“El miedo en el cuerpo” narra una búsqueda que se complica de forma inesperada hasta poner en peligro la vida del protagonista, Daniel. Su autora, Empar Fernández, matiza que “aunque una ficción es solo eso, sería interesante y deseable que contribuyera a ampliar el foco de nuestra mirada, a ayudarnos comprender y a empatizar con las familias con un miembro niño autista. A menudo necesitan una ayuda que el estado no es capaz de proporcionar”. Como le ha sucedido en muchas ocasiones, la idea “tiene su origen en la prensa diaria, concretamente en la lectura de una buena noticia entre tanta catástrofe. En un estado de los EE UU había sido localizado un menor autista tras permanecer en paradero desconocido durante tres años. Investigando un poco más llegué a la conclusión de que los periodos en los que un niño diagnosticado TEA (Trastorno del Espectro Autista) permanece extraviado cuando se aleja de su familia o de los profesores durante una salida escolar son extraordinariamente largos. Aunque cada niño autista es diferente, es muy frecuente que en caso de desorientación un autista rehuya el contacto, que escape, que no trate de comunicarse ni de pedir ayuda. Estará casi siempre doblemente perdido”.
Siempre le han interesado “los personajes que plantean alguna dificultad y, en este sentido, el niño autista desorientado en las calles de una gran ciudad y rodeado de gente a la que no conoce y a la que no piensa aproximarse, era todo un reto. De la lectura de la información formal a la que todos podemos acceder con facilidad pasé a entrevistar a dos maestras que comparten el día a día con estos niños en un centro especializado. Pensé que ellas podrían asesorarme e indicarme cómo reaccionaría Daniel al encontrarse completamente solo en uno de los barrios más visitados de Barcelona. Nunca es fácil ponerse en la piel del otro y si este otro es un niño de siete años con un trastorno mental resulta algo más complicado. Un niño que precisa en todo momento de unos referentes inamovibles, de unas rutinas fijas y de las personas que las conozcan”.
El título alude a que “el miedo, el terror en estado puro, se apodera de nosotros cuando perdemos de vista a un hijo, a un hermano, o a un niño del que nos hemos responsabilizado. Una ausencia de pocos minutos genera una reacción que nos induce a gritar, a correr, a desesperarnos sin remedio. Es lo que le sucede a Lucía, la madre de Daniel cuando advierte que ha desaparecido. Y es también lo que experimenta Mauricio Tedesco, el inspector de los Mossos d’Esquadra que interviene en la investigación y que tiene un vínculo emocional con la criatura extraviada. Un policía que se aproxima a la jubilación y que arrastra una historia personal sombría, un inspector cuya principal facultad es la de llegar a reconocerse en los demás, la de calzarse la piel del otro, sea la víctima o el criminal”.
El miedo en el cuerpo
Empar Fernández
Alrevés, 304 páginas, 20 euros