Antoine Griezmann se convirtió en Riad en el máximo goleador de la historia del Atlético de Madrid. El francés puso el empate a dos en el marcador tras una deliciosa maniobra en la que recortó de tacón a Modric para quedarse en una posición franca al borde del área y fusilar a Kepa con la derecha en lo que suponía su gol número 174 con la camiseta rojiblanca.
Griezmann volvió a ser protagonista desde el inicio en la salida de balón de los de Simeone bajando para ofrecerse a sus centrales, que le buscaban para saltarse las líneas de presión madridista. El francés se echó el equipo encima y descargó con inteligencia sobre las subidas de Lino y de Marcos Llorente, lo que desactivaba la presión de Tchouaméni, Modric y Valverde. El galo avisó con un remate tibio de cabeza llegando desde atrás por debajo del radar de los blancos.
174 en el Atlético y 17 esta temporada
Cuando los de Ancelotti remontaron el tanto inicial de Hermoso con los goles de Rudiger y Mendy apareció Griezmann para levantar al Atlético con una jugada digna de la efeméride que suponía la consecución de ese gol. Además de superar a Luis Aragonés, el tanto del atlético le igualaba en tantos esta temporada con Jude Bellingham, con 17 tantos. Los mismos que acumula Álvaro Morata, el ariete rojiblanco.
En la segunda parte Ancelotti le puso deberes a Tchouaméni, que estuvo mucho más pendiente de El Principito. Antoine se dejó caer por las bandas para eludir la presencia de su compatriota. Apareció a los 75 minutos con un centro peligroso que prologó el tercer gol rojiblanco, que llegó tres minutos después. Un centro de Riquelme desde la banda izquierda que Morata pelea a Kepa, quien se desequilibra en el salto y acaba introduciendo la pelota en su portería con mala suerte y muchas protestas. El portero vasco se queja a Arberola de que Morata le desequilibra en el aire, pero el gol sube al marcador.
En los instantes finales Griezmann fue uno más en el asedio blanco, pero terminó el partido exigiendo a Arrizabalaga en el último disparo del Atlético antes del final del partido con un tiro cruzado. Fue minutos después del tercer gol blanco, el que anotó Carvajal cuando el Madrid ya había volcado el campo hacia el área de un Oblak que fue decisivo para mantener a los colchoneros vivos en el encuentro. El francés llegaba a la prórroga con cambio de pareja en el ataque, al entrar Correa por Morata.