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Chiara Oliver: “La música es mi amor más puro y más fuerte”


“It’s only right that you should / play the way you feel it”.

‘Dreams’, Fleetwood Mac.

Chiara entra en la habitación tarareando “ya lo ves ♫, la vida es así ♪” y se sirve un vaso de zumo de manzana, su favorito. En su mano izquierda destaca un precioso anillo con forma de luna. Nos cuenta que se lo regaló su abuela en Navidad y que es de una joyería de Menorca, su isla. Allí habla catalán con sus amigas, aunque su idioma materno es el inglés. Su paso por OT le ha permitido ganar fluidez con el castellano, y también un nuevo apodo: Kiki. Hasta entonces, nadie la solía llamar así, solo Chiara o Keeks. Ahora son dos nombres que aluden a una misma música: comprometida, valiente y, sobre todo, muy intensa.

La menorquina Chiara, durante la entrevista. / Carla Acosta

¿Qué fue un mayor reto, entrar en OT o en la ESMUC (Escuela Superior de Música de Cataluña)?

En la ESMUC fue más difícil, por el hecho de que en OT no tenía expectativas. A Operación Triunfo me presenté pensando ‘no me cogen ni de coña, no hay chance’. En cambio, en la ESMUC era ‘ride or die’, si no entraba no sabía qué haría. Tenía que entrar. Por otro lado, en OT pensaba ‘mira, es una oportunidad. Si tengo suerte, superguay, pero, si no, no pasa nada’. Y yo iba con la idea de que no iba a entrar, de que era imposible, superdifícil. Entonces, sí, es más difícil entrar en OT, pero, a la vez, para entrar en la ESMUC estuve preparándome un año entero, estudiando sin hacer nada más, las pruebas fueron muy complicadas…

Dentro de la academia, teniendo en cuenta que hay profesionales y clases muy buenas, ¿cuáles te han resultado más provechosas? ¿De qué clase dices: “Esta me ha ayudado un montón”?

Siempre dije que una de las cosas de las que quería sacar partido ahí era el baile, porque se me da fatal bailar. Para mí era muy importante practicarlo, así que esas clases con Vicky y con Judith las intenté aprovechar al máximo. Solo me tocó una vez una canción con baile, y eso me dio pena porque me habría gustado bailar un poco más, un poco más de reto. Pero, realmente, he aprendido tanto en todas las clases… Lo dije ya en la tercera semana, yo entré sabiendo que podía cantar, pero nunca me había imaginado que se me dieran bien otras cosas, y cuando llegué y, de repente, hacía interpretación con Abril y se me daba bien, y ella me empujaba aún más porque veía que ahí había algo que encontrar… O en las clases de baile, en las que sabía bailar… Entrar ahí y darme cuenta de que no solo se me daba bien cantar fue muy guay, y me abrió muchas puertas… y la mente.

La artista menorquina Chiara Oliver, durante la entrevista.

La artista menorquina Chiara Oliver, durante la entrevista. / Carla Acosta

OT no es solo una academia profesional, también representa una evolución personal. ¿Qué has aprendido de tus compañeras y compañeros?

He aprendido tanto… Es la experiencia que más me ha hecho evolucionar como persona, mi crecimiento personal en la academia ha sido increíble. He aprendido muchas cosas. Podría decirte qué he sacado de cada uno, pero diría que, sobre todo, ahora sé tener más confianza en mí misma y que puedo estar mal, abrirme un poco más en todos los sentidos… Porque soy una persona muy habladora y extrovertida, pero siempre enseño solo la cara buena. Y, ahí dentro, aprendí a enseñar también la cara mala, que si estás mal o triste, o agobiado, que es algo muy normal ahí dentro, si quieres, puedes expresarlo. Y eso lo aprendí sobre todo gracias a Violeta, que es emocionalmente superinteligente, y he aprendido mucho de ella. La ves así y lo absorbes, y quieres hacerlo tú también.

El otro día le comentaba a Violeta, precisamente, que tiene una sensibilidad y una inteligencia emocional brutales, y muy poco comunes en su edad. Ambas os habéis apoyado, os habéis cuidado, os habéis hecho más fácil la estancia en la academia. ¿Crees que tu experiencia en Operación Triunfo habría sido diferente sin ella?

