Uno de los momentos más esperados de diciembre es el sorteo de la Lotería de Navidad. Su anuncio se ha convertido ya en una tradición en la televisión española. Este año, el espot lleva por lema ‘No hay mayor suerte que la de tenernos‘ y resalta que, por encima del dinero, lo importante es pasar momentos con nuestros más allegados. Lo descubre de una forma angustiosa la protagonista, una joven que, agobiada por el estrés del día a día, lanza al aire un deseo: que desaparezca todo el mundo. El problema es que su petición se cumple y se queda sin poder abrazar a su padre, hasta que todo acaba en final feliz.
A la chica la interpreta Andrea Thurman, una actriz que ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el teatro, mientras que a su progenitor le da vida Carlos Olalla, uno de los grandes secundarios de la ficción española, al que hemos podido ver en series como ‘El tiempo entre costuras’, ‘Acacias, 38’ y, recientemente, en ‘4 estrellas’.
En el paro con 45 años
Aunque ha aparecido en más de 150 títulos en cine y televisión, Olalla ha tenido una trayectoria peculiar, ya que empezó en el mundo de la interpretación a una edad bastante avanzada. “Soy un actor nacido del paro”, confiesa a EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, el intérprete, a sus 65 años.
Lo dice porque, después de haber estado trabajando en un banco inglés en Londres, llegar a ser su director regional en Cataluña y el de una importante constructora, fue víctima de una reestructuración empresarial y acabó “de patitas en la calle” con 45 años. “La gente que antes hacía cola en mi despacho para pedirme favores, a partir de ahí, no me cogía ni el teléfono. Fue una lección de vida”, rememora.
Cansado de escuchar la frase “eres demasiado viejo” cada vez que se presentaba a un puesto para un cargo como los que había ocupado hasta entonces, aprovechó que su madre hacía de figuración en algunos rodajes para apuntarse a uno en el iba a estar Sophie Marceau. “Me encantó el ambiente. Y como tenía tiempo y no tenía un duro, me presentaba a todos los ‘castings’ de publicidad que había”, confiesa.
El abuelo de la clase
Hasta que, gracias a su dominio del inglés, le contrataron para darle la réplica gestual a Christian Bale cuando vino a Barcelona a rodar la película ‘El maquinista’. “Me quedé impresionado y vi claro que eso era lo que quería hacer yo”. Se apuntó a la escuela de interpretación de Nancy Tuñón y Jordi Oliver, donde compartía clases con “chavalines” y él era “el abuelo”.
“Cuando teníamos que hacer una improvisación muy emocional, ellos se tenían que imaginar cómo se sentirían si les pasara eso, pero yo solo tenía que recordar las putadas que me habían pasado en la vida”, explica Olalla. El trabajo como actor no tardó en llegar: colaboraciones en series como ‘La embajada’, ‘La otra mirada’ y películas como ‘3 metros sobre el cielo’ y ‘Rec 2’, teatro…
En 2015, tras una función, anunció que dejaba los escenarios hasta que el Gobierno bajara el IVA cultural, que aquel momento era del 21%. “Me negué a seguir tapando las miserias de la profesión para que pensaran que el teatro iba de maravilla cuando, en realidad, nos moríamos de hambre. No lo hice para que nadie me siguiera, simplemente sabía que era lo que tenía que hacer”.
Leer poesía en el metro
Fue entonces cuando, después de una racha mala “como la que todos los compañeros de profesión pasan alguna vez” llegó a pedir en el metro. “Llegué un día a casa y no tenía nada en la nevera. Así que le dije a mi madre, que vivía conmigo, que lo único que se me ocurría era irme al metro y leer poemas, por si alguien me quería dar algo”.
Ella, que es poeta, decidió acompañarle. “Me daba apuro, porque estaba invadiendo el espacio de otras personas y hay que ser muy respetuoso con eso. Pero la gente entendió el mensaje cuando les decíamos que les estaban robando el acceso a la cultura porque quienes nos dedicábamos profesionalmente a ella no podíamos vivir dignamente”, recalca.
Salió del bache, aunque denuncia “la precariedad y la intermitencia” en la que se vive en su profesión, y ahora tiene pendiente de estreno la segunda temporada de ‘Los enviados’ (SkyShowtime) y la serie de TVE-1 ‘Operación Barrio Inglés’, y en febrero publica su séptimo libro, sobre los niños de la República que mandaron a Rusia. Además, ejerce como director del Festival de cine por la memoria democrática.