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‘De Viriato a Carlos V’: cómo y cuándo seguir sus pasos en una ruta de 28 km en La Vera


La comarca de La Vera, ubicada al norte de Cáceres, es un mágico enclave que revela al visitante bellos paisajes de castaños y robles, gargantas naturales, pueblos con un encanto especial que conservan con orgullo su arquitectura tradicional, una gastronomía de primer nivel en cuyos platos no puede faltar su famoso pimentón con denominación de origen y un patrimonio y riqueza cultural dignos de mención. Su innegable atractivo no pasó ni pasa desapercibido para nadie, tanto es así que el emperador Carlos V escogió estas tierras para pasar sus últimos días, las mismas en las que, según la tradición oral, nació el líder lusitano Viriato. 


Imagen de la estatua de Viriato en el pueblo de Guijo de Santa Bárbara


inés cano

Para recordar al primero, cada año desde 1999 se celebra la famosa ‘Ruta de Carlos V’, un recorrido que conmemora el viaje que llevó al emperador desde el Palacio de los Condes de Oropesa en Jarandilla de la Vera hasta el Monasterio de Yuste. Como complemento a esta, hace tres años se creó la ruta senderista ‘De Viriato a Carlos V’, un itinerario circular de 28 kilómetros por la comarca para seguir los pasos de estos dos personajes históricos, así como para poner en valor este destino poco conocido que ofrece grandes atractivos a los amantes de la naturaleza y el turismo activo.

En la que es su tercera edición, esta propuesta tendrá salida en Cuacos de Yuste y pasará por Aldeanueva, Guijo de Santa Bárbara y Jarandilla. Organizada por el Área de Dinamización Deportiva de la Mancomunidad de la Vera, los ayuntamientos de las cuatro localidades que atraviesa y el club senderista de Cuacos de Yuste, esta ruta de dificultad alta y un desnivel de subida de 1.075 metros tendrá lugar el el 22 de octubre.

Las inscripciones, que tienen un precio para senderistas federados de 8 euros y de 12 euros para los no federados, están abiertas hasta el 18 de octubre e incluyen avituallamiento, seguro, ambulancia y regalo conmemorativo.

Descubriendo La Vera a pie

La salida se efectúa a las 8.00 horas desde Cuacos de Yuste, una villa declarada conjunto histórico-artístico cuyo monumento más importante es el monasterio, templo construido a finales del siglo XV y modificado en 1556 para acomodar al monarca Carlos V durante sus últimos días. La estructura se puede dividir en dos partes -ambas rodeadas por unos cuidados jardines-, el monasterio de estilos gótico y renacentista y la residencia, una sencilla edificación de ladrillo, mampostería y sillería. Visto esto, los participantes podrán disfrutar del resto de atractivos que ofrece este pueblo como son: la plaza Mayor porticada, en la que destaca la fuente de los Cuatro Caños, la casa de Juan de Austria, lugar donde según la leyenda vivió el hijo natural del emperador, y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la cual conserva excelentes retablos de la escuela andaluza y un hermoso órgano barroco.

Imagen principal - IFotos del Monasterio de Yuste, Cuacos de Yuste (La Vera)
Imagen secundaria 1 - IFotos del Monasterio de Yuste, Cuacos de Yuste (La Vera)
Imagen secundaria 2 - IFotos del Monasterio de Yuste, Cuacos de Yuste (La Vera)
IFotos del Monasterio de Yuste, Cuacos de Yuste (La Vera)
Inés Cano

Tras disfrutar también de los bellos paisajes que se dibujan en la sierra que abriga estos pueblos es momento de conocer Aldeanueva de la Vera, una villa en la que, además de descubrir curiosas muestras de arquitectura popular como la fuente de los Ocho Caños o la plaza de toros rectangular, se puede admirar la iglesia de San Pedro, que levantada entre los siglos XVI y XVII acoge un pequeño e interesante museo de arte religioso, la casa del Obispo Godoy, teólogo del siglo XVI, y las ermitas de San Miguel, del siglo XVIII, la del Cristo de la Salud y la del Cristo de la Pasión, donde se guardan las imágenes de Semana Santa.


Imagen del pueblo de Guijo de Santa Bárbara


rocío jiménez

Pero, es la siguiente parada la que indudablemente quedará grabada en la retina del senderista. Situado a casi 900 metros de altitud, en las estribaciones de la Sierra de Gredos, está Guijo de Santa Bárbara, el pueblo más alto de la comarca y un balcón perfecto para contemplar la exuberante naturaleza de la que presume la zona. Lo primero que llama la atención de este rincón es el buen estado de conservación de la arquitectura tradicional verata –adobe, piedra y madera– engalanada con flores y pilistras, así como su estatua de Viriato, de quien se dice nació en estas tierras y al que cada año se recuerda con una gran fiesta que incluye un mercado de artesanía, conciertos, animación callejera y otras actividades. Su antiguo lavadero, al que todavía algunas mujeres acuden para hacer la colada, la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, del siglo XVIII e interior de estilo mudéjar, y el centro de interpretación de la Reserva Regional de Caza ‘La Sierra’, cuyo objetivo es dar a conocer la labor que se ha llevado a cabo para recuperar la cabra montesa, así como informar de la riqueza cinegética de este entorno, son algunos de sus atractivos.


Imagen del castillo de los Condes de Oropesa, hoy Parador de turismo de Jarandilla


paradores

Es probable que la última parada antes de regresar a Cuacos resulte más familiar a aquellos forasteros que no conocen la zona, pues Jarandilla de la Vera acogió también durante un tiempo a Carlos V. Más concretamente, fue el castillo de los Condes de Oropesa, hoy Parador de Turismo, donde se alojó el monarca hasta que concluyeron las obras del monasterio de Yuste (1556-1557). Esta fortaleza-palacio fue construida a mediados del siglo XV con tres recintos cuadrangulares entre los que destacan su patio de armas, donde se pueden apreciar escudos de los Álvarez de Toledo, de los Obispos y de otros nobles ilustres, y una espaciosa galería gótica de dos pisos situada en su fondo meridional. Recorrer las calles empedradas de la villa permite fotografiar otros monumentos destacados como son la iglesia fortaleza de Nuestra Señora de la Torre, edificio que data de los siglos XII y XIII en el que destacan su capilla renacentista y un retablo barroco, la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, que alberga una talla de estilo barroco del siglo XVIII de la Virgen de la que toma el nombre, la ermita del Santo Cristo del Humilladero, del siglo XVI y el Puente Parral.

La belleza de esta comarca es tal que una jornada de paseo sabrá a poco, ¡palabra!

 



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