Totalmente diferente. Es una persona que se convirtió en uno de mis pilares… en mi pilar. Fue mi sostén emocional, me cuidó un montón, y me ayudó a madurar. Como he dicho, maduré muchísimo ahí dentro y ella fue una de las personas que me ayudó a hacerlo. Ella y Salma, sobre todo, me cuidaban un montón. Siempre lo he dicho, al principio yo me aseguraba de que todo fuera bien. Al final, ellas dos se fueron y fue como abrir las alas y volar sola. Todos sus consejos ya los llevaba dentro. Crecí un montón.

Se ha hecho superconocido el meme de ‘La única carretera de Menorca…’, pero ¿cuál es tu favorito?

Ese, por supuesto. Además, hice un TikTok de eso con mi amiga Martina, que coincidió que estaba en Menorca. He visto tantos… El de las volteretas también me parece muy gracioso, es algo que hago instintivamente cuando estoy eufórica o si estoy incómoda. Es como para estirar (se ríe).

Chiara Oliver, una de las concursante de Operación Triunfo 2023.

Chiara Oliver, una de las concursante de Operación Triunfo 2023. / Carla Acosta

Te hemos visto en ‘mood’ balada, popera, rockera… ¿con cuál te sientes más cómoda?

Es que me encanta todo… Me encantan las baladas, porque disfruto expresándolo todo, me encanta cantarlas y también componerlas, porque es cuando estás hablando de verdad. Pero en las ‘rocker’ también hablas de verdad… A mí me gusta componer una buena canción de estilo más cañero y diciendo cosas muy directas. Por ejemplo, ‘Toxic’ es una canción que lo dice todo muy claro. Me gusta poder escribir canciones y poder crear ese mundo interior, y que todo tenga ese equilibrio… que todo tenga que ver, porque todas mis canciones van sobre mi vida y cosas que pasan en ella, y muchas veces están relacionadas entre sí. Y, también, muchas veces van sobre las mismas personas.

Me gusta poder escribir canciones y crear ese mundo interior.

En tu última nominación se dio un fenómeno nunca visto. Muchas marcas, famosos, famosas, Times Square, Irene Montero…

Qué fuerte. He compartido habitación con Álvaro esta noche, y yo estaba pensando (porque no tenemos mucho tiempo para pararnos y pensar y darnos cuenta de lo que está pasando), y estaba a punto de dormirme y, de repente, le digo: “Álvaro, Irene Montero sabe de mi existencia”.

Irene Montero y medio mundo, hasta Miley Cyrus. Claro, esa semana tú la viviste desde dentro de una forma, pero desde fuera se vio de otra muy diferente. Tienes el fandom más organizado del mundo.

Están superorganizadas. Yo estaba tranquilamente en la academia, comiendo un Alpro de lima limón, dando volteretas y mirándome el paladar —porque he visto un vídeo del momento en el que salía en Times Square y, si entrabas en el directo, yo estaba en un espejo haciendo eso—. Es muy fuerte pensar que yo estoy ahí dentro, sin enterarme de nada, y fuera está pasando todo eso. Me habría encantado poder vivir las dos cosas a la vez, que alguien me trajo un cartel a la academia que decía ‘Chiara, has salido en Times Square’.

Cuando las ‘kivistas’ (fans de Chiara y Violeta) supieron que la Asociación de Padres de Niños con TDAH de Menorca se había quedado sin subvención, organizaron una colecta en tu nombre y en el de Lucas. Cuéntame tu experiencia. ¿El TDAH te pone alguna piedra en el camino?

No, yo creo que no. Influye en mi personalidad y en cómo soy, es parte de mí y de lo que la gente ha visto de mí en la academia. Estoy muy contenta de que Lucas y yo, que somos personas con TDAH, hayamos estado ahí dentro, dando visibilidad 24 horas al día, y para que gente, sobre todo niños, con TDAH puedan vernos allí y sentirse identificados. Muchísima gente ha venido a darme las gracias por darle visibilidad, y eso me pone tan feliz… pensar que nosotros, simplemente siendo nosotros mismos, hemos influido en el amor propio de alguien. Es muy guay estar ahí dentro, hacer tu vida y que eso ayude a la gente y haga que se sientan más próximos a ti y a sí mismos.

