A la espera de que Hansi Flick sea presentado oficialmente, no existen precedentes de algo así –técnico que ficha el Barça y no comparece de forma inmediata– se van conociendo las claves de su proyecto.
Tiene que ser a través de Joan Laporta, el presidente, porque el alemán, que tiene casa en Formentera, agota días de vacaciones antes de volver a Barcelona para mantener reuniones de trabajo con Deco, el director deportivo que le dijo a Xavi que no aceptaba esos repentinos cambios de opinión sobre la plantilla, y Bojan, miembro de la comisión deportiva azulgrana.
“Flick quiere evolucionar el sistema como en su momento lo hizo Rijkaard, Guardiola o Luis Enrique”
“Flick quiere evolucionar el sistema como en su momento lo hizo Rijkaard. Somos cruyffistas y sabemos qué es la excelencia”, pregonó el presidente, quien ha recurrido, en cambio, a la vía alemana, algo poco habitual en el club porque solo hay dos precedentes: Weisweiler y Udo Lattek.
“Guardiola hizo una evolución del sistema; Luis Enrique, también. Y ahora, Flick también quiere hacerlo con un juego de posición espectacular y una mejor preparación física”, sostuvo el presidente.
Flick no pide ni exige grandes cambios, consciente de que llega a un club que no tiene dinero. Se conforma con lo que hay, convencido de que los jóvenes “con un año más de maduración”, según recalcó el presidente en su entrevista con ‘Barça One’, deben ser los pilares del proyecto.
La Masía + las ‘vacas sagradas’
Apuesta por La Masia, “la joya”, como la calificó Laporta, manteniendo, en todo momento, el ‘statu quo’ actual del vestuario. Y el desafío fijado por el club al alemán es la “evolución” del juego del equipo, unido a una sustancial mejora en la preparación física.
Pero sin tiempo ni excusas en ese contrato que ha suscrito hasta 2026. “A Flick le pido ganar y él ha asumido el reto”, contó Laporta, feliz porque tiene un entrenador que sí ha aceptado todas sus peticiones, sin exigirle, de momento, nada a cambio.
“A Flick le pido ganar y él ha asumido el reto”
La primera ha sido que Lewandowski es intocable. Es el pilar ofensivo del nuevo y, a la vez, viejo proyecto. “Ha hecho lo que ha podido”, llegó a decir el presidente sobre el ‘nueve’ explicando que ha tenido ofertas de Arabia, pero “él quiere seguir y tendrá un entrenador que puede sacarle todo el rendimiento”.
En ese argumento de Laporta iba dirigida otra pulla a Xavi, que quería fuera al polaco, mientras ponía su mirada en Dovbyk, el ‘Pichichi’ de la Liga con el Girona de Míchel.
Flick, en cambio, ni se plantea esa posibilidad. Los Joãos también habían sido un serio motivo de discrepancia entre el ya exentrenador y Deco. Ahora ese foco de tensión ha desaparecido. “Queremos que siga”, contó Laporta, al tiempo que criticaba la gestión de Xavi con ellos, especialmente con João Félix, el jugador cedido por el Atlético de Madrid.
“Creo que a João Félix se le podía haber sacado más rendimiento porque tiene una calidad extraordinaria”, apuntó el presidente convencido de que el alemán sí sabrá hallarle el hueco al portugués que Xavi no encontró.
Retoques sí; revolución, no
La base, según le trasladó Flick al dirigente, será de La Masia. “Podemos competir en Europa con una plantilla basada en la cantera”, argumentó Laporta, quien no quiere escuchar más excusas.
A sus 59 años, el alemán, y en su primera experiencia lejos de su país, tampoco quiere refugiarse en las excusas o la precariedad económica que impide al Barça acudir al mercado para llevarse a las estrellas tipo Haaland –prefirió irse al City de Guardiola- o Mbappé, reclutado finalmente por el Madrid.
“Tenemos plantilla para competir en España y en Europa con posibilidades de éxito”, recordó Laporta. No hay, por lo tanto, dinero para grandes revoluciones. Ni tampoco, sostiene Flick, esa necesidad. En un escenario ideal, con tres fichajes sería más que suficiente. Un pivote defensivo, un lateral y “un extremo de banda-banda”, según recordó el presidente.
La clave está en cómo se administran y manejan los recursos actuales. Ahí es donde radica el punto de crecimiento que aguarda el Barça. Con lo que hay, y el club cree que hay mucha calidad en el grupo, se debe jugar mucho mejor.
Mejorar el tono físico
Lleva meses –desde enero cuando Xavi dijo que se iría, pero en junio- el exseleccionador alemán estudiando a su plantilla. Lleva meses dándole vueltas para obtener “un mejor rendimiento”, además de potenciarla en el plano físico para que no se caiga en las medias horas finales de los partidos, como sucedió ante el Madrid.
Dispuesto como anda el alemán a mantener incluso a Vitor Roque, abriendo así una nueva diferencia con Xavi, quien era más partidario de una cesión. “Ya conoce el entorno”, afirmó Laporta. El problema, sin embargo, es encontrar el encaje en el ‘fair play’ para poder inscribir al brasileño ya de forma definitiva. En estos seis meses ha usado el hueco dejado por la grave lesión de Gavi.
En Montjuïc, el Barça perdió (1-2). Los dos goles blancos llegaron en ese tramo: Bellingham (m. 68) y Bellingham (m. 90+6). En el Bernabéu, el Barça perdió de idéntica forma (3-2). Los dos tantos de la remontada blanca fueron con el equipo roto en lo físico: Lucas Vázquez (m. 73) y Bellingham (m. 90+1).
Eso debe ser resuelto urgentemente por el entrenador alemán. Apela Laporta a las virtudes de Flick y en su definición iba implícitamente sobrevolando el nombre de Xavi. “Hansi es un hombre que transmite madurez, experiencia, trabajo y profesionalidad. Es responsable y eso es lo que necesita este equipo”.
Un técnico que acepta lo que tiene, no pide más porque sabe que tampoco lo tendrá y que le ha dicho al Barça que con esto sí le alcanza.