Alfredo Relaño sigue escribiendo “porque es donde me siento más cómodo. Tengo mucha timidez para dirigir un programa de radio o televisión. Así que me desahogo escribiendo porque me gusta… y porque me pagan, no te creas”. Después de 50 años de trayectoria como periodista, afirma sentirse “mejor que nunca. Me he quedado con lo bueno de la profesión y dispongo de más tiempo para mí y para mi familia”. En estos días ha publicado el libro ‘366 (y más) historia de los Juegos Olímpicos que deberías conocer’ (Editorial Espasa), en el que ofrece, con su habitual tono didáctico, un paseo por la historia de los Juegos Olímpicos desde sus inicios hasta las últimas ediciones. Una buena excusa para conversar con quien fue director del diario ‘As’, director de deportes de la Cadena Ser y puso en marcha los deportes de Canal +.
¿Cómo se embarca alguien que siempre ha estado ligado al fútbol en este aventura polideportiva?
Después de escribir uno de formato similar de fútbol, me propusieron este sobre los Juegos Olímpicos y me pareció coherente embarcarme en este libro como continuación del anterior. Siempre manteniendo el formato de historias cortas fáciles de leer para el lector.
Usted siempre ha vigilado los Juegos Olímpicos desde la distancia y la curiosidad del aficionado al deporte.
Es cierto que nunca he trabajado este tipo de cosas porque cuando he dirigido secciones de deportes o periódicos, siempre he pedido que hicieran este tipo de cosas gente que era un poco más capaz en deportes esenciales de los Juegos como el atletismo o la natación. Te confesaré que no he acudido nunca a unos Juegos Olímpicos, pero siempre he estado siempre muy atento y seguido con mucho interés. Creo que tienen una mitología especial. Y además, su discurrir en este siglo pasado atraviesa por los conflictos más importantes de la humanidad a los que hemos ido sobreviviendo. Por ejemplo la incorporación de la mujer, porque en los primeros no hubo participación femenina y en los últimos se ha llegado al 48,8%, casi paridad. O la superación del racismo, que ha sido muy trabajosa porque el propio equipo de los Estados Unidos era segregado en sus inicios. Recuerdo que yo tenía 17 años cuando fueron los Juegos de México, los primeros que vi en la TV. Y allí aparecieron Tommie Smith y John Carlos con el puño negro en alto. Fue un gesto muy valiente porque no solo echaron a perder su carrera, se estaban jugando la vida. Piensa que hacía poco que habían matado a tiros a Luther King y hacía tres años que habían matado a Malcolm X. No era ninguna broma aquella lucha. Ahora afortunadamente no hay ningún problema con los negros, como ciudadanos y menos en los Juegos Olímpicos. También recuerdo que Sudáfrica estuvo excluida hasta que se acabó el apartheid.
Llegó a traer a Tommie Smith para premiarlo en la gala del diario ‘As’.
Fíjate, es una de las veces que más he sentido no tener un inglés más fluido. Esa y otra que comí con Michael Robinson y con su padre. Fui con Alejandro Delmás que hizo la gestión de traer a Tommie Smith y me hubiera gustado saber más inglés para tener contacto con él y escribirme más. Me gustó mucho traerle porque además él terminó siendo un héroe en los Estados Unidos por su lucha. En los Juegos se aprecia la evolución de la sociedad también, por ejemplo los escrúpulos iniciales que había con el profesionalismo, que al principio eran extremos. Hasta en los Juegos de invierno los esquiadores que eran profesores de esquí se consideraban profesionales.
Ahora hay una evolución con la incorporación de algunas disciplinas a las citas olímpicas que es hasta cuestionable considerarlas deporte. ¿Qué opina de ello?
Hay una evolución que no me gusta, me va a costar acostumbrarme. Hay un cierto abandono al atletismo, que ya no ocupa el espacio que ocupaba antes y es uno de los pilares clásicos de los Juegos junto a la natación. Creo que en la moda de complacer a las últimas generaciones se están haciendo cosas de quita y pon. Pongo un ejemplo extremo, a Francia va a ir el breakdance, pero ya han decidido quitarlo para la siguiente edición. Esto nació con muy pocos deportes y hay disciplinas que han ido apareciendo como el baloncesto, el balonmano o el fútbol hasta estabilizarse por rutina. La norma era llevarlos como exhibición dos o tres veces, a ver si cuaja, y luego hacerlos oficiales si tenían presencia al menos en tres continentes. Y ahora, sin embargo, se da la medalla de oro a alguien en algo que solo va a estar una vez. Eso no me convence. Tengo una edad y no tienen por qué gustarme determinadas cosas, pero lo que me inquieta es que no sé si van a ser cosas duraderas. Incluso a ellos mismos no les gusta. Yo he hablado con algunos de skate y les encasillan porque les meten en una federación de patinaje, se encuentran un mundo que piensa de otra manera, que tiene un concepto del orden que con ellos no casa. Se están forzando las cosas de mala manera. Pero entiendo que los que lo organizan creen que estas cosas traen más gente y más dinero y se están distanciando de los deportes con antigüedad, hasta del fútbol. Tratan de cambiarlo y no sé si dará resultado. No lo creo.
