La Sierra de San Pedro es más que una alineación montañosa fronteriza con la raya portuguesa, es la cordillera del occidente extremeño que aglutina una gran belleza paisajística a la mediterránea con un rico patrimonio natural junto a importantes vestigios de la presencia humana.
A caballo de las cuencas de los ríos Tajo y Guadiana, y de las provincias de Cáceres y Badajoz, es una estribación de los Montes de Toledo cubierta de puro bosque mediterráneo donde el ser humano ha aprovechado sus recursos desde tiempos inmemoriales, como atestigua su notable concentración de dólmenes. Situados en el entorno de la localidad de Valencia de Alcántara, constituyen uno de los más importantes conjuntos de dólmenes de Europa.
Los dólmenes son cámaras funerarias creadas con descomunales losas de piedra que sustentan y cubren el recinto. Su excelente conservación fundamenta cinco rutas señalizadas (Tapias, Zafra, Las Lanchas, Huerta de las Monjas y Los Mellizos) en el municipio de Valencia de Alcántara alrededor de los 41 dólmenes (siglos IV y III a.C) que hacen de la escapada serrana una experiencia para viajar a través del tiempo.
El paisaje de la dehesa
La dehesa es un ecosistema sabio, protagonizado por encinas, alcornoques y pastizal, fruto de la mano humana puesto que es el bosque mediterráneo aclarado para su explotación.
Un sistema agrosilvopastoril alrededor del que disfrutan senderistas y amantes de la naturaleza. Y donde la explotación del corcho, la corteza que recubre el tronco de los alcornoques, ha convertido a la Sierra de San Pedro en el centro de su procesado gracias a la dinámica actividad industrial del pueblo de San Vicente de Alcántara. En el Museo del Corcho se conocen los pasos y tiempo adecuado para el descorche que hace de tan ancestral actividad de extracción un aprovechamiento que no perjudica al árbol.
Cromlech de
las Lanchuelas
San Vicente
de Alcántara
Fuente: Elaboración propia / ABC
Cromlech de
las Lanchuelas
San Vicente
de Alcántara
Fuente: Elaboración propia / ABC
La sierra añade a su rica flora la posibilidad de observar tesoros de la fauna europea como el águila imperial ibérica, el buitre negro, el águila perdicera, el águila real, la cigüeña negra y el búho real.
La berrea de los ciervos, cuando comienzan a bajar las temperaturas al inicio del otoño convierte a la Sierra de San Pedro en un centro neurálgico para observarlos al atardecer en los claros del bosque. También desde fincas privadas pero abiertas a los amantes del bosque mediterráneo. Además de hospedar a lo rural, en plena dehesa, ofrecen experiencias de observación de la fauna ibérica desde escondites camuflados en los mejores rincones del bosque.
El Berrocal de La Data
En Valencia de Alcántara, aparte del extraordinario conjunto dolménico del municipio conviene acercarse hasta el Monumento Natural de La Data, un vistoso conjunto de bolos graníticos o berrocales formado hace 284 millones de años. A su alrededor se desarrolló también la cultura megalítica como demuestran sus cinco dólmenes y las pinturas rupestres de un abrigo rocoso.
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Museo del corcho. San Vicente de Alcántara. Espacio expositivo para mostrar el estrecho vínculo de los habitantes del bosque mediterráneo con el corcho. www.visitterritorioscorcheros.es
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Finca El Millarón. Reserva natural privada donde hacer ecoturismo alojándose en sus instalaciones. www.elmillaron.com
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Centro de Interpretación de la Naturaleza ‘Alas’. San Vicente de Alcántara. turismociudaddelcorcho.com. Visita imprescindible para conocer el entorno natural de la Sierra de San Pedro.
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Centro de Interpretación Fundación Indalecio Hernández. Valencia de Alcántara. Una casa del siglo XVI muestra la historia local desde su pasado prehistórico hasta la actualidad. https://turismovalenciadealcantara.es
El paseo urbano por Valencia de Alcántara sorprende con un rico patrimonio, como la iglesia de Rocamador, templo gótico construido sobre una antigua mezquita que fue declarado monumento histórico artístico. En esta iglesia tuvo lugar el matrimonio de Isabel de Aragón, la hija mayor de los Reyes Católicos, con el rey Manuel I de Portugal, hecho que se conmemora cada verano en la localidad con la celebración de la Boda Regia.
El rincón con más historia de Valencia de Alcántara es el barrio gótico. Sus viviendas, con fachadas encaladas y portadas con arcos y dinteles en piedra, delimitan 19 calles llenas de encanto en su trazado estrecho y alargado. En esta zona medieval, que es la más antigua del pueblo, es donde también se hallaba la judería. Fue la más extensa de la provincia de Cáceres y cuya sinagoga (siglo XV) ha sido restaurada.