Cada vez son más las familias que deciden viajar con sus mascotas, de ahí que la lista de ‘hoteles pet friendly’ haya aumentado notablemente en los últimos años, aunque todavía existen demasiadas restricciones y ‘peros’. Más allá del alojamiento, uno de los principales problemas que se plantea a la hora de viajar con mascotas, así como el que más controversia causa, es el transporte. Si bien en tren resulta ‘más sencillo’, en lo que al avión respecta, muchas son las quejas por parte de los usuarios cuyos perros deben viajar en bodega metidos en jaulas, con lo que eso conlleva para el animal. Los requisitos para ir acompañados de las mascotas son, en líneas generales, los siguientes:
– Cabina: deben pesar menos de 8 kilos, ir dentro de un transportín de medidas aproximadas 45x35x25, fondo impermeable, seguro y ventilado (al menos un 16% de la superficie de los cuatro costados) y permanecer dentro de este durante todo el vuelo.
– Bodega: pesar un máximo de 45 kilos, no pertenecer a una raza peligrosa ni ser de la familia de los braquicéfalos e ir en un transportín de material resistente y seguro con un cierre que ofrezca garantías de que no se abrirá en ningún momento, con fondo impermeable y material almohadillado o capa aislante que evite el contacto directo de su base con el suelo del avión. Además, podrán viajar en el mismo transportín dos animales adultos acostumbrados a cohabitar y de hasta 14 kilos cada uno o un máximo de tres animales de menos de seis meses de la misma camada.
El principal problema de esto es que los animales sufren estrés por las condiciones del viaje y no van todo lo seguros y cómodos que deberían, lo que hace que un gran número de personas evite este medio de transporte.
La aerolínea para toda clase de perros
Teniendo estos problemas en mente, la compañía de accesorios y alimentos para mascotas estadounidenses Bark ha creado Bark Air, una aerolínea nacida para brindar, tal y como expresan en su web, una experiencia de ‘pata blanca’ a los miembros peludos de la familia en la que se tiene en cuenta hasta el más mínimo detalle. Lo primero que hacen una vez el cliente ha hecho una reserva es ponerse en contacto para recopilar toda la información necesaria sobre el perro, véase tamaño, posibles alergias o problemas médicos y preferencias, así como de los planes de viaje.
El día del vuelo se debe acudir una hora antes para realizar el proceso de facturación y control de seguridad, un trámite sencillo en el que no se esperan colas ni se requieren jaulas para evitar que los animales se estresen. Asimismo, un trabajador de Bark Air estará esperando a las mascotas para ayudarlas a adaptarse. Antes de subir al avión esperarán en una sala donde podrán comenzar a socializar con los demás pasajeros de cuatro patas para evitar tensiones una vez a bordo, mientras que los pasajeros humanos podrán degustar menús elaborados por diferentes chefs.
En sus aviones Gulfstream G5 se pueden acomodar hasta 15 perros con sus dueños, pero nunca se venden todos los asientos para garantizar la comodidad de todos los pasajeros, el máximo es de 10 billetes. Además, la cabina está preparada para que los amigos peludos se relajen con diferentes elementos como sprays relajantes, música, toallas refrescantes con aroma a lavanda o golosinas. Y ojo, porque como aquí los primeros son los clientes peludos se les tratará a cuerpo de rey ofreciéndoles durante el vuelo una bebida a su elección (agua, caldo etc.), distintos aperitivos y otras sorpresas de la marca BARK. Aquí no habrá jaulas ni transportines, por lo que podrán acomodarse en el regazo de su dueño, en asientos o en camas, donde estén más cómodos.
En un principio, las rutas establecidas por esta aerolínea se realizarán en el área metropolitana de la ciudad de Nueva York, Los Ángeles, Londres y París, pero en los próximos meses esperan ampliar la lista de destinos. Para poder viajar, el perro debe tener la cartilla de vacunación al día –importante que esté presente la de la rabia– y el documento que certifica que lleva microchip. En caso de volar a Inglaterra deberá aportar una prueba que demuestre que ha recibido tratamiento contra la tenia antes de despegar.
Los precios, de momento, no son nada baratos ya que el billete para un perro y su dueño, que debe ser mayor de 18 años, parte en los 6.000 dólares (unos 5.500 euros al cambio actual). La idea es que con el paso del tiempo y una vez adquieran notoriedad y clientela esta cifra sea menor. ¿Lo mejor? no hay ningún tipo de restricción en cuanto a tamaño o raza, todos son bienvenidos a bordo. Por su parte, el dueño del animal podrá viajar con una maleta facturada de 22 kilos máximo y una bolsa de mano en cabina.
Como extra, el precio del billete incluye un servicio de automóvil gratuito dentro de un radio de 50 kilómetros y en caso de estar más lejos la compañía podría gestionarle un transporte asumiendo el pago de los primeros 50 kilómetros.