Las hemorroides son un problema incómodo que se suele sufrir en silencio pese a que casi la mitad de la población padece algún síntoma asociado, es la patología proctológica más frecuente y el motivo de consulta más habitual en el cirujano colorrectal.
Sufrirlas es un castigo (o eso dicen), y aún lo es más con la llegada del calor que suele desencadenar su desarrollo, por eso es básico que, ahora que estamos a las puertas de esa estación, recordemos unos consejos alimentarios básicos que pueden ayudar a prevenir su desarrollo.
Expertos del Método THD, especializados en el tratamiento de las hemorroides, recuerdan que el calor actúa como dilatador e inflamador de las almohadillas de los vasos sanguíneos que rodean el canal rectal. Además en esta época del año se suele descuidar más la alimentación, puesto que las rutinas se relajan y se suelen consumir alimentos que no se suelen ingerir en otras épocas del año. Y esto también puede ser un problema que agrava las hemorroides.
Tal y como destacan desde THD, “las hemorroides ven entre las causas principales la carencia de fibra en la dieta cotidiana”. Este tipo de nutrientes es fundamental para estimular el correcto tránsito, además es recomendable llevar una vida activa para prevenir la aparición de hemorroides.
Dieta contra las hemorroides
Los expertos señalan que la dieta ideal para prevenir las hemorroides o almorranas debe ser rica en fibras, ya que ayuda a arrastrar durante el tránsito intestinal de los alimentos, con reducción de fermentaciones indeseadas; aumenta la masa fecal, que facilita la evacuación; aumenta el índice de saciedad de los alimentos; y ayuda al enriquecimiento de la flora intestinal con microorganismos útiles con función prebiótica.
Por tanto, en la dieta no deben faltar cereales integrales y mucha fruta y verdura, acompañados siempre de abundante agua – al menos 2 litros al día. Así es, las fibras necesitan agua para hincharse y desarrollar sus funciones. Asumir mucha fibra sin la aportación adecuada de agua podría causar el efecto contrario. Los alimentos más ricos en fibras son legumbres, brócolis, alcachofas, almendras, harinas integrales y avena.
También el uso de integradores alimentarios de fibras puede ayudar enormemente, aunque no todos los integradores de fibras son adecuados para las hemorroides. Actualmente se comercializan de varios tipos, que pueden dividirse en fibras solubles y fibras insolubles.
Las fibras solubles crean un gel dentro del intestino que ralentiza el vaciado y, al mismo tiempo, reduce la absorción de glúcidos y lípidos, disminuyendo los niveles de colesterol en la sangre y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Mientras que las fibras insolubles, por el contrario, absorben grandes cantidades de agua aumentando consiguientemente el volumen de las heces y haciendo más blanda su consistencia. Esto facilita y regulariza la evacuación y ese tipo de fibras es útil para prevenir estipsis y hemorroides.
Fibras insolubles
El Salvado. Es rica en fibras insolubles, absorbe agua hasta el 400% de su peso. La integración de salvado acompañada por, al menos, dos litros de agua, está indicada en caso de estreñimiento, colon irritable, enfermedad diverticular, diabetes, dislipidemias, sobrepeso y obesidad, ya que mejora el tránsito intestinal, ofrece una sensación de saciedad y reduce la absorción de grasas y colesterol.
El Goma karaya. Es el secreto gomoso que sale del tronco y de las ramas de algunas especies de plantas originarias de las zonas montañosas de India y Pakistán. La goma karaya se suele usar como laxativo de masa en el tratamiento del estreñimiento pero está contraindicada en caso de irritación intestinal.
La Zaragatona. Es un mucílago que al entrar en contacto con el agua se expande hasta aumentar 25 veces su propio peso y emblandece el bolo fecal favoreciendo la evacuación y reduciendo el estreñimiento. Además, posee efectos prebióticos para mejorar las defensas inmunitarias y es útil incluso en caso de diarrea, ya que consigue absorber los líquidos en exceso y regularizar el intestino.
El Glucomanano. Es una fibra adecuada para reducir el peso corpóreo, ya que genera una suave masa gelatinosa en el intestino que reduce la absorción de grasas y azúcares. Muy útil en la alimentación de los diabéticos, es adecuado en caso de estreñimiento gracias a su acción higienizante y reguladora.
Las frutas, un aliado
La uva. La cáscara que protege los granos es un verdadero y auténtico concentrado de fibra que le hará muy bien al tránsito intestinal.
El albaricoque y el melocotón. “Son óptimos consumidos solos y en la macedonia se exaltan todavía más”, señalan desde THD. Además de la buena cantidad de fibra, estos frutos son también fuente importante de carotenoides que ayudan a la piel a defenderse de los rayos solares y de las quemaduras.
La sandía. La mayor parte del volumen de este fruto típicamente veraniego está constituido de agua, “exactamente aquello que se necesita para ablandar la masa fecal y hacer que su tránsito se mantenga regular”, afirman desde THD. Además, cuando hace calor la sandía restablece eficazmente los líquidos corporales que se pierden con la sudoración.
El melón. Dispone de mucha agua y de fibra, que lo convierten en un precioso aleado contra el estreñimiento.
Las ciruelas. Estos frutos están desde siempre entre los remedios naturales preferidos en caso de estreñimiento debido a que son muy ricas en fibra. Además, recuerdan que cualquier variedad es recomendable: amarillas, negras, rojas o verdes.