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El panga, uno de los pescados más consumidos de Europa, sigue en el punto de mira: ¿es seguro?


El panga es uno de los pescados más controvertidos para la salud que podemos encontrar en el supermercado. Se trata de un pez de agua dulce, cuyo nombre científico es pangasius hypophthalmus. Es de color gris y carne blanca y puede llegar a medir hasta 1,5 metros y pesar más de 40 kilos.

Aunque en la actualidad no goza de una gran popularidad (solo se comercializa en unos pocos hipermercados en España) estamos ante uno de los pescados más baratos del mercado (7,43 €/kilo) y que, nutricionalmente, algunos expertos consideran de “baja calidad”.

El único punto a favor es su sabor suave, ideal para incorporar a las dietas de los niños más pequeños, y que apenas tiene espinas.

Archivo – Puesto de pescado en el mercado temporal de San Sebastián, en Huelva. Archivo. AYUNTAMIENTO DE HUELVA – Archivo


El problema del panga es dónde se cría

Según la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA), 100 gramos de este pescado nos aportan unos 13 gramos de proteína y tan solo 1,2 gramos de grasa (de los cuales 0,17 gramos son ácidos grasos poliinsaturados). 

Sin embargo, si comparamos el panga con otros de los pescados más consumidos en Europa, como la merluza o el lenguado, es cierto que el panga tiene un 18% menos de proteína y entre un 60 y un 78% menos de ácidos grasos poliinsaturados.

Además de ser uno de los pescados blancos menos proteicos, tampoco destaca por su contenido de omega-3: 8,8 gramos por cada 100 gramos frente a los 17 gramos del lenguado.

El origen de la polémica que rodea al panga es la zona donde se cría, en ríos asiáticos, especialmente del Mekong, que fluye en dirección sur y atraviesa seis países como China, Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam (este último país es uno de los mayores exportadores), que sufre elevados niveles de contaminación

¿Cuáles son los niveles de mercurio que tiene el panga?

El mercurio es un tóxico que se relaciona con problemas para:

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la principal vía de exposición humana es a través del consumo de pescado y marisco contaminados con metilmercurio.

Desde la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA), se recomienda no superar la ingesta semanal de 1,3 microgramos por kilo de peso corporal. 

Así es el panga, Pangasianodon hypophthalmus, el pescado más consumido en Europa Autor: Staticd


Sin embargo, un estudio publicado por la revista Science Direct y liderado por la doctora María Rodríguez, del Departamento de Toxicología de la Universidad de La Laguna, señala que:

  • “Teniendo en cuenta el límite máximo de mercurio fijado por la legislación europea en 0,5 mg/kg, algunas de las muestras analizadas se acercan o superan dicho límite“.

En concreto, en una muestra de 80 filetes de panga provenientes de Vietnam en dos formatos, naturales y marinados, los resultados obtenidos indican que las concentraciones de mercurio oscilan entre 0,10 y 0,69 mg/kg. 

Y la concentración es mayor en los productos marinados (0,18 mg/kg) con respecto a la presentación natural (0.16 mg/kg).

“Asumiendo un consumo semanal de 350 g de panga, la tasa de contribución a la Ingesta Semanal Tolerable (ITT) de mercurio (4 μg/kg pc/semana) es de 32% y 27,5% para mujeres y hombres, respectivamente”, resaltan los autores. 

Por eso, y ante el alto consumo de panga por parte de la población infantil, “se hace necesario un mayor control sobre el mercurio, porque, si bien en general las concentraciones de mercurio han estado por debajo del límite marcado por la legislación europea, algunas se acercan y otras incluso superan dicho límite”.

Entonces, ¿es seguro consumir panga habitualmente?

Como especifica la Agencia Española  de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), todos “los pescados importados que se comercializan en España, son controlados convenientemente por las autoridades sanitarias”.

La dorada es uno de los pescados con menor contenido de mercurio.


Así, “la calidad sanitaria de dichos pescados no solamente está asegurada por el control oficial en frontera, sino también por el de las Comunidades Autónomas, quienes, a través de sus Consejerías de Sanidad, también pueden realizar controles cuando el pescado está ya en los canales de comercialización en España”.

No obstante, desde la Asociación Española de Pediatría (AEP), recomienda:

  • “La ingesta de pescado blanco (merluza, lenguado…) a lo largo de toda la edad pediátrica, tres a cuatro veces por semana.
  • Limitar el consumo de pescados azules una vez a la semana, con raciones de menos de 50 gramos, en niños mayores de 3 años”.

“Si además la recolección de esas especies (las anteriormente mencionadas) es más respetuosa con el medio, el entramado laboral que los sostiene más acorde a nuestro sistema de valores y su calidad nutricional mejor, son razones para favorecer el consumo de otras especies distintas del panga o la tilapia“.



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