Acabó segundo en el grupo del Real Madrid y ahora, como ya le pasó a Xavi en la Europa League, se cruza en el camino del Barça. Es el actual campeón del scudetto, pero la marcha de Spalletti, el técnico que lo llevó a la cima, desintegró el proyecto, a pesar de que se mantienen los mismos pilares en el campo, con Osimhen y Kvaratskhelia como grandes símbolos. Símbolos de un equipo que ataca bien (10 goles en seis partidos de Champions) y defiende mal (ha recibido nueve tantos).
Existen dos precedentes con el Barça en Europa. En ambos casos ha sido positivo para los azulgranas ya que eliminó al conjunto italiano. En octavos de final de la Champions, el Barça de Setién superó al Nápoles (1-1 en Italia y 3-1 en el Camp Nou) y en la Europa League el Barça de Xavi también ganó: 1-1 en Barcelona y 2-4 en el estadio Diego Armando Maradona.
1.El técnico: Mazzarri, un clásico para salir de la crisis
La apuesta por Rudi Garcia no le salió nada bien a Aurelio De Laurentis, el presidente del club italiano. Por eso, miró hacia atrás en la búsqueda de un entrenador experto y con pasado en el Nápoles para intentar enderezar la situación. Y eligió De Laurentis a uno de sus grandes amigos.
Escogió a Walter Mazzarri, quien fue el entrenador que impulsó al equipo dándole en 2012 el primer título tras la era de Maradona. Fue la Copa de Italia. Volvió el técnico que dirigió al Nápoles durante cuatro años (2009-2013).
Es una apuesta de rendimiento inmediato, aunque tiene difícil pelear por conservar la corona del scudetto. Es líder el Inter, con 41 puntos, seguido de la Juventus (37), Milan (32), Bolonia (28), Fiorentina (27) y Nápoles (27), que ocupa el sexto lugar.
Lleva poco tiempo. Apenas un mes. Ha dirigido seis partidos, con tres victorias (1-2 al Atalanta, 2-0 al Braga en Champions y 2-1 al Cagliari) y tres derrotas: Madrid (4-2) en Europa, Inter (0-3) y Juventus (1-0) en la Serie A.
2.La táctica: Un dibujo para encontrar estabilidad
Mazzarri apuesta por un 4-3-3 tradicional, con una estructura en la que intenta, sobre todo, encontrar estabilidad. Pero no siempre lo consigue el técnico, que necesita buscar las piezas que le den esa solvencia que ha desaparecido nada más conquistar el scudetto.
Juega con Meret en la portería, escoltado por Di Lorenzo, Rrahmani, Juan Jesús y Natan en la estructura defensiva, quedando el centro del campo para Lobotka, el exjugador del Celta, acompañado por Anguissa y Cajuste, aunque el titular es Zielinski, mientras arriba está el tridente formado por Politano, Osimhen y Kvaratskhelia.
Con ese equipo sufrió para ganar al Cagliari, ubicado en la zona baja de la tabla de la Serie A porque es décimosexto clasificado, con solo 13 puntos. Eso demuestra su inestabilidad porque está siendo muy débil defensivamente.
3.La estrella: Todo depende de Osimhen
No se entiende el Nápoles sin su delantero centro. Todo empieza y acaba en él. Todo depende de Víctor Osimhen, ese poderoso nueve capaz de llevarse por delante a cualquier defensa. Gracias a él, unido a la magia de Kvaratskhelia (22 años), que se ha ido difuminando este curso, logró conquistar el scudetto porque Spalletti, ahora seleccionador italiano, le dio el escenario adecuado para explotar su velocidad e intuición.
Anotó el nigeriano 26 goles en 32 jornadas de Liga, añadiendo, además, cinco asistencias, por lo que su impacto en el equipo era demoledor. En esta temporada sus cifras siguen siendo buenas (siete goles y dos asistencias en 12 jornadas), una vez desaparecido el ruido veraniego cuando recibió ofertas para marcharse.
Pero, al final, Osimhen, con 24 años, decidió quedarse, pese a que Liverpool, Chelsea y Bayer Múnich antes de reclutar a Kane lo pretendían. O no lo quiso vender el Nápoles, consciente de que sin él todo sería mucho más complicado. Ya lo está siendo incluso con él.