Como todos los 7 de abril, celebramos hoy el Día Mundial de la Salud.
Según los cálculos de la Organización Mundial de la Salud, cada año se producen más de 13 millones de fallecimientos por causas ambientales que se podrían evitar.
Es la consecuencia de la crisis climática, considerada por los especialistas como “la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad”.
El doctor Juan Martínez Hernández, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, en conversación con este diario, coincide en que el cambio climático es el gran enemigo de la salud pública, junto “a los conflictos bélicos, que son los detonantes de la pobreza, las hambrunas y las mortandades; y las desigualdades”.
¿Cuál es el gran reto actual?
Desde el punto de vista médico, el gran reto al que nos enfrentamos es el envejecimiento.
Un problema emergente, resalta el doctor Martínez, y que amenaza con convertirse en un auténtico problema social.
“Las sociedades envejecen y las demandas de atención crecen. Por ello, hay que seguir ofreciendo un servicio público de calidad, porque una población envejecida necesita cada vez más cuidados”.
Pero no son los únicos retos a los que se enfrenta la humanidad.
Cuatro años después del inicio de la pandemia del coronavirus, que de acuerdo al último estudio de la revista científica The Lancet ha dejado más de 18 millones de muertos en el mundo y 162.000 en España (muy superior al cálculo de las autoridades sanitarias), podría volver a repetirse. Así lo advierte a este portal el doctor.
¿Los coronavirus pueden darnos más disgustos?
“Los coronavirus volverán y podrían ser incluso peores. Por ejemplo el MERS, el síndrome respiratorio de Oriente Medio, era más letal pero se transmitía peor entre personas. En cambio, el SARS-CoV-2 es más leve a nivel poblacional pero se contagia de forma muy acelerada”, explica.
“El impacto terrible que ha tenido en la salud pública ha sido, aunque parezca paradójico, su levedad. Porque más del 90% de los casos han sido leves y asintomáticos”.
Y ante la amenaza de una nueva crisis sanitaria, que según el experto en Salud Pública ha sido gestionada de forma “nefasta”, las autoridades deberían replicar los modelos que se han llevado a cabo, por ejemplo, en Nueva Zelanda o Corea del Sur.
“Ningún país europeo ha liberado tanto el control de la pandemia como España, donde ya no se cuentan los casos, y después de que se nos dijera que teníamos que hacernos test de autodiagnóstico, ahora resulta que ya no tienen ningún tipo de valor”.
¿Qué enfermedades tienen mayor impacto en la sociedad?
Las dos más importantes serían:
- Diabetes. Esta enfermedad, en la que los niveles de glucosa de la sangre están muy altos, se relaciona con el sedentarismo (la falta de actividad física) y el sobrepeso. Y parsa que nadie se engañe, ya se considera exceso de peso cuando el Índice de Masa Corporal (IMC) está entre 25 y 29,9.
- Alzhéimer y demencia vascular, que está íntimamente ligado al razonamiento, la planificación, la memoria y otros procesos mentales provocados por el daño cerebral debido a la disminución del flujo sanguíneo al cerebro.
Pese a que estas patologías son consecuencia del envejecimiento de la población, como ya ha mencionado el doctor, también tienen que ver con factores de riesgo como el colesterol o la glucemia. “Son afecciones que generan enfermos y dependientes”.
¿El cáncer evoluciona bien?
Pero, ¿y qué pasa con el cáncer?
“Está teniendo muy buenos avances terapéuticos, a diferencia de otras enfermedades, y por eso el paradigma del cáncer va a cambiar a considerarse una patología crónica. Y esto es un gran avance”.
¿Y las enfermedades cardiovasculares?
Respecto a las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, es muy importante el control de los factores de riesgo (obesidad, tabaquismo, hipertensión…).
Pero en este punto, el especialista en salud pública, doctor Juan Martínez, considera que “estamos retrocediendo”.
“Desde la pandemia de la Covid-19 se ha dejado a un lado el seguimiento de los hábitos de vida que aumentan la probabilidad de padecer enfermedades como cardiopatías, infartos de miocardio o embolias cerebrales. Y esto es debido a la destrucción de la Atención de Primaria, que ha sido la gran damnificada de la crisis sanitaria”.
No obstante, más allá de la gestión de los recursos públicos, subraya, “nos hemos vuelto más sedentarios desde el estallido del coronavirus, con un aumento del consumo de bebidas alcohólicas y de productos ultraprocesados como patatas fritas o snacks”.
La obesidad golpea a los más pobres
Save The Children ha hecho público un alarmante informe titulado ‘Adiós a la dieta mediterránea: nutrición y hábitos saludables de la infancia en España’. En él, se hace hincapié en que los índices de obesidad y sobrepeso en nuestro país están vinculados a los hogares con menos ingresos.
España se sitúa a la cabeza, junto a Chipre e Italia, en el ranking europeo de obesidad infantil, con cifras más que preocupantes. Uno de cada cinco niños de entre 7 y 8 años, es decir el 18%, sufre obesidad.
Y lo confirma el especialista.
“El sobrepeso y la obesidad son mucho más importantes en las clases sociales desfavorecidas. La explicación es que los alimentos más baratos en los supermercados son los más grasos y de peor calidad. En cambio, los frescos, proteicos, son mucho más caros”.
“Este problema, junto al sedentarismo, son los que marcan el inicio de este siglo, y además impactan en las enfermedades crónicas como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares”.