma:

“Todas estas situaciones pueden dejar un dolor parecido a una sensación de quemazón persistente o de descargas eléctricas“, detalló la Sociedad.

Una definición que se acerca mucho a lo que siente Sara Somoza, cantante y paciente de dolor crónico refractario (que no responde a tratamientos habituales).

El dolor crónico puede dejar un dolor parecido a una sensación de quemazón persistente o de descargas eléctricas. Freepik


“Es como estar dentro de una freidora”

El dolor de esta paciente fue consecuencia de una bajada de defensas, que dio paso al virus varicela-zóster. Una enfermedad leve que presenta granos de color rosado y ampollas diminutas con líquido, que causan picor en el rostro, el cuero cabelludo y el tronco.

Aunque esta patología no suele derivar en complicaciones, con un sistema inmunológico debilitado y un diagnóstico tardío como el de Somoza, el virus consiguió acabar con parte del tejido nervioso de la cantante, generándole un dolor intenso.

A ello, recordó la paciente durante su intervención, se le sumó una radiofrecuencia mal realizada que agravó su sufrimiento.

  • El dolor pasó a un nivel inhumano. Sentía que me quemaba viva. Era como si estuviese dentro de una freidora“, rememoró.

El problema, aseguraron desde la SED, viene cuando el dolor de estos pacientes debería desaparecer y no lo hace. O cuando es consecuencia de una enfermedad que no tiene cura.

De izquierda a derecha, las pacientes de dolor crónico Grela Bravo, Noelia Royo y Sara Somoza durante su intervención. N. Izquierdo


Tres tipos de dolor, según su causa

El dolor que padece Somoza es conocido por dolor neuropático‘. Pero, ¿qué quiere decir esto?

Más allá de distinguir entre dolor agudo (generalmente dura dos semanas) y dolor crónico (el que nos ocupa), la SED también clasificó el dolor crónico según la causa:

1 – Dolor ‘nociceptivo’

Es el causado por la activación de los receptores del dolor (nociceptores) en respuesta a un estímulo conocido (lesión, inflamación, infección, enfermedad) y por lo tanto suele estar localizado y suele haber una relación directa entre su intensidad y la gravedad de la agresión. Lo podemos dividir en:

Somático. Cuando afecta a la piel o más profundamente a los huesos, músculos o articulaciones. Es un dolor:

  • Constante.
  • Intenso.
  • Bien localizado.
  • Opresivo y/o punzante.

Visceral. Cuando afecta a los órganos. Por ejemplo, el dolor abdominal o de tórax. Es un dolor sordo, constante en cólico y difícil de localizar.

2 – Dolor ‘neuropático’

Se produce por una lesión del sistema nervioso. Se percibe como:

  • Quemazón
  • Ardor
  • Calambres
  • Frío doloroso
  • Y, a veces, hasta molesta o duele cosas tan inocuas como el roce de la ropa.

3 – Dolor ‘psicogénico’

Es aquel en el que no se encuentran las causas físicas que lleven a su origen y en el que los aspectos emocionales tienen una gran importancia.

Todos estos tipos de dolor pueden ocurrir a cualquier edad, sea hombre o mujer, viva en el lugar que viva.

Sin embargo, resalta un tipo de perfil como el más común en esta afección:

  • Mujer de 55 años, en edad laboral y con cargas familiares. Que sufre dolor de elevada intensidad con un gran impacto personal, familiar y social.

El perfil más común en el dolor crónico es el de una mujer de 55 años, en edad laboral y con cargas familiares. Freepik


Las emociones influyen en el dolor

A pesar de que se trata de una dolencia que no desaparece, los expertos apuntaron a que sí hay tratamientos para bajar la intensidad del dolor.

Más allá de los fármacos, coincidieron en que el dolor crónico tiene una relación muy estrecha con las emociones. Hasta el punto que estas aumentan y disminuyen la magnitud del dolor, según se vivan.

Como explica la doctora Elisa Gallach, especialista en psicología clínica en la Unidad de Dolor del Hospital La Fe de Valencia y miembro del grupo de trabajo ‘Psicología y Dolor’ de la SED.

  • “Si están nerviosos, tristes, aislados… Es decir, si sienten emociones ‘negativas’, el dolor se intensifica ya que se centran en lo ‘malo’ que hay en su vida y, por lo tanto, se enfocan y sienten más este dolor“.

