Carlo Ancelotti reúne en su plantilla perfiles diferentes, alguno especialmente útil en partidos que piden más oficio que exuberancia, caso de jugadores como Joselu. El delantero se ha ganado el respeto de sus compañeros y ha vencido las reticencias iniciales del entrenador a golpe de goles y trabajo. Y Getafe era uno de esos escenarios con más trascendencia que glamour. Dos goles del ariete en el Coliseo le convierten en triunfador del partido y dejan al Real Madrid líder antes del derbi del domingo ante el Atlético, confirmando el acierto de los blancos con su incorporación, que se verá refrendada con el pago del millón y medio en verano que le convertirá en jugador blanco en propiedad. Y es que en los mil minutos que ha estado en el campo Joselu esta temporada, el Madrid ha marcado 32 goles. Mientras que en los otros mil que no ha estado, solo ha anotado 15.
Joselu, cuatro remates y un gol
Hace unos meses era impensable contemplar los centros al área como un recurso de ataque en el catálogo de los madridistas. Pero desde que el ariete se asoma al once, sus compañeros le buscan con centros que siempre toca. En Getafe el delantero cabeceó antes del cuarto de hora un centro lateral de Lucas para marcar el primero. La banda derecha en la que operan Carvajal y Lucas se ha convertido en el principal foco de ataque de los madridistas, por más que Vinicius se acueste en la izquierda.
Joselu aparecía en un once con novedades notables junto a un Modric incómodo con su suplencia, un Lucas que sigue sumando desde el carril, y un Tchouaméni que marcó en Las Palmas y sigue creciendo. Un equipo rocoso en el que Bellingahm y Vinicius ponían la verticalidad. Este Madrid metálico, ordenado en defensa 4-5-1, desactivó a un Getafe del que no había noticias de Mayoral ni de Greenwood, acostado a su derecha, porque los de Bordalás se topaban con la versión más sobria de los de Ancelotti.
Bordalás reseteó a los suyos y cambió el dibujo por un 4-4-2 con Greenwood y Rico entrando por las bandas y dejando a Mayoral arriba como referente junto a Latasa. Un equipo más reconocible y más natural, después del fiasco del experimento en la primera parte. Arrancaba otro partido para los de Ancelotti, que solo cambiaban a Camavinga por un dolorido Rudiger, que dejaba su sitio a Tchouaméni en el eje de la zaga. Hasta ese momento el partido era plácido para el Madrid, que no sufría en defensa. Pero el primer balón que recibió Greenwood en la izquierda, su zona preferida, terminó sacando astillas del palo de Lunin. Carletto elevaba el tono y la exigencia a los suyos, demasiado complacientes y hundidos en su área. Y lo que era peor, sin balón, lo que mantenía desactivados a Vinicius y Bellingham.
Joselu sentencia
Y entonces volvió a aparecer Joselu. Una transición rápida en la que Vincius sirvió al balcón del área para Joselu, el ariete se sacó de encima a Alderete con el control y remató de primeras con la zurda a la red volviendo a mandar a la lona al Getafe. En un partido complicado, con el Getafe apretando y el Madrid hiperventilando, Joselu aparecía de nuevo para rescatar a los suyos y sellar el triunfo de los blancos con contundencia en su 12º gol de la temporada, los mismos que Rodrygo y uno más que Vinicius, y el séptimo en Liga del ariete. Ancelotti lo celebraba con rabia en el banquillo, entregado a un delantero en el que el italiano no creía en el inicio de curso.
El Madrid se soltó a jugar, generando contragolpes en los que Vinicius perdonó incomprensiblemente un par de goles. El Getafe ponía más voluntad que talento y los de Ancelotti veían pasar plácidamente los minutos sin mucha exigencia física para el derbi del domingo ante el Atlético. Con Bellingham mutando en Zidane tras su extraordinario inicio goleador de temporada, Carletto ha encontrado en Joselu al delantero que marca y libera a su espalda a Jude, Vinicius y Rodrygo.