Donald Trump la ha descrito como “la mejor entrevista de la historia”. Sin embargo, la charla “sin guión y sin límites” que el expresidente de Estados Unidos ha mantenido esta madrugada en X con su propietario, el magnate tecnológico Elon Musk, se ha saldado con un alud de dos horas de desinformación, frases incoherentes, acusaciones a Kamala Harris, alabanzas a dictadores como Vladímir Putin y errores técnicos.
La “conversación” arrancó de forma accidentada. Aunque estaba programada para las dos de la madrugada (hora española), se retrasó 40 minutos debido a fallos en la red social anteriormente conocida como Twitter. Musk aseguró que había sido objeto de un “ataque masivo DDOS”, una agresión informática que busca colapsar los servidores, pero empleados de la plataforma aseguraron a The Verge que no se había producido y que había un “99%” de probabilidades de que el hombre más rico del mundo estuviese mintiendo. La explicación de Trump fue que X se había visto “desbordada de oyentes”. El sistema debía alojar a 8 millones de usuarios simultáneamente, pero finalmente solo fueron 915.000.
Trump empezó la charla —que confirmó su regreso a Twitter tras su expulsión en 2021 por incitar el asalto al Capitolio— celebrando el “milagro” que le permitió salir prácticamente ileso del fallido intento de asesinato perpetrado el pasado 13 de julio. “La inmigración ilegal me salvó la vida”, bromeó, entre risas. Justo antes de que la bala alcanzase su oreja, el expresidente giró la cabeza para mostrar al público un gráfico sobre el descenso de la llegada de migrantes durante su mandato. “Voy a dormir siempre con él”, añadió.
Ataque a los demócratas
Con esta entrevista en prime time, Musk ofreció a Trump un espacio amigable para impulsar su campaña para las elecciones presidenciales que EEUU celebra en noviembre. El líder republicano trató de aprovecharlo durante dos horas con ataques a menudo plagados de mentiras. Así, acusó al presidente Joe Biden, de 81 años, de estar “cerca de un estado vegetal” (él tiene 78) y de abrir la frontera a “inmigrantes ilegales”, si bien la administración demócrata ha deportado a casi tres millones de personas. También reiteró que países extranjeros como Venezuela mandan a sus criminales, desempleados y enfermos mentales a EEUU.
En las últimas semanas, Trump ha intentado adaptarse al paso atrás de Biden y a la elección de Harris como su sustituta, un inesperado giro de guión en la carrera a la Casa Blanca que ha catapultado a los demócratas hasta darle la vuelta a las encuestas. En su charla con Musk, el expresidente los acusó de perpetrar un “golpe” contra Biden, llegando a asegurar que el partido le “sacó detrás del cobertizo y básicamente le disparó”. También arremetió contra Kamala, tachándola de “liberal radical de izquierdas“, si bien esta vez no cuestionó su raza.
Loas a Rusia, China y Corea del Norte
Trump también despotricó contra sus adversarios políticos, declarando que “la gente mala de nuestro gobierno” era “más peligrosa” que los enemigos extranjeros. Así, elogió a los líderes de Rusia, China y Corea del Norte por estar “en la cima de su juego”, por ser “duros, inteligentes y despiadados” y por “amar a su país”. También defendió que “llevarse bien” con el presidente ruso Vladímir Putin, el chino Xi Jinping o el norcoreano Kim Jong-un “es algo bueno” y que, con él en el poder, los EEUU eran “respetados” internacionalmente.
Después de alabar a esas autocracias, el candidato republicano cargó contra la Unión Europea (UE), afirmando falsamente que es “imposible” vender coches estadounidenses en el viejo continente. “No son tan duros como China, pero son malos”, remarcó. “No tratan bien a nuestro país”. Además, sobrevaloró la ayuda económica y militar que EEUU ha prestado a Ucrania en su guerra contra la invasión rusa y minusvaloró la prestada por los europeos.
Momentos extraños
La conversación entre ambos ha dejado otras afirmaciones poco coherentes. Por ejemplo, Trump ha asegurado que el calentamiento global no es la mayor amenaza del planeta, pues la subida del nivel del mar permitirá tener “más propiedades frente al mar”, sino el “calentamiento nuclear”. También ha dicho que Kamala es una “mujer guapa” y que le recuerda a su tercera y actual esposa, Melania Trump. Los balbuceos e incongruencias de Trump han hecho que los trending topics automatizados de X hayan destacado las acusaciones sin pruebas de que el expresidente llevaría dentaduras postizas mal ajustadas.
Musk, por su lado, ha dicho que la reconstrucción de las ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki —arrasadas por EEUU hace 79 años— demuestra que las bombas nucleares no son “tan aterradoras como la gente piensa”.
Giro trumpista de Musk
A lo largo de las dos horas que duró la charla, Musk elogió repetidamente la gestión política y migratoria de Trump, no objetó ninguno de sus bulos y aseguró admirar su “coraje” tras su intento de asesinato. El magnate incluso se ofreció voluntario para unirse a una próxima administración trumpista como miembro de una posible “comisión de eficiencia gubernamental”. El expresidente acogió su propuesta con satisfacción. “Eres el mejor recortando”, dijo entre risas de ambos. “Cuando (los trabajadores) se declaran en huelga tu les dices de acuerdo, estáis todos despedidos“.
En los últimos meses, Musk ha apoyado abiertamente a Trump a pesar de asegurar que no lo haría. El milmillonario y otros influyentes directivos tecnológicos han creado un fondo de recaudación con el que financian las campañas de políticos trumpistas en estados cruciales. El grupo, America PAC, está siendo investigado por las autoridades electorales por presuntos intentos de engaño y de recopilación de datos de los votantes. La charla en X, confesó el empresario tecnológico, es un esfuerzo más para convencer a los “independientes que aún tratan de decidir su voto”.
Irónicamente, el hombre más rico del mundo dijo en 2022 que para el final de un segundo mandato presidencial Trump, cuando tenga 82 años, será “demasiado viejo para ser jefe ejecutivo de nada, y mucho menos de EEUU”. Aunque en su charla también pidió frenar el gasto público, Musk se ha aprovechado de los préstamos gubernamentales y las exenciones fiscales para disparar el crecimiento de Tesla (empresa que dirige) y ha presionado al gobierno de Biden para que apruebe una normativa contra los nuevos coches de gasolina, política a la que Trump y la derecha estadounidense se opone.
Respuesta de Harris
El equipo democráta respondió a la entrevista con un breve comunicado: “Toda la campaña de Trump está al servicio de gente como Elon Musk y él mismo —ricos obsesionados consigo mismos que venderán a la clase media y que no pueden dirigir un vídeo en directo en el año 2024”.