‘Escriurem’ nos llegó muchísimo. ¿Dónde te instalaste, como diría Abril, para poder transmitir tanto?

Esa semana era justo la de después de mi nominación con Violeta, que se acababa de ir. Yo me instalé un montón en mis compañeros, en general, sobre todo en los que se habían ido, y en Violeta, evidentemente. Cuando cantaba esa canción pensaba en que cuando saliera, nos reuniríamos y cantaríamos juntas y todo sería igual o mejor que en la academia. Para mí fue cantar dedicándoselo a mis compañeros de fuera. Y, también, porque esa canción llevo cantándola en mis bolos desde los 15 años y nunca he sabido de qué iba. Y vino Miki en una de las primeras semanas de Operación Triunfo y nos contó que la escribió para sus compañeros. Y yo, unos días más tarde, me puse en el sofá a cantar esa canción, sabiendo ya qué significaba, y me puse a llorar, porque me pareció tan bonita de repente… me sentía superidentificada con ella… ¡esta es mi vida! Y, cuando nos la dieron, pensé ‘qué guay cantar en catalán, en euskera, con Martin, uno de mis mejores amigos y de las personas más puras que he conocido ahí dentro y con las que he tenido más afinidad… y, además, dedicándosela a mis compañeros’.

El público ha tenido la sensación de que, en ocasiones, el jurado no justificaba con motivos claros las nominaciones o valoraciones. ¿Cómo te enfrentas a una nueva semana cuando realmente no tienes una ruta clara sobre cómo mejorar?

Para mí era al revés. Cuando me decían las cosas que tenía que mejorar era cuando me agobiaba. De repente tenía una lista larga con cosas que mejorar y las quería hacer todas a la vez.

Chiara Oliver, la artista balear, en su 'mood' más rockero.

Chiara Oliver, la artista balear, en su ‘mood’ más rockero. / Carla Acosta

¿Y si no sabes qué tienes que mejorar?

Sigues igual. Simplemente es porque tu actuación se les ha quedado corta, un poquito por debajo del resto. Como siempre he confiado en mí misma en el ámbito musical, hacía la canción como yo creía que la tenía que hacer, a mi manera. Era peor cuando me hacían demasiadas críticas, eso sí que me abrumaba, porque tenía la sensación de que tenía que mejorarlo sí o sí. Si no me lo dicen, sigo haciéndolo como quiero (se ríe). También es verdad que de las críticas del jurado tienes que coger lo que puedas. Si lo coges todo, te vas a agobiar. Por ejemplo, la semana anterior a cantar ‘Mía’ yo salí favorita, pero me querían nominar. Si no hubiera estado protegida, me habrían nominado.

Fue la única vez en todo el concurso en el que un participante salió elegido como nómada favorito y se le hizo una valoración negativa.

Y me dijeron muchas cosas. Buika me dijo que tenía que arriesgar, que todas mis canciones se quedaban monóntonas, que tenía que vocalizar… Y hay cosas en las que tiene razón. Vocalizar es muy importante en el concurso, por ejemplo. Hay cosas objetivas en las que te pueden pillar, como la afinación y la vocalización. En cambio, cosas como que me queda todo monótono… eso es subjetivo. El efecto vocal es algo subjetivo. Yo esa semana me empeñé en cambiarlo todo. Me lo quería quitar todo, no podía hacer más yodeling, había que darle más dinámicas, más emoción, vocalizar… Tenía que arriesgar, así que, ¿qué hice? ¡Venga, vamos a sacar el piano! Y, claro, tuve una sobrecarga de cosas y, al final, me nominaron. Me volví loca y me dije que tenía que sobrecompensar todo lo que me habían dicho. Por eso hice ‘Mía’ y estaba tan nerviosa durante toda la semana, porque tenía todas esas cosas en la cabeza. También tenía que abrir los ojos, no apartarme del micro…

Estar ahí dentro me ha venido muy bien porque he sido independiente a la hora de tomar mis decisiones.

