Cuestión de «contundencia». Rubén Baraja analizó la derrota ante el Barça y quiso reforzar a su equipo pese a la derrota. «Me quiero quedar con el trabajo del equipo y con su esfuerzo. Hemos competido contra un gran equipo», aseguró el técnico valencianista tras el 4-2 en Montjuïc. Un resultado marcado por la expulsión de Giorgi y por la diferencia con la «contundencia». «La diferencia la marca la contundencia. El Barça ha sido más contundente. Hemos hecho un partido fantástico, el equipo se ha dejado el alma en cada acción con la dificultad que suponía, sobre todo tras la expulsión», dijo el técnico. «Una pena que no haya servido de nada, pero me marcho orgulloso de mis jugadores», dijo.
Baraja también lamentó encajar el 2-2 tan pronto tras el descanso y que, con el empate, no pudieran aprovechar el mano a mano de Diego López.
«El equipo ha demostrado que quiere, el reflejo lo ves en cómo se ha levantado el equipo del 1-0. Nos hemos repuesto, hemos tratado de seguir manteniéndonos vivos con dos acciones. En la primera, pues bueno, un portero como Ter Stegen no suele cometer esos errores. Ha sido una primera parte buenísima, pero la expulsión nos ha hecho ir a remolque. No hemos podido contener al Barça pero la respuesta del equipo ha sido muy buena», incidió de nuevo. «Solo puedo felicitar a mis jugadores por el esfuerzo pese a las dificultades», añadió el entrenador vallisoletano.
«Puede haber o no»
El ‘Pipo’, que suele alejarse de las valoraciones arbitrales y de la polémica, también opinó sobre el penalti a Peter no señalado y el fuera de juego posicional de Fermín en el 2-2, obra de Lewandowski.
«Puede haber, no. Hay fuera de juego. El árbitro no lo considera. El árbitro puede considerar o no que hay penalti si participa o no. Fermín pasa por delante y molesta al portero, que puede tener otra reacción», dijo. «No es por jugar contra el Barça, lo que me deja descolocado es que igual esta acción en otro campo o en otro partido sí se señala como fuera de juego».
Sobre el derribo a Peter, pese a no sentirse Baraja «perjudicado», reconoció que vio la «zancadilla», pero argumentó que no se quería marchar de la Ciudad Condal «quejándose», sino de nuevo valorando «el partido de mi equipo».
Misma sensación se respiraba en el vestuario. El equipo cree, pero esta vez el plan pese a salir «salió cruz», destacó Pepelu a pie de campo. «Es una mano clara, una acción desafortunada. Somos jóvenes y tenemos que aprender de este partido», explicó el centrocampista. «La sensación es agridulce», pero el equipo compite y cree. Cuestión de persistir y de no bajar los brazos. Empezando por el Alavés.