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En la Fontana de Trevi se deposita cada día, junto a un sinfín de sueños y deseos, una pequeña fortuna. Pocos turistas conocen el destino de las monedas que lanzan a sus aguas: casi 4.500 euros, de media, cada día. Hacen, sin saberlo, un «gran servicio social». En uno de los monumentos más sugestivos y románticos de Roma, el más visitado junto al Coliseo y el Panteón, miles de turistas de todo el mundo realizan diariamente el mismo rito mágico: De espaldas al monumento, lanzan una moneda al agua. Dice la tradición que trae buena suerte y se retorna a Roma. Muchos turistas expresan un deseo, con el sueño de que se haga realidad. El lanzamiento de la moneda es tan emblemático que los líderes del G20, en la reunión de octubre de 2021, presidida por el entonces primer ministro, Mario Draghi, acudieron también para cumplir con ese rito tradicional en la Fontana de Trevi. Los grandes de la Tierra lanzaron al agua en euro que tenía grabado el Hombre de Vitruvio, de Leonardo, que fue el logo símbolo de la cumbre.
La Fontana de Trevi es todo un ‘mundo’, no solo por las monedas arrojadas por los turistas, sino también por otros extraños objetos que acaban en uno de los monumentos símbolo de Roma, escenario de imágenes legendarias del cine, como el baño de Anita Ekberg y Marcello Mastroianni en el film ‘La Dolce Vita’, de Federico Fellini (1960). Euros, dólares, esterlinas y yenes son las monedas más lanzadas al agua. Pero también se encuentran muchas medallas con imágenes de santos, del papa Francesco y de la Virgen, pequeños candados, llaves, fichas de plástico, gafas de sol, anillos y pulseras que a veces caen al agua por el impulso de arrojar la moneda.
Mitología y agua
Se ignoran los orígenes de esta tradición, que podría derivar de la antigua costumbre de echar en las fuentes sagradas pequeños dones o exvotos para congraciarse con las divinidades locales, como en las fuentes pozos de los deseos. Los antiguos romanos solían arrojar monedas en arroyos, ríos, lagos y fuentes para ganarse el favor de las deidades mitológicas del agua. También hay mitología en la Fontana de Trevi, la fascinante fuente barroca, con proyecto de Lorenzo Bernini en 1625, desarrollado por Nicola Salvi, que ganó el concurso convocado por el papa Clemente XII en 1732, siendo completado en 1762 por Giuseppe Pannini.
Uno de los más antiguos acueductos romanos, el del Acqua Vergine, construido por Marco Vipsanio Agripa, en el 19 a. C., amigo y yerno del emperador Augusto, proporciona el agua al monumento, que representa el mar como tema de la entera composición: un acantilado rocoso ocupa toda la parte inferior del palacio, en cuyo centro, bajo un gran nicho delimitado por columnas, resalta una gran estatua de Océano, figura de la mitología griega, que guía un carro en forma de concha tirado por caballos alados de mar, a su vez conducidos por tritones. El acueducto Acqua Vergine es el único de los once principales acueductos de la antigua Roma que ha permanecido en funcionamiento ininterrumpido hasta nuestros días, alimentando las fuentes monumentales de la ciudad barroca.
La dolce vita
En la Fontana de Trevi se mezclan el ritual y la leyenda. No es extraño ver a alguna persona oriental que se concentra en meditación unos segundos, con la moneda en la mano o en la frente, antes de lanzarla al agua. La leyenda inspiró la película ‘Tres monedas en la fuente’ (1954): Si se lanzan tres, la primera garantiza el regreso a Roma, la segunda conlleva una nueva historia de amor y la tercera conduce al matrimonio.
El destino del dinero
Pero al margen de las leyendas de la Fontana de Trevi, de su historia y de su extraordinaria belleza, también merece la pena conocer los detalles sobre el destino del dinero que allí se tira. Las monedas que se repescan en las aguas de la Fontana tienen un valor más importante de lo que se imaginan los turistas, porque están destinadas a financiar numerosos proyectos e iniciativas de la Cáritas romana. Desde el año 2006, gracias a un acuerdo con el Ayuntamiento de Roma, la organización benéfica gestiona ese dinero. Antes de las ocho de la mañana, empleados de la ACEA -sociedad que suministra agua y luz a Roma, y gestiona también la iluminación artística de la Fontana- se dedican a recoger las monedas, unas tres veces por semana, con la vigilancia de la policía local en la plaza. Posteriormente, en lugar controlado por Cáritas, una máquina ayuda a separar los euros de las monedas extranjeras que, gracias a una serie de acuerdos con las embajadas, se convierten en euros cada dos o tres años.
«En total, en 2022, recogimos más de 33.000 kilos de monedas correspondientes a 1.432.953,74 euros, la máxima cifra desde que gestionamos los fondos», explicó el director de Cáritas de Roma, Giustino Trincia, quien señaló que el pasado año se batió ese récord, llegando casi a 1,6 millones de euros. «Una vez descontados los gastos de gestión de la recaudación, que corresponden aproximadamente al 6% del total, el resto del dinero se destina a ayudar a personas con dificultades económicas y a enfermos de Alzheimer. En particular -continúa Giustino Trincia- casi dos mil familias pudieron aprovechar los Emporios solidarios. Se trata de cinco estructuras -similares a un supermercado- donde, gracias a una tarjeta que nosotros entregamos la gente puede hacer sus compras. Pero también hay comedores sociales donde ofrecimos casi 53 mil comidas«. No solo se ofrece ayuda alimentaria. También se financiaron proyectos para encontrar trabajo a parados, se apoyó a personas que no podían pagar sus facturas, como la luz, y ofreció asistencia a centros sociales. Con agradecimiento, el director de Cáritas destaca que »los turistas que vienen a Roma y lanzan una moneda hacen un gran servicio para ayudar a los pobres de la ciudad«.
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