En 1997, OBK era un grupo consolidado, con muchos discos vendidos y recién contratado por una multinacional, pero Jordi Sánchez (cantante) y Miguel Ángel Arjona (teclista) no acababan de estar satisfechos con un aspecto de su proyecto tecno-pop: el apartado visual. “Buscábamos a nuestro Anton Corbijn [el creador de la imagen de Depeche Mode y U2]”, explica Sánchez. “Fue entonces cuando J. A. Bayona llegó a nosotros a través de [su hermano] Carlos”, quien les había comentado durante una audición que su hermano era director y había empezado a hacer videoclips.
Su primera colaboración, ‘A contrapié’, se rodó durante un día en los Monegros con un presupuesto ínfimo, de poco más de mil euros. “Cuando vimos el resultado, supimos que este había venido para quedarse, con nosotros por lo menos”, dice Sánchez. “Nos gustó mucho el tratamiento del blanco y negro. La fantasía, la imaginación, la creatividad… Y eso que este era el vídeo, quizás, más claramente ‘depechero’. A partir de ahí, Jota expandió su creatividad”.
Sánchez habla con El Periódico de Cataluña, del mismo grupo editorial, en mitad de La Paloma, donde hace ahora veintitrés años se rodó el quinto de los catorce videoclips que acabaron haciendo juntos entre 1997 y el 2008. Esta espectacular pieza, ‘Tú sigue así’, fue galardonada con el premio Ondas al mejor videoclip en el 2000. “Es que quedó impresionante”, recuerda Jordi. “Me pusieron un ventilador y parecía que estaba cantando ante 200.000 personas. Para mí fue cuando Jota hizo el clic; cuando todo el mundo que se dedicaba a la creatividad en este país se dio cuenta de que detrás de ese vídeo había alguien a quien seguir muy de cerca”. Además de seguir rodando con OBK, Bayona firmó películas promocionales para Rosario, Raphael, Lolita, Nena Daconte, Bunbury o, sobre todo, Camela, a los que embarcó en encantadoras fantasías basadas en géneros cinematográficos.
Además de ‘Tú sigue así’, con OBK firmó vídeos tan cuidados como ‘El cielo no entiende’, ‘Falsa moral’ (canción y vídeo inspirados en la historia de Mary Kay Letourneau mucho antes de ‘Secretos de un escándalo’) o el quizá mejor de su carrera, ‘Quiéreme otra vez’, juego provocador con iconografías pop. “Con Jota, en cada vídeo había que intentar superarse y había que hacer algo diferente, para no caer en el aburrimiento. Disfrutábamos mucho de ‘a ver con qué nos sorprende Jota’. En ‘Quiéreme otra vez’ había mucho de David LaChapelle, mucho colorido. Era un poco reírse de la frivolidad de la fama, hacer un vídeo muy distendido, pero con mucho impacto visual. En mis conciertos es todavía uno de los visuales que mantengo”.