El Real Madrid llegó con sigilo a Granada, recibió el pasillo de campeón, contuvo con educación la euforia acumulada ante un oponente deprimido que acababa de descender a Segunda, goleó al ralentí y se marchó sin mácula a casa para celebrar este domingo en Cibeles el título de LaLiga. Hizo el conjunto blanco lo que tenía que hacer, sin necesidad de apretar al máximo el acelerador para sellar con éxito en su visita al tanatorio nazarí (0-4). 90 puntos ya y sumando. Y sin lesionados, que nunca es baladí, menos a tres semanas de jugar una final de la Champions.
Fue Brahim Díaz quien puso la luz a una tarde consagrada a la pesadumbre y la intrascendencia. Dos goles y una asistencia se anotó el internacional marroquí, demostrando que solo la extraordinaria competencia en la parcela ofensiva del Real Madrid le aparta la titularidad. Un buen día también para Fran García, que se estrenó como goleador blanco, y para un Arda Güler que demuestra que tiene futuro en el Madrid, aunque el presente le sea inaccesible.
Pasillo al Real Madrid
El ambiente era de funeral en Granada, teniendo que recibir al Real Madrid, siempre el partido del año, dos horas después de que la victoria del Mallorca frente a la UD Las Palmas (1-0) confirmara su descenso matemático a Segunda División. Un drama que no impidió que el conjunto andaluz cumpliera con la tradición, cada vez menos tradición, y mostrara sus respetos al campeón de Liga haciéndole el pasillo a los jugadores de Carlo Ancelotti.
Unos jugadores, que como ya ocurrió en las dos jornadas anteriores, eran los suplentes habituales. Sólo Rüdiger repitió con respecto al once inicial con el que los blancos ganaron al Bayern el miércoles, abriendo de nuevo la oportunidad para los Fran García, Arda Güler, Ceballos, Militao y también para Courtois, que es quien más se juega en estos partidos para la galería, nada menos que la titularidad en una final de Champions.
Pero no estaba el horno para bollos en el Nuevo Los Cármenes, con protestas de la afición local hacia su directiva. Si el Granada respetó al Madrid en su calidad de campeón, también ocurrió a la inversa, con los blancos jugando de manera sobria, sin esas frivolidades que suelen aflorar en partidos en los que no hay demasiado en juego.
Observaban los Vinicius, Bellingham o Kroos desde el banquillo un partido más bien aburrido, sin apenas ocasiones, que se empezó a animar a partir de la media hora de juego. Una de las protestas preparadas por su afición pareció animar al Granada a soltarse un poco las bridas en ataque. Pero lo que se encontró, para su desgracias, fue dos goles del Madrid en los siete últimos minutos de la primera mitad.
Fran García se estrena
En el primero, en el minuto 38, Brahim penetró por la banda derecha y propuso un centro raso al que Modric no llegó por poco, tras un pequeño desvío, y que Fran García acabó rematando sin oposición, marcando su primer gol con la camiseta del Real Madrid. Ya en el descuento previo al descanso, extremo y lateral armaron una contra por la izquierda y el centro final de Fran García lo aprovechó en el área Arda Güler para marcar su tercer tanto de la temporada, demostrando que tiene un idilio peculiar con el gol.
Brahim, tras ponerse a tono en la primera mitad, se desbocó en el inicio de la segunda, marcando dos goles en el primer cuarto de hora. En el primer se giró en el centro del campo, condujo hasta el área y batió a Batalla tras un recorte en la frontal. Nueve minutos después fue el rematador junto al punto de penalti de una larga jugada por la derecha del Madrid, en la que el Granada dejó patentes todas sus carencias defensivas y emocionales: recibió cuatro goles en 20 minutos.
A partir de entonces, ovaciones a Modric y a Kroos cuando el segundo sustituyó al primero, más protestas desde la grada hacia la junta directiva y la propiedad del Granada, alguna ocasión aislada del Real Madrid y poco más. Ni descuento hubo. Ahora, unos a Cibeles a celebrar el título y los otros al rincón de pensar tras su descenso a Segunda. La vida.