Baraja sigue haciendo méritos para ser considerado como uno de los mejores entrenadores de la era Meriton. Puede sonar demasiado pretencioso pero la realidad es que el entrenador vallisoletano no puede hacer más con menos. De hecho, el técnico se ha unido a un selecto club que tienen clasificaciones Champions y que incluso, en el caso de uno de ellos, tiene un título como valencianista. Se trata de Nuno Espírito Santo y Marcelino García Toral, dos ‘jefes’ del banquillo de Mestalla que alcanzaron, como mínimo, los 50 partidos entrenando al cuadro valencianista, cifra a la que llegó el Pipo en el choque contra el Mallorca del Vasco Aguirre. La etapa de Nuno y Marcelino era bien distinta. Tanto esa primera en la que el técnico portugués logró una puntuación espectacular a pesar de certificar el pase a la Champions en la última jornada, como la del técnico asturiano, que logró refuerzos importantes y armó también una plantilla competitiva. Ahora Baraja lo hace con un Valencia ‘low cost’ y siendo objetivos su rendimiento está muy por encima incluso de lo que se esperaba con su llegada. Porque más allá de su importancia en la gestión de vestuario, el entrenador ha demostrado que tiene un manejo táctico en el semana a semana y que tiene al equipo en una situación más cómoda de la esperada a principio de curso, con la permanencia como objetivo.
El entrenador ha alcanzado los 50 partidos y se convierte así en el primero que lo consigue desde Marcelino García Toral. En ese camino del asturiano hasta el de Valladolid, el Valencia ha tenido muchas etapas distintas que empiezan desde la de Celades, con la clasificación a octavos de Champions pero un equipo incapaz de levantar el vuelo tras el Covid. El andorrano dejó su cifra en 41 duelos, una cantidad importante teniendo en cuenta que estuvo menos de una temporada. Después de Celades, y con un breve paso de Voro por el banquillo, el elegido por la entidad fue en este caso Javi Gracia. Al pamplonica sin embargo le destrozaron el equipo, sin ventas gordas que pudieran reforzar alguna zona del campo, y además tuvo que lidiar con el crecimiento de otros equipos de la zona media. Dejó la marca en 38 duelos.
Los dos siguientes proyectos de Meriton fueron los de Bordalás, quien sí se quedó cerca de los 50 tras completar una temporada entera y llegar a los 46, con una final de Copa del Rey incluida. En el siguiente verano llegó Gattuso. El italiano parecía tener tomada la medida al equipo en los primeros meses pero después todo se rompió. El equipo fue incapaz de ganar partidos y para colmo su carácter evidenció que había perdido el vestuario y que se veía incapaz de mejorar la situación. En definitiva, el entrenador transalpino se marchó por la puerta de atrás y con apenas 22 encuentros en el bolsillo en Mestalla.
Con la llegada de Baraja, el equipo ha recuperado la identidad y los resultados, a pesar de haber estado a un paso del descenso el curso pasado, no han podido ser mejores con lo que tenía a su alcance. Evidentemente a nivel histórico, el Valencia está lejos del lugar que merece, pero eso no está en las manos del Pipo Baraja, que se está dejando todo en el banquillo.