El Valencia CF se dejó trabajo que hacer el último mercado de fichajes y Rubén Baraja no se olvida de las necesidades que tiene su plantilla y con las que ha tenido que lidiar en este primer tramo de la competición, especialmente cuando las lesiones han aparecido. En enero, la entidad tiene una oportunidad para enmendar sus errores en una ventana de fichajes que también entraña cierto riesgo. El Pipo tiene las ideas claras: prioriza el fichaje de un extremo y pone el acento en que no le quiten jugadores importantes antes de tiempo.
Los Javi Guerra, Fran Pérez y Diego López cada vez centran más miradas por la personalidad con la que están afrontando una situación tan delicada como la que atraviesa en la actualidad el club de Mestalla, pero la postura del cuerpo técnico al respecto es que son jugadores intocables.
Por lo que se refiere al episodio de llegadas, realmente el equipo necesita refuerzos en todas sus líneas, pero es en el extremo dónde la necesidad es mucho más acuciante. En verano, el Valencia acabó cerrando un plantel con solo tres jugadores naturales para esta posición: Diego López, Fran Pérez y Sergi Canós. Si a esta estrechez se le suman los problemas físicos que ha ido arrastrando el futbolista de Nules, las dificultades que ha tenido que afrontar el equipo para ser solvente en su juego exterior y poder presentar una rotación potente con la que agitar los partidos han sido enormes.
Los jugadores de la cantera han aportado cuando han tenido minutos, pero siguen faltando efectivos para fortalecer el ataque. La secretaría técnica que dirige Miguel Ángel Corona baraja una serie de nombres, aunque los dos que han trascendido tampoco acumulan demasiada experiencia en la élite. Se trata de Carlos Vicente, futbolista del Racing de Ferrol y que es una de las revelaciones de Segunda División, y de Peter Federico, canterano del Real Madrid que debutó en su momento a las órdenes de Carlo Ancelotti, pero que no tiene sitio en el conjunto madridista.
Por lo que respecta al futbolista del conjunto gallego hablamos de un jugador que acaba contrato el próximo verano y con el que según Marca el Valencia tiene ya un acuerdo cerrado y sobre el que debe decidir si hacer una pequeña apuesta económica para incorporarlo en enero o si se espera para firmarlo libre en verano, aunque tiene competencia en Primera División.
La de Peter es una operación que llevó a cabo al final de la última ventana de contrataciones, pero no hubo luz verde por parte del máximo accionista para acometerla.
Margen en el fair play
Después de que Peter Lim decidiera no cubrir todo el margen de FairPlay Financiero permitido por LaLiga, el club valencianista utiliza en torno a 69 millones de euros entre los gastos de la plantilla y los del personal del club que no pertenecen a la plantilla. Teniendo en cuenta que 79,9 millones es el límite que marca LaLiga, la entidad tiene más de 10 millones de euros por consumir de FairPlay.