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A España le sale cruz: cae en la final del Europeo contra Países Bajos (7-8)

España se dio de bruces en el Europeo con Países Bajos, verdugo en la última final del Mundial, que esta vez tuvo la suerte de su lado. Tras un encuentro eléctrico y competido, las españolas vieron cómo un gol de las neerlandesas a seis segundos del final las sentenciaba a la plata (7-8). La final siempre será amarga para las de Miki Oca que, pese a que fueron remontando en el marcador, no consiguieron hacerse con el cuarto cetro continental en su quinta final.

Un pulso entre iguales. Los dos mejores equipos del torneo se veían las caras en el agua y ponían frente a frente a compañeras de equipo en la liga española. De hecho, de las 26 jugadoras convocadas para la final por parte de las dos selecciones, 19 juegan en la liga nacional española. Y, con un talento innegable dentro de la piscina, la final se presentaba como un partido lleno de estrellas. España llegaba a la cita en el mejor momento. El waterpolo practicado por las jugadoras de Miki Oca en este campeonato ha rozado la perfección, especialmente en el partido de semifinales ante Grecia, donde el equipo funcionó como un reloj.

España mantuvo su gorro blanco que lució en todos los partidos de la cita continental. Llamémoslo superstición o casualidad, pero fue la primera victoria del conjunto de Miki Oca ya fuera de la piscina. Quedaba ver lo que pasaría dentro del agua. Desde los primeros instantes, las jugadoras españolas tuvieron claro qué papel querían jugar en el partido. Salieron contundentes, con las ideas claras y, tras unos primeros compases, se adelantaron en el marcador con un tanto de Judith Forca, que ya fue letal en la semifinal contra Grecia. Marcando el tempo, la diana de la jugadora del CN Sabadell simbolizaba los primeros brotes verdes de la final para el conjunto español.

A remolque

Anni Espar alargó las buenas vibraciones. Con ataques directos y bien organizados, España sacó provecho de una buena acción colectiva y la catalana sumó el segundo con un tiro letal que raspó el palo largo. El primer cuarto acabó con el tanto de Simone van de Kraats, que recortaba distancias de penalti a los pocos segundos de que sonará la bocina.

El segundo tiempo España lo comenzó con dudas. Y, con su inseguridad, llegó la confianza para Países Bajos, que remontó un primer parcial con bastantes pérdidas y puso la igualdad de nuevo en el marcador ante el reclamo de Miki Oca. España se desdibujó, sufriendo con una defensa muy abierta y un ataque poco claro. Y, de nuevo, eso lo volvió a aprovechar el conjunto neerlandés. Joustra firmó el tercero poniendo a España por debajo en el marcador y contra las cuerdas por primera vez en el encuentro.

España se atascó. Pese al tanto de Anni Espar, que se echó el equipo a las espaldas, las neerlandesas empezaron a arrollar al conjunto español con dos goles más que definieron el 3-5 con el que la final se fue al descanso

Esos instantes de calma, de reinicio, sirvieron a las españolas para poner serenidad, retomar las ideas con las que se habían tirado a la piscina por primera vez e intentar revertir la tendencia claramente negativa del segundo cuarto. Elena Ruiz sacó carácter, se revolvió y acortó distancias para volver a recargar a las Guerreras a los pocos minutos. Un jarro de agua fría estuvo a punto de hundir a las españolas cuando la colegiada señaló penalti para las neerlandesas si no fuera por la increíble actuación de Martina Ferré bajo palos.

Determinación y mala suerte

Voló y España empezó a resurgir. Bea Ortiz, con el primer lanzamiento botado del partido para España, volvía a reiniciar la final. España volvía a encontrarse, poco a poco, pese a los destellos de talento de las neerlandesas que pusieron el 5-6. Y, en la reanudación del último cuarto, Paula Leitón volvió a poner las tablas en el marcador a 8 minutos para el final del encuentro. La boya del CN Terrassa lo intentó por primera vez de espaldas a portería, pero la guardameta neerlandesa le adivinó el intento. La segunda vez fue dentro y subió el 6-6 al luminoso.

Se restaban minutos y los goles caían para los dos lados. El 7-7 se instaló a un minuto para el final. El tiempo muerto pedido por el seleccionador neerlandés apaciguó los nervios, pero dibujó una sonrisa premonitoria en el rostro del equipo de Países Bajos. Cuando se reanudó, la moneda les salió cara y tras un tiro de Bente Rogge, el balón rebotó en Martina Tarré y terminó superando por centímetros la línea de gol a seis segundos del final. El 7-8 sentenció a la plata a las Guerreras.

Las de Miki poco pudieron hacer ante esa diana llena de mala suerte y salieron de la piscina derrotadas. El cuarto Europeo tendrá que esperar, pero el talento y el buen papel hecho en esta edición ya no se lo quitará nadie



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