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Andalucía desde las profundidades: las grutas y cuevas más increíbles que se pueden visitar en nuestra comunidad


La belleza de Andalucía también está en el interior. Y el interior, por esta vez, no quiere decir la zona que no tiene costa, sino el verdadero interior, lo que hay en las profundidades de la tierra. Oquedades que son una verdadera maravilla, que sería imperdonable no visitar.

Hay muchas, pero como mencionarlas todas significaría hacer un artículo demasiado largo, aquí se van a mencionar cuatro que son de auténtica categoría y que, además, son bastante diferentes entre sí. Porque, como en todo lo demás, Andalucía también presenta variedad en eso.

Ardales, la más agreste

El recorrido empieza por la que probablemente es la más agreste y también la menos conocida. Está en Ardales, en la provincia de Málaga, y fue fue descubierta en 1821 cuando un terremoto abrió la entrada que permanecía sellada desde hacía 3.500 años. En1823 se abrió al público pero no fue hasta el siglo XX, en concreto hasta el año 1921, cuando el especialista francés Henry Breuil empezó a estudiar los restos de arte rupestre allí presentes.

La cueva es un sistema cárstico ampliamente ramificado que se divide en cinco áreas o salas: la del saco, la de las estrellas, la de los laberintos, la del calvario y la de las galerías altas. Sus grabados la convierten en una de las más interesantes de España para estudiar el periodo paleolítico, sobre todo por sus pinturas y grabados.


Una de las nueve manos pintadas por los paleolíticos que se han localizado en la cueva de Ardales


pedro cantalejo

Se han identificado veinte figuras de animales, diez figuras humanas y nueve huellas de manos, estas últimas realmente peculiares. También se conservan herramientas talladas en sílex y en hueso que, según se cree, se utilizaron para grabar esas figuras

Las cuevas de Ardales se pueden ver de martes a domingo en grupos guiados de no más de quince personas. No es un recinto espectacular lleno de estalactitas y estalagmitas -aunque haberlas, haylas- pero ese es otro de sus encantos, como también su parca iluminación, que permite hacerse una idea de cómo vivían allí nuestros antepasados.

Nerja, la más visitada

También en la provincia de Málaga están las cuevas más conocidas de Andalucía. Son las de Nerja, una parada casi ineludible para los turistas que recalan en la Costa del Sol, sobre todo si un día amanece nublado y el cuerpo no les pide playa. Cada año entran allí más de 400.000 personas. Las visitas pueden ser individuales o en grupo.

En ese paraje de la pedanía de Maro sí hay estalactitas, estalagmitas y otros elementos que le confieren una belleza extraordinaria. Fue descubierta por casualidad en 1959 y, aunque también contiene pìnturas rupestres, es más apreciada por las caprichosas y bellas formaciones rocosas que el tiempo ha modelado.


Espectacular interior de las Cuevas de Nerja


abc

Tiene tres zonas que pueden ser visitadas. Sus galerías tienen nombres curiosos -sala de la inmensidad, sala de los peces, sala de las columnas de Hércules…- y también inquietantes que aluden a fantasmas o cataclismos. Pero es un sitio seguro, bien señalizado y transitable por mayores y menores.

Estos últimos, por cierto, son los que más disfrutan de un atractivo relativamente nuevo: una visita virtual, presentada por Tadeo Jones, que se desarrolla desde unas dependencias anexas en la que el usuario se sienta en una silla, le ponen unas gafas y puede disfrutar de un paseo fantástico y completísimo.

Ventanas que parecen de verdad

En Granada, la oquedad más famosa se hace llamar Cueva de las Ventanas y está en el pequeño municipio de Píñar. Se llega hasta allí en una remedo de tren -pero que en realidad va por la carretera y gasta gasolina- que parte desde el centro del pueblo y conduce hasta las puertas, que en realidad son las ventanas.


Recreación del modo de vida de los prehistóricos en la Cueva de las Ventanas, en Píñar


abc

Conviene explicarse: si la cueva se llama así es porque en la parte más alta de la roca se abren tres orificios que permiten el paso del público y que son sus únicas fuentes de iluminación. Como las ya citadas, está catalogada como Bien de Interés Cultural y está abierta al público desde el año 2000.

Contiene restos arqueológicos y una visita guiada es recomendable porque permite conocer muchas curiosidades sobre el modo de vida de los paleolíticos, que fueron quienes las habitaron. Las compartían con animales y hasta las utilizaban como lugar de enterramiento cuando uno de los componentes de la tribu fallecía.

Hace honor a su nombre

Queda para el final la que, ya sólo por su nombre, sugiere que es la más espectacular de todas. Aunque eso, como todo, va por gustos. Se trata de la Gruta de las Maravillas, se ubica en la localidad onubense de Aracena y es un alto obligatorio para cualquiera que visite esa impresionante sierra. Antes o después de comer jamón, lo mismo da.

Fue descubierta en 1850 en unas excavaciones mineras y se abrieron al público en 1914. Allí el agua juega un papel fundamental, no sólo porque su incesante golpeteo sobre las piedras durante miles de años ha construido formaciones muy curiosas sino porque el efecto visual es precioso.


La Gruta de las Maravillas es sencillamente espectacular


abc

La visita, que no se circunscribe a grupos sino que se puede hacer a título individual, se realiza en un recorrido circular que permite observar tres niveles superpuestos de galerías. Abundan también las estalactitas y las estalagmitas y lo más recomendable es avanzar en silencio y escuchar como único ruido de fondo el goteo del agua. Cuando sale, el viajero no puede sino darle la razón a quien la bautizó como Gruta de las Maravillas.



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