Durante el otoño, es bastante habitual sentirme más cansado que de costumbre, triste e incluso irritado. Es lo que se conoce como astenia otoñal, razón por la que se disparan las ventas de vitaminas, jalea real o ginseng.
Aunque no es nada grave, ya que no se considera una enfermedad, bien es cierto que durante los primeros días puede alterar nuestra rutina y la calidad de vida.
Si bien, como explica a ‘Guías de Salud’ el psicólogo Jorge Lareo Otero, del Instituto Psicológico Cláritas, “aumenta la gravedad de síntomas ansioso-depresivos previamente existentes”.
- “Por lo tanto, podemos decir que la astenia otoñal sí produce un aumento de consultas psicológicas en otoño”.
El especialista responde a las principales cuestiones sobre por qué el otoño deprime y qué podemos hacer para que los efectos duren lo menos posible.
Astenia otoñal: síntomas e impacto en nuestro día a día
Los síntomas son generados principalmente por una alteración en la higiene del sueño. Los síntomas que genera son:
- Físicos: Cansancio muscular, dificultades para conciliar el sueño, debilidad.
- Emocionales: Apatía, desmotivación/desinterés, tristeza, irritabilidad.
- Cognitivos: Dificultades para la concentración, pensamientos ansioso-depresivos.
Como todo problema de salud mental, impacta en las tres principales áreas de vida de la persona: familiar, social y académico/laboral. Todos estos síntomas mencionados pueden causar un deterioro significativo en estos tres entornos:
- Entorno laboral/educativo: problemas de rendimiento, retrasos, ausencias, conflictos con compañeros, aislamiento, malestar emocional relacionado con el trabajo o colegio.
- Entorno familiar: baja comunicación, aislamiento, conflictos, abandono de responsabilidades familiares.
- Entorno social: aislamiento, conflictos, disminución de la planificación y realización de actividades con el grupo, conductas de consumo de sustancias.
¿Realmente se puede prevenir?
La duración de los síntomas ocasionados por la astenia otoñal es variable, aunque lo habitual es que dure alrededor de una o dos semanas. Si dura más de dos semanas es cuando resulta necesario consultar a un profesional de salud mental.
Las personas más vulnerables de sufrir estos síntomas son aquellas que presentan factores de riesgo que generan un peor afrontamiento del comienzo del otoño. Los factores de riesgo que influyen en un peor afrontamiento de este estresor ambiental pueden ser:
- Edad (población anciana).
- Problemas de salud física (enfermedades, obesidad, etc.).
- Sintomatología previa (problemas psicológicos asociados a otras causas).
- Problemas relacionales (familiares, sentimentales, amistad).
- Problemas académicos y/o laborales (conflictos en clase, estar en paro, etc.).
Sí, se puede prevenir. Para ello, es fundamental prestar atención a nuestros hábitos de estilo de vida antes del comienzo del otoño: cuidar la alimentación, mantener el contacto con nuestras relaciones familiares y sociales, mantener una rutina de ejercicio y tener un horario adecuado de sueño.
Astenia otoñal y trastorno afectivo estacional
La principal diferencia que podemos nombrar entre la astenia otoñal y el trastorno afectivo estacional es la gravedad (frecuencia, intensidad y duración) de los síntomas. El trastorno afectivo estacional presenta un cuadro patológico reconocido, mientras que la astenia otoñal hace referencia generalmente a síntomas menos duraderos, menos intensos y menos persistentes.
¿Es normal sentirse triste y deprimido durante estos días?
Es normal. El final del verano, la bajada de las temperaturas, la menor exposición a la luz solar y afrontar las responsabilidades del comienzo de las clases o el trabajo suponen unos cuantos estresores que nos toca enfrentar en esta época del año.
Es natural que la influencia de todos estos estresores ambientales nos pueda generar alteraciones en el estado de ánimo durante esta época.
Claves para combatir la astenia otoñal
Para enfrentar la astenia otoñal tiene una importancia especial la exposición al sol. Dado que los síntomas son generados principalmente por una alteración de la melatonina, la exposición a la luz solar va a resultar de gran ayuda para prevenirlos.
Realizar planes con amigos y actividades deportivas al aire libre van a ser actividades muy efectivas para disminuir los efectos de los síntomas.
Por otro lado, cuidar los hábitos del estilo de vida es fundamental para enfrentar la sintomatología asociada a la astenia otoñal. Hábitos importantes para llevar a cabo:
- Cuidar la alimentación.
- Mantener unos horarios adecuados para las comidas y para el descanso.
- Planificación y organización para las tareas académicas o laborales.
- Contacto social: Cuidar la comunicación con nuestros amigos y familiares.
- Realizar ejercicio físico.
- Pedir ayuda a amigos o familiares cuando sea necesario.
No obstante, se debe recurrir a la ayuda de un profesional cuando los síntomas derivados de la astenia otoñal llevan presentes más de dos semanas.
Si la persona lleva más de dos semanas padeciendo estos síntomas ansioso-depresivos, es importante que acuda a un profesional de la salud mental (psicólogo y/o psiquiatra) para que le pueda ayudar a afrontarlos.