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Arabia Saudí, entre la aspiración de celebrar el Mundial Femenino y los Derechos Humanos: “Las mujeres son ciudadanas de segunda”


Fichar estrellas como Cristiano Ronaldo, Neymar Jr. o Benzema, comprar clubes como el Newcastle inglés o impulsar el fútbol femeninoEl deporte se ha convertido en una de las grandes líneas estratégicas del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, que bajo el proyecto gubernamental ‘Visión 2030’ busca depender menos del petróleo y mostrarse al mundo organizando grandes eventos. Sin ir más lejos, la Supercopa de España de fútbol se celebrará en enero en el país saudí por tercer año consecutivo – el acuerdo es hasta 2029 -, igual que el Mundial de fútbol de 2034. Pese a ciertas medidas aperturistas, los derechos de las mujeres siguen en jaque en el país asiático.

“Los derechos de las mujeres en Arabia Saudí están bastante reprimidos. Las mujeres son consideradas ciudadanas de segunda”, asegura Carlos de las Heras, responsable de deporte y derechos humanos de Amnistía Internacional en España. “Todo viene justificado legalmente por el sistema de tutela masculina, mediante el cual determinados derechos quedan en manos de un pariente varón, que normalmente suele ser el padre, el marido o el abuelo. Ahí entran cuestiones tan sencillas como la manera de vestirse, el poder acceder a determinados trabajos…”, añade.

“El reflejo de los avances en la vida real, muy limitado”

En 2018, las mujeres entraron en los estadios de fútbol por primera vez, sin tener que estar segregadas. En 2019, se creó la Oficina de Desarrollo del Fútbol Femenino de Arabia Saudí, y las mujeres empezaron a dar toques a un balón de manera profesional después de años sin poder practicar deporte. Estas medidas, sin embargo, tienen poco impacto en su día a día, según interpreta de las Heras: “Los avances son pocos y lentos, un poco de cara a la galería. Es cierto que ha habido algunos avances como el no tener que estar segregadas en restaurantes, campos de fútbol o espacios públicos, pero más allá de esto, el reflejo en la vida real ha sido muy limitado, siguen dependiendo del pariente varón para todo”.

La inversión en el fútbol femenino es innegable, atrayendo a entrenadoras y jugadoras internacionales para subir el nivel de la liga y ayudar a formar a las futbolistas saudíes. En el horizonte, la posibilidad de celebrar allí el Mundial femenino de 2035, donde esperan que su selección, con la alemana Monika Staab como directora técnica, pueda hacer un buen papel.

40 millones de euros por cada Supercopa

La principal razón que lleva a las federaciones a organizar eventos en Arabia Saudí es la cuestión económica. La Real Federación Española de Fútbol recibe 40 millones de euros por cada Supercopa de España celebrada allí – en enero se jugará la cuarta-. “Las cuestiones económicas están primando por encima de otras que deberían tenerse en cuenta a la hora de celebrar este tipo de eventos en países como Arabia Saudí”, asegura el representante de Amnistía Internacional.

“La petición es clara: las instituciones que pretendan organizar este tipo de eventos en países como Arabia Saudí, donde el respeto a los derechos humanos es bastante preocupante, deben incluir en estos acuerdos cláusulas con compromisos reales para la mejora de Derechos Humanos en los países donde se vayan a celebrar este tipo de eventos deportivos”, reclama.

El año pasado, Salma al Shebab fue condenada a 34 años de prisión por tuitear. Su caso no es aislado en un país donde aún existe la pena capital. “La libertad de expresión es nula o casi nula, y la homosexualidad está prohibida y perseguida. Aquellas personas, activistas o mujeres que se movilizan y trabajan por defender sus propios derechos son acusadas, encarceladas y condenadas”, concluye de las Heras.



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