Ansiedad, depresión y alteraciones del sueño causadas por el dolor crónico

El dolor crónico puede llegar a cambiar la vida de algunos de estos pacientes ya que, tal y como explica Sara Somoza, pacientes con un dolor constante tan intenso como el suyo ya no pueden hacer su vida como antes, pierden amigos, no disfrutan del mismo modo… Como consecuencia, esta situación les lleva a aislarse, a frustrarse y a mantenerse tristes, irritables y enfadados.

Como aclaró Jordi Miró, catedrático de Psicología de la Salud en la Universidad Rovira i Virgili, director del Grupo ALGOS de investigación en dolor y miembro de ‘Psicología y Dolor’.

  • “Porque ya no son ellos mismos. Y por lo tanto, tienen que pasar por una fase de duelo“,

Por si no fuera poco, estos pacientes lidian con otra lucha: convencer al resto de la población que su dolor es incapacitante y que no se lo están inventando.

De hecho, no han sido pocas las veces que muchos de ellos han tenido que escuchar… “Si vas tan arreglada, no te dolerá tanto“. Toda una falacia que los expertos denunciaron y, acto seguido, pidieron a la población más empatía.

Y ya no solo eso. También se han visto en situaciones en las que, si se muestran capaces de realizar pequeñas tareas, es suficiente para que su entorno no les tome en serio.

Así lo explica Grela Bravo, psicóloga, escritora y paciente, al relatar su propia experiencia.

  • “Me denegaron la baja laboral cuando dije que el dolor de mi fibromialgia no me permitía seguir. Me dijeron que no tendría tanto dolor si todavía podía ejecutar pequeñas tareas“.

Es por ello por lo que, profesionales como María Madariaga, anestesióloga y presidenta de la SED, no ven descabellado que, dentro de este 25% de pacientes con dolor crónico:

Falta de formación de los profesionales

“Es una parte tan difícil de tratar que hasta se nos olvida tratar”, puntualizó Madariaga.

Una afirmación que Jordi Miró avaló con una investigación propia, en la que se muestra que, solo en Cataluña, los profesionales reciben más horas de formación de veterinaria que de psicología:

  • 26 h. Psicología.
  • 70 h. Medicina
  • 87 h. Enfermería.
  • 97 h. Fisioterapia.
  • 103 h. Veterinaria.

Jordi Miró presenta telemáticamente un estudio que avala que los profesionales de Cataluña reciben en la carrera más horas de veterinaria que de psicología. N. Izquierdo


Ayudarse ayudando para calmar el dolor crónico

Al igual que las emociones negativas pueden aumentar la intensidad del dolor, las positivas pueden ayudar a calmarlo:

  • Altruismo.
  • Resiliencia.
  • Optimismo.
  • Autoeficacia.
  • Gratitud.

Y está demostrado. El doctor Martín L. Vargas, psiquiatra de la Unidad del Dolor de Valladolid y miembro de la Junta Directiva de la SED ha podido ver en primera persona cómo su propia Unidad, en la que se está llevando a cabo un programa de apoyo, los pacientes mejoran.

Tal y como especificó este psiquiatra:

  • “Los pacientes son los que mejor saben qué se siente al vivir con un dolor crónico. Por lo tanto, son ellos los que mejor pueden ayudar a otros pacientes”.
  • Por eso “más que un grupo de apoyo, es un apoyo al grupo“.
  • Se trata de “ayudarse a uno mismo, ayudando a otros“.
  • Lo que se conoce mundialmente como un win-win.
  • “Lo que es verdaderamente terapéutico es sentirse perteneciente a un grupo. Sobre todo, si en él te sientes por fin comprendido“.

Las emociones positivas pueden ayudar a los pacientes a calmar su dolor crónico. Freepik


Centrarse en lo que sí podemos hacer

Llegando al final del encuentro, los expertos también recalcaron otros tres factores que pueden ayudar a los pacientes a mejorar este dolor crónico.

  1. Mindfulness. Un cuerpo relajado es un cuerpo que puede controlar sus emociones.
  2. Ejercicio físico. “Os preguntaréis que cómo vais a hacer ejercicio si os duele… ¡Pues hay que hacerlo! Porque hay evidencia científica de que funciona. Lo único que se debe hacer es asegurarnos de que está adaptado a nuestro dolor”, animó Elisa Gallach, dirigiéndose a los pacientes que habían acudido.
  3. Y la doctora Gallach concluyó con el tercer y último consejo para superar el dolor crónico: “no debemos centrarnos tanto en los “no puedo”, pero sí en los qué puedo hacer“.



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