Es más frecuente de lo que parece. Un pequeño tic en el ojo, que aparece de la nada, y que puede durar apenas unos segundos o prolongarse durante minutos.
Y aunque para quien lo sufre es muy incómodo, los demás no notan ese temblor, ya que el ojo no llega a cerrarse más allá de lo que lo hace durante el pestañeo. Solo es percibido por quien lo padece (dependiendo de la intensidad, puede no ser visible delante del espejo).
Sin embargo, estos temblores tienen nombre: mioquimia palpebral. Es importante estar pendiente de que no se trata de un síntoma habitual, puesto que podría ser la causa de alguna enfermedad, pese a que, aparentemente, es un tipo de espasmo benigno.
¿Qué es la mioquimia palpebral?
La mioquimia palpebral se presenta con espasmos o contracciones musculares involuntarios muy rápidos y con movimiento rítmico. Es muy común que solo afecte al párpado inferior de un solo ojo (también puede aparecer en el superior) y no es un síntoma de atrofia y debilidad de los músculos palpebrales.
Según explica César Cristobal, de la Asociación Española de Optometristas Unidos, “se ha relacionado con una irritación de las fibras nerviosas que inervan al músculo o bien con una disfunción protuberancial a nivel del núcleo del facial. La incidencia de este síntoma no está precisada, aunque no resulta infrecuente verlas en las consultas de neurología”.
Causas de los espasmos palpebrales
- Fatiga.
- Fijar la vista durante un tiempo muy prolongado.
- Consumo de cafeína o alcohol en exceso.
- Uso de determinados fármacos.
- Estrés.
- Falta de sueño.
No obstante, “en raras ocasiones puede aparecer como primer signo” de otras dolencias como “un hemiespasmo facial, un blefaroespasmo, el síndrome de Meige (trastorno neurológico que provoca movimientos involuntarios en la cara y espasmos de los músculos oculares) o de otras formas de distonía facial”.
El especialista también señala que “podría ser un síntoma de patologías graves como la parálisis facial o la esclerosis múltiple”. Por eso, ante espasmos que continúan durante horas o que se repiten de forma asidua, se debe consultar con un oftalmólogo.
¿Tiene tratamiento?
Tal y como resalta Cristóbal, “en casos persistentes se puede usar bótox” y “también está documentada la prescripción de antihistamínicos para reducir inflamaciones causadas por reacciones alérgicas”.
Antes de llegar a este tipo de tratamiento, el paciente debe intentar reducir el consumo de estimulantes, como el café, dormir al menos ocho horas al día y hacer ejercicio para sortear el estrés y la fatiga.
Cómo diferenciarlo de un hemiespasmo facial
El hemiespasmo facial es un trastorno del sistema nervioso que, a diferencia de los espasmos palpebrales, afecta a los músculos de un lado de la cara después de que un vaso sanguíneo roce un nervio facial. Al igual que los que ocurren en los párpados, no se pueden controlar y no producen dolor.
Pese a que en muchas ocasiones no hay una causa que explique estos espasmos, pueden producirse por una lesión o un tumor. Generalmente, surgen por episodios de estrés, ansiedad o fatiga.