Me agobié, no sabía qué estaba haciendo. Violeta me decía “venga, que tú puedes”, actuando de ‘coach’. Además, se acababa de ir Salma, que era como mi madre ahí dentro. Ella me decía las cosas claras, como yo necesitaba escucharlas. Mi madre es la persona con la que más cuento para tomar decisiones, así que estar ahí dentro me ha venido muy bien porque he sido independiente a la hora de tomar mis decisiones. Pero sí que se notaba que, a veces, Salma me ayudaba. Y esa semana me habría encantado tenerla ahí para preguntarle ‘Salma, ¿piano o no piano?’, y Salma me habría dicho ‘no piano’. En cambio, Violeta me decía “venga, va, que tú puedes”, que lo agradezco un montón, porque confiaba en mí incluso cuando yo no confiaba en mí misma, y eso es muy guay, me empujaba y me dio muchísimo apoyo. Y tengo que decir que no me arrepiento. Si volviese, volvería a hacerla con piano. Pero, bueno, son cosas que pasan y aprendí un montón de esa experiencia. Después de eso, no me volvió a pasar.

Si tu vida fuera una película, ¿qué tres canciones serían tu banda sonora?

Uf, es que soy tan fan de la música… me acabas de hacer la peor pregunta posible, porque ahora estaré tres horas hablando de música. Mi banda sonora… ‘All I Want For Christmas Is You‘, porque al menos un tercio de mi año sería esa canción. Y, claro… te iba a decir mis favoritas, pero también tendrían que ser canciones que me representen… Bueno, ‘Love’s In Need Of Love Today‘, de Stevie Wonder, que siempre ha sido mi respuesta cuando me preguntaban que si me quedasen cinco minutos de vida cuál sería la última canción que escucharía, es preciosa. Y después ‘Dreams‘, de Fleetwood Mac, otra de mis canciones favoritas.

¿Quién es tu actriz favorita, y, sobre todo, por qué no es Meryl Streep?

Ay, perdón, Meryl Streep (se ríe). No está sobrevalorada, porque es increíble, pero es que la veo en todas partes. Mi actriz favorita es Renée Zellweger. ¿Me lo compras?

Te lo compro.

Me encanta ‘Bridget Jones’, me encanta ‘Chicago’… Ella me parece increíble, elegante y con tanta clase… Me encantan sus películas.

Antes de entrar en OT dijiste que hay muchas canciones de ruptura y muy pocas de amor.

Y yo no contribuyo para nada (se ríe).

Lo vemos, lo vemos. ¿Crees que es más fácil escribir cuando se está triste que cuando se está feliz?

El otro día estaba escribiendo en mi diario sobre esto. A veces mola que te duela el corazón. Yo, como buena romántica del romanticismo, dramática y artista… a los artistas nos gusta lo que duele, nos gusta padecer. Saca lo mejor, nuestra esencia, esa garra… por eso creo que sí, que es más fácil escribir cuando estamos tristes o enfadados. Yo escribo mucho enfadada. Siempre tengo algo que decir.

Yo escribo mucho enfadada. Siempre tengo algo que decir.

¿Cómo vive el amor una romántica del romanticismo?

Locamente (se ríe). Estuve unos dos años loca por el mismo tema. Muy intensamente, escribí muchas canciones, hice mucho el ridículo… Pero lo vives guay, porque es material para las canciones. Y, a la vez, es superbonito. Me encanta ver fotos de mí en momentos muy especiales de mi vida, o cuando he estado muy enamorada, y no puedo evitar sonreír, porque pienso ‘¡qué mona!’.

Y qué buena versión nos saca.

Y qué genuina. Sobre todo en mi caso, porque soy una persona que confía muchísimo en la gente, y eso puede ser para mal o para bien. Soy muy optimista, lo vivo todo como si fuera la primera vez y siempre estoy positiva. Y ver esa positividad cuando recuerdo momentos de mi vida me hace pensar a la vez ‘pobrecita’ y ‘qué mona’.

Durante tu paso por el concurso te hemos visto componer una canción detrás de otra. El otro día Chenoa decía que lo hacías con una naturalidad que muestra que para ti es lo normal y que no te das cuenta, desde esa humildad, de que no es lo habitual. ¿A qué edad empezaste a componer y cuál fue la primera canción que creaste?