¿La cultura del entretenimiento está doblegando a la del esfuerzo?
Para mí es una cultura del entretenimiento que no está contra la cultura del trabajo. Yo me figuro que el que hace muy bien el breakdance, echa muchas horas y trabaja mucho. Este chaval nuestro que escaló y fue oro, seguro que le ha puesto mucho trabajo. Se castigan tanto como los atletas. Lo que entiendo es que hay unos deportes tan aceptados en la sociedad que me da un poco de lástima que se vean condicionados por otros que no sé si se van a asentar. Yo llamo clásico a lo que lleva muchos años siendo bueno. Por ejemplo la literatura clásica o la música clásica. Pero ahora hay cosas que aparecen y no sabes si están calando en el alma humana o solo lo hacen en el espíritu renovable de una generación de paso. Y ellos mismos cuando tengan 35 años no van a estar interesados en eso. Yo soy hijo de mi época y me gustó la evolución que supuso abandonar el amateurismo. Yo nací con la trilogía clásica que era fútbol, ciclismo y boxeo, profesionales los tres y bien llevados por la iniciativa privada. Era lo que interesaba en España. El resto, que era llevado a nivel gubernamental han sido una calamidad. Por eso los grandes campeones duraban poco, por su condición amateur. Salvo en los países del Este donde como a Zatopek lo hicieron coronel. Y luego lo hicieron barrendero, al sumarse a la primavera de Praga. Este cambio de ahora no me gusta tanto. Se pierde el interés por el atletismo. Era muy importante.
¿Qué espera de los Juegos Olímpicos de París?
Confesaré que me da mucho miedo el tema de la seguridad. Me parece un poco temerario el desfile inaugural, precioso, de cinco kilómetros por el río Sena. Pero será ante una multitud y tienen que cercar una cantidad de hectáreas enorme. Proteger un estadio es complicado, pero es un espacio pequeño y cerrado. Pero estamos hablando de algo que sería como de la Cibeles a Ventas y con muchas manzanas de ancho. Va a ser peligroso. Yo voy a estar inquieto hasta que concluya con éxito. Es lo que más me preocupa.
¿Y de la Eurocopa qué espera?
La Eurocopa va rodada… Las Eurocopas y los Mundiales de fútbol no tienen tantos problemas logísticos. Si acaso pueden llegar a tener un problema de gigantismo, pero ni eso.
¿Le convence el modelo multinacional de los últimos Mundiales y Eurocopas?
Me convence en parte. El modelo España, Portugal y Marruecos me gusta. Me gusta hasta ideológicamente porque tenemos demasiada desconfianza con nuestros vecinos y me gusta que se haga. Espero que se haga y salga bien, sobre todo por Marruecos. Si os fijáis, no hemos jugado nunca con ellos, no jugamos amistosos. Jugamos más partidos que con nadie con Portugal, con Italia y con Francia, pero con Marruecos que también nos pilla a mano, no hay forma. Solo hemos jugado cuando no ha habido más remedio como en la clasificación del Mundial del 62 o en el Mundial pasado. Lo que me parece extravagante es lo de inaugurar el Mundial en Uruguay y de paso meter a Argentina por no sé qué y a Paraguay… Es un despelote. Lo de la Eurocopa en Australia y Suiza, o Polonia y Ucrania, pasa. Pero más…
¿Qué espera futbolísticamente hablando de España en la Eurocopa?
Pues te seré sincero. No sé qué esperar de España en la Eurocopa. Tuvimos tal enamoramiento con la generación del tiki-taca que ya casi he perdido interés. Creo que vamos a tardar mucho en ver algo así. Por supuesto espero que funcione y que salga bien para España. La disfrutaré por la televisión, pero admito que tengo más curiosidad por los Juegos.
¿Qué planes tiene para este verano tan deportivo?
Siendo muy sincero, hacer el vago. Mis artículos en el ‘As’ y en ‘El País’, y disfrutar por la televisión de todo.
Muchas gracias por el rato de conversación.
Gracias a vosotros.