El ruso Daniil Medvedev (3) consiguió una épica remontada en las semifinales del Abierto de Australia ante el alemán Alexander Zverev (6) (5-7, 3-6, 7-6(4), 7-6(5) y 6-3) en cuatro horas y 18 minutos y se enfrentará, en la que será su tercera final en Melboune, al italiano Jannik Sinner (4).
El ruso se convirtió en el decimotercer jugador de la Era Open y el cuarto tenista en activo en alcanzar por tercera vez la final de este ‘grande’. De sus cuatro remontadas con dos sets en contra en un Grand Slam, tres corresponden a este torneo y dos a esta edición. En segunda ronda ya lo hizo ante el finlandés Emil Ruusuvuori. Antes lo había logrado contra el croata Marin Cilic en Wimbledon (tercera ronda, 2021) y frente el canadiense Felix Auger-Aliassime en cuartos del Abierto de Australia de 2022).
“En el primer set no jugamos bien ninguno de los dos y en el segundo mejoré, pero él estuvo muy bien. En el tercero sólo quería darlo todo y estar orgulloso de mí, y acabé encontrando la forma para remontar”, dijo un risueño Medvedev, que mandó a callar tras la finalización del choque a una sector del estadio que le abucheó durante diferentes tramos del encuentro.
Será la sexta final de Grand Slam para Medvedev, que cuenta con un título ‘major’, frente al serbio Novak Djokovic (1) en Flushing Meadows en 2021.
Ambos tenistas asumieron más riesgos que de costumbre porque llegaban a la cita de semifinales mermados físicamente, como consecuencia de los dos partidos a cinco sets a los que se sometieron en el camino hasta este enfrentamiento. Zverev se retiró a los vestuarios tras la victoria en cuartos de final contra el español Carlos Alcaraz (2) cojeando, mientras que Medvedev aseguró en la rueda de prensa posterior a su batalla a cinco sets con el polaco Hubert Hurkacz que había sido especialmente dura en el aspecto físico.
Un duelo de altura
El servicio se antojaba clave en un duelo de alturas, entre dos tenistas que se acercan a los dos metros de estatura. Fue el germano quien estuvo más acertado con su saque, a pesar de que su acierto bajó considerablemente respecto al choque frente al español, en el que rozó la perfección con un 85% de servicios en juego.
El primer set fue testimonio de cinco roturas, una auténtica montaña rusa que maravilló al público australiano, que aprovechó este viernes festivo para asistir en masa a la segunda semifinal en la Rod Laver Arena. Zverev tuvo la último palabra, tras llevarse un fabuloso juego al servicio del moscovita, en el que hubo un intercambio de 51 golpes.
El ruso, finalista en las ediciones de 2021 y 2022, tampoco solucionó sus problemas al saque en la segunda manga y concedió la quinta oportunidad de rotura que dispuso el germano en ese set (3-2). Zverev no bajó el ritmo y sentenció tras firmar un nuevo ‘break’ ante Medvedev, que invirtió seis minutos en el vestuario para cambiarse de ropa y mentalizarse para un cambio de dinámica.
Le sirvió aquella extensa pausa y mejoró sus porcentajes con el primer servicio, que le ayudó a mantenerse a flote en la tercera manga. El ruso tuvo pie y medio fuera de la competición, pero salvó dos puntos de rotura en el tercer juego de la tercera manga, en la que, a diferencia de las dos primeras, ambos tenistas mantuvieron todos los juegos al saque. El tercer cabeza de serie se reenganchó al partido, después de llevarse el juego de desempate por 7-4.
El mismo guión se repitió en la cuarta manga, pero con un final más fatídico para el de Hamburgo, que desaprovechó una ventaja de 5-4 en el ‘tie-break’ con su servicio y se vio superado por 7-5.
Zverev, en caída libre
Medvedev, del mismo modo que hizo tras la conclusión del segundo parcial, se dirigió al vestuario con un sereno rostro que amenazaba a un decadente Zverev, que prefirió esperar en la pista hasta que regresara su rival. La solidez que había mostrado durante todo el choque de cuartos contra Alcaraz, así como contra el ruso durante los dos primeros parciales, se esfumó y dio paso a un aire de enfado, después de recibir un ‘break’ tras cometer dos errores no forzados.
El alemán golpeo la red con su raqueta y soltó el gancho que ata la red con la superficie de la pista, después de fallar una volea de derecha a placer. Medvedev, en su versión más aguerrida, no dejó escapar una ventaja que mantuvo hasta el 6-4 definitivo.
Con la victoria, el tenista de Moscú lidera su cara a cara con Zverev por 12-7, después de haberse impuesto en seis de los últimos siete enfrentamientos.
El ruso se enfrentará este domingo en la gran final al joven Sinner, verdugo del serbio Novak Djokovic, con quien mantiene un cara a cara favorable (6-3), a pesar de que cayó en los últimos tres enfrentamientos.