Me encanta componer, es una de mis cosas favoritas. Plasmar tus emociones y crear una canción. Al componer, junto la música, que es algo que amo, conmigo misma. La música es mi amor más puro y más fuerte. Unir eso a ti misma, porque, al final, lo que estás diciendo en las canciones es tu esencia, tu alma, son tus palabras, lo que te está pasando… es muy chulo, y por eso me encanta componer. De ahí viene mi naturalidad, porque, en realidad, estoy contando mi vida. No es nada más que contar mi vida, y un poco lo que me pasa, cómo me siento, cómo está mi cabeza. Por eso no me parece algo sobrenatural ni loco. Y entiendo que lo parezca, porque tú ves una chica que ha compuesto tres canciones en un día, pero simplemente son las tres emociones que estás sintiendo en ese día.

Al componer, junto la música, que es algo que amo, conmigo misma.

Y saber transmitirlas y plasmarlas en un papel. No debe ser fácil.

Eso es entrenamiento. Cuando tenía quince años (empecé con catorce o quince) no se me daba tan bien. Hay que entrenar. Siempre se lo decía a mis amigos de la academia, “si lo practicáis, ahora van a salir canciones malas, pero en un año saldrán cosas más chulas”. La primera canción que compuse fue una superbonita… bueno, la primera fue con mi hermana en la piscina, pero esa no cuenta. La primera que compuse de verdad fue una basada en un tema de Norah Jones, y fue la primera toma de contacto. Y la primera que compuse y que me gusta es ‘Toxic’, que creé con quince años, en enero de 2020, hace cuatro años.

Si te tuvieras que quedar con una de todas las que has compuesto, ¿cuál elegirías?

El otro día salió un filtro de TikTok con mis canciones. Yo lo hice, y siempre me quedaba con la misma canción, ‘Otro día’, una balada a piano. No sé por qué. Si pudiera elegir cinco sería más fácil, pero una… creo que sería ‘Otro día’ o ‘Una ronda de más’.

Dijiste que te costaba un poco más el tema de la letra. ¿Hay algo que te ayude: un estado anímico, una música de fondo, una lectura…?

La persona que me ha ayudado con el tema de las letras es Violeta, porque me dio la confianza. Fue ese ojo que no juzga, y yo confié completamente en ella. Le enseñaba las cosas y ella me decía “esto es muy chulo”. A partir de que ella me dijera que le gustaba, yo ganaba confianza en mí misma. Gracias a eso he empezado a escribir cosas que me gustan y ya no necesito la valoración de nadie. Ya no las leo y pienso ‘cringe’. Las leo con otros ojos.

La persona que me ha ayudado con el tema de las letras es Violeta, porque me dio la confianza. Fue ese ojo que no juzga.

En ‘Mala costumbre’ has mantenido el ‘yodeling’ y ese arrastre silábico. El jurado te lo recriminó en algunas valoraciones. ¿Conservarlo ha sido una decisión consciente?

No. Es marca de la casa. Mucha gente me ha dicho que mi voz es muy reconocible, así que no voy a cambiarlo. Siempre he creído que la voz es un instrumento más, uno que tú creas. Cada persona tiene una voz diferente, así que es muy importante mantener tu marca de agua, tu esencia vocal. Por eso no he querido cambiar muchas cosas, porque es parte de mí, es mi instrumento. Cuando oyes a Miles Davis tocar, por ejemplo, mucha gente sabe que es él. Cuando oyes a Shakira, sabes que es Shakira. Yo también creo que tengo que mantener mis cositas para que mi voz sea reconocible. Y eso es un instrumento, al final Miles Davis está tocando una trompeta… y se le reconoce.

Aunque muchas de las canciones que has mostrado en la academia no tienen título todavía, hay dos canciones bautizadas por las ‘kivistas’.

Yo he flipado. Y ‘Mala costumbre‘ también está bautizada por las ‘kivistas’. Bueno, en realidad…

Fue Violeta, ¿no?

