La ley de los once metros. Soberanos desde el punto de penalti en un pulso soporífero. Munir falló y Bebé marcó, el análisis del primer partido sin Jonathan Viera -descartado por decisión técnica y que no estuvo en su palco del recinto de Siete Palmas-. Primera derrota de local de los amarillos (0-1), ante un Rayo Vallecano que fue superior y gozó de las mejores ocasiones que fueron congeladas por Valles.
La aparición de Alberto Moleiro fue impresionante, puso de pie a un Gran Canaria que se marchó con el corazón roto. Duelo para la melancolía. Lluvia, tinieblas y un juego plomizo. Áspero y carente de ocasiones. Faltaron gotitas de perfume. La pena máxima pitada por la mano de Aridane Hernández provocó el lienzo perfecto para la venganza de Munir. O eso parecía. La acción debió quedar invalidada por una falta previa. El atacante ejecutó el lanzamiento al lado derecho del meta Dimitrievski, que sacó una mano providencial.
El esférico tocó en el palo y así se desbarató la mejor ocasión de la UD Las Palmas en el primer acto. Y de todo el partido. Fue la foto de la desesperación. Pitos al jugador marroquí, que falló en un recorte en el siguiente fotograma. Cuando dejó el Gran Canaria lo hizo de forma simbólica, corriendo y sin saludar a Moleiro. Cuesta horrores a los pupilos de Pimienta generar un caudal ofensivo relevante para dinamitar el arco enemigo. Fue la cruz en un duelo con millones de interrupciones.
Cinco oportunidades
El empeño del Rayo Vallecano se vio recompensado con una volea de Raúl de Tomás que se marchó por encima del larguero. Otro remate de Ciss y nueva intervención del milagroso Valles. Los visitantes gozaron de cinco oportunidades pero el arácnido de La Rinconada se mantuvo firme hasta el misil fatídico de Bebé.
Con una amarilla desde el 19′, Saúl Coco superó un examen de órdago ante las amenazas de RDT y Kike hasta que fue retirado en el 45′. Bajo un clima de melancolía, llovían los minutos sin una manera eficiente de superar la figura de Stole Dimitrievskide. Pejiño y Espino tuvieron un duelo de alto voltaje, en el que el gaditano pudo generar más peligro.
Ovación a Moleiro cuando inicia el calentamiento y lo intentó Munir desde el costado izquierdo. Forzó un nuevo saque de esquina y poco más. Cabezazo de Lejeune y despeja Valles de forma acrobática. De un penalti a otro. Poco a poco se fue derrumbando una UD que no mejoró con los cambios.
Solo Moleiro se escapa de la quema. En el mejor estado de forma de su carrera, Suárez sale en la foto de un penalti en el último suspiro por una patada a Trejo.