La Acadèmia del Cinema Català y la Generalitat catalana, a través de la consellera de Igualdad y Feminismos Tània Verge, han presentado esta mañana un nuevo protocolo antiacoso. En él destacan dos figuras que deberán adoptar todos los rodajes: el coordinador de intimidad y una “persona de referencia”, un experto en acoso y abusos que activará el protocolo en caso de que sea necesario. A partir de septiembre se empezarán a impartir cursos gratuitos de cuatro horas para aquellos profesionales que quieran ejercer como “persona de referencia” en un rodaje. El objetivo es que “todo el mundo tenga claro los límites que no se pueden traspasar”, ha apuntado Verge.
Tanto la consellera como la directora de la Acadèmia, Judith Colell, han admitido que ambas figuras son demasiado nuevas como para introducirlas con carácter obligatorio en todos los rodajes, pero han animado a las productoras a aplicar el protocolo. Y no descartan que, en un futuro, hacerlo sea condición para recibir subvenciones públicas.
El protocolo está pensado para prevenir y detectar el abuso en todas las fases de una película, desde el guion y los cástings al rodaje, pasando por el montaje y el estreno, incluyendo a festivales de cine y galas. Entre las medidas cautelares se establece que la víctima evite el contacto con su agresor. Y “en ningún caso se podrá obligar a la víctima a un cambio de puesto o horario laboral”, algo que que hasta ahora muchas veces sucedía: ante un conflicto, era la víctima la que era apartada del proyecto. Ya no.
Verge ha destacado que el nuevo protocolo es “ágil y, sobre todo, no revictimiza” y no sólo está pensado para detectar casos, sino para prevenirlos y reparar el dolor causado. Activar el protocolo no significa activar un proceso penal y la gravedad de los hechos tampoco tienen que tener una gravedad penal para ser tenidos en cuenta: las bromas sexistas, un trato denigrante, los comentarios sexualizados y las humillaciones públicas son algunas de las categorías que recoge el termómetro de las violencias machistas.
Todas las empresas están obligadas desde hace años a tener un protocolo antiacoso por ley. La diferencia es que éste está pensado para combatir las “problemáticas específicas” del audiovisual: las jerarquías laborales (el enorme poder de un director de cine o de cásting para elegir quién participa en un proyecto), los muchos menores que trabajan en él y las relaciones entre profesores y alumnos. “Hay protocolos que se hicieron demasiado rápido y no están actualizados”, apunta Verge. Según Colell, el objetivo es que “ninguna víctima se pierda por el camino”. “Se acabó normalizar el abuso, cuestionar el testimonio de la víctima y la impunidad. Que se levanten todas las alfombras”, ha subrayado la consellera.
La iniciativa es pionera en toda Europa. “Ojalá que nos copien en Madrid, en Europa y en todo el mundo”, ha expresado Colell, que tomó las riendas del asunto junto a la actriz Maria Molins hace dos años abriendo una oficina de atención a las víctimas tras los mediáticos casos del Institut del Teatre y el Aula de Teatre de Lleida y el posterior alud de denuncias anónimas que evidenció una tasa de infradenuncia del 90%.
La abogada Carla Vall, al frente de la asesoría legal y psicológica que orienta gratuita y confidencialmente a las víctimas, independientemente de si su caso ha prescrito o no, ha recordado que el protocolo se ha podido hacer gracias a la “generosidad y valentía” de todas las que en estos últimos años han compartido su experiencia. Los pocos casos que llegan a los medios de comunicación son, asegura, “la punta del iceberg”.
“Esto está pasando aunque la gente no quiera verlo, aunque cada dos por tres no digan: ‘qué pesaditas os habéis puesto con esto’. Hasta ahora muchos agresores han pensado que no les pasaría nada porque eran amigos de todo el mundo”. También ha destacado la colaboración de muchos “hombres anticuerpo” hartos del comportamiento de sus colegas y ha recordado que el protocolo protegerá también a “todas esas profesionales que no salen en pantalla, peluqueras, maquilladoras, jefas de vestuario, que están mucho más desprotegidas”.
Pese a que en Cataluña la mayoría de actores alternan cine y teatro, el protocolo presentado es para el audiovisual, aunque Àlex Casanovas, director de la Associació d’Actors i Directors Professionals de Catalunya (Aadpc) ha adelantado que el mundo del teatro ya está trabajando en un protocolo muy parecido que esperan tener listo cuanto antes.