No, fue Chenoa. Violeta lo dijo, pero yo la ignoré, no me acuerdo (se ríe). En la gala de ‘I Kissed A Girl’ las dos estábamos un poquito perdidas, porque el ambiente estaba muy raro. Creo que fue porque no se me oía en plató al principio de la canción, y yo me agobié porque todo el mundo me miraba en ‘shock’, y yo pensaba que sería por el beso. Y, después de la entrevista con Chenoa, salió otra actuación y ella se me acercó como para amenizar el momento y me dijo “buah, tía, me encanta tu canción ‘Mala costumbre’”.

¿Y de ahí sale el título?

Y yo me preguntaba a qué se refería, hasta que uní cabos y lo entendí. A partir de ahí me di cuenta de que la gente había visto esa canción y les había gustado. ¡Fue Chenoa! ¿Cuáles eran las otras que habían bautizado las ‘kivistas’?

‘La invitada’ y ‘Todas las letras que yo te he escrito’.

‘La invitada’ la voy a dejar así porque me encanta el título. Para la segunda me gusta más ‘Cada vez’. ‘Mis canciones para ti’ me parece… ¿A ti cuál te gusta más?

‘Todas las letras que yo te he escrito’ me parece un título precioso.

Es bonito como frase. Esa canción la escribí un día porque necesitaba sacarlo, pero no me encantaba… pero veo que ha triunfado mucho. Además, no se la enseñé a nadie en la academia, así que me habrán visto tocarla sola.

Hubo una semana en la que estabas muy productiva, desde fuera las fans estaban contentas viendo que salía una canción detrás de otra. Ahora están esperando a que las saques.

‘La invitada’ me encanta, tanto la canción como el título.

Además tiene un toque gamberro.

Es una parte de mí que no se ha visto mucho, pero es un aspecto con el que estoy en contacto, así que es guay.

Si te planteas sacar un disco con todo lo que escribiste en la academia, las fans piden que lo titules ‘El parque’.

Ah, no, yo tengo otro título… (se ríe).

Antes de entrar en la academia dijiste que tus canciones favoritas tienen tres ‘green flags’: compás 6/8, gritos al final y un piano. ¿Lo vas a implementar en tu música? ¿Veremos las ‘green flags’?

Lo voy a intentar. Me encantan los 6/8, soy una loca de ese ritmo y nunca escribo usándolo. El único tema que compuse en la academia con ese ritmo fue el que escribí con Violeta. Los gritos son increíbles, en ‘Mala costumbre’ sí que están, por ejemplo, en el estribillo. Aunque es verdad que no están tan definidos como en una canción con una buena coda, con un buen ‘fade out’ y unos gritos al final… me encanta, me parece algo superemocionante, es pura emoción. Y, bueno, el piano hay que mantenerlo siempre, es el instrumento por excelencia.

Cuéntame algo de tu próximo ‘single’. Dame una pista, una palabra.

No sé nada. No sé ni qué canción va a ser. Sé cuál quiero y cuál quiere el mundo, pero no sé exactamente cómo la voy a enfocar. Ahora mismo podría sacar cualquiera, porque me gustan todas y estoy muy contenta con la manera en la que se han recibido. ¿Te imaginas que saco una que nadie haya escuchado nunca?

Me ha sorprendido el estilo de la portada. Me recuerda mucho a la estética de ‘Lolita’, de Vladimir Nabokov.

¡Sé cuál es!

La portada de 'Mala costumbre', el primer 'single' de Chiara Oliver.

La portada de ‘Mala costumbre’, el primer ‘single’ de Chiara Oliver. / Universal

Esa inocencia, ese rollo de instituto pero, al mismo tiempo, un punto gamberro…

Sí, es esa idea, desenfadado y juvenil.

¿Y el videoclip? ¿Del estilo?

Sí, saltando en la cama, con la piruleta, muy desenfadado, muy yo, muy de posar. Quiero llevar mi carrera hacia ahí, por ahora. Un punto parecido a Olivia Rodrigo, joven… triste, romántica del romanticismo, muy intenso, como yo. La música tiene que ser intensa. Si vas a hacer algo a medias, no es tan guay.

¿Hay algo que nunca te hayan preguntado en una entrevista y que te gustaría que te preguntasen?

¡No tengo ni idea! Se me ha pasado muy rápida. Solo quiero decir que estoy muy agradecida por todo.





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