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Alfonso Zurro: «Shakespeare bebió del Siglo de Oro español»

El pasado verano, la torre de Don Fadrique acogió el estreno de un texto escrito por el dramaturgo y director teatral Alfonso Zurro. Se trataba de una versión del poema lírico ‘La violación de Lucrecia’ de William Shakespeare, producido por Teatro Clásico de Sevilla, y que fue interpretado por la actriz Lorena Ávila.

El estreno ocasionó un gran impacto entre el público, y la insistencia por conseguir el texto por parte de los asistentes a la salida de la obra originó la publicación del mismo, un libro que este miércoles fue presentado en la sala La Fundición, en un diálogo entre la periodista Lola Pantoja y la actriz Lorena Ávila con el propio Zurro. La obra fue premiada con tres galardones de los premios Escenarios de Sevilla, Mejor autor, Mejor espectáculo de teatro y Mejor actriz, y volverá a la escena el próximo enero en la sala La Fundición.

Alfonso Zurro confiesa que es un texto que siempre le había atraído y emocionado .«Llegó un momento que hace dos años me puse a trabajar con el texto. Vi que era necesario volver a el, porque es uno de los textos canónicos del teatro. El tema se había utilizado mucho en pintura y en escultura, y ahora vivimos un momento político donde se empiezan a replantear cosas, a utilizar otras palabras que no son, y una extrema derecha que avanza posiciones. Entonces vi la necesidad de coger el texto de Shakespeare y ver cómo se podía exprimir y acercarlo a la contemporaneidad de lo que está ocurriendo ahora».

Dice que se enfrentó al texto «con mucho respeto. Cuando te pones a leer a Shakespeare te das cuenta de que sus textos son grandiosos. Él reinventa el concepto del ser humano. Es otro nivel. Pero esa admiración no te puede impedir tocarlo, al contrario, tienes que saber que estás haciendo teatro para hoy y lo que hizo Shakespeare fue un teatro para los siglos XVI y XVII».

La puesta en escena en la Torre de Don Fadrique al principio tuvo problemas, pero luego «nos acoplamos bastante bien porque la torre daba una sensación de poder, de dominio muy reflejado en el texto, el de un príncipe hacia una mujer, y la torre tomó un carácter simbólico. Y también la actriz estaba metida en el agujero de la fuente y el público arriba y eso daba una sensación de soledad grande».

El texto es híbrido, «porque ella hace casi ocho personajes», y nunca pensó que en su versión iba a crear un personaje masculino. «No le hacía falta, el texto se vale solo. Al espectador le llega una concepción de un mundo muy concreta», asegura el dramaturgo.

Alfonso Zurro dice que el teatro es muy atractivo de leer, «pero no se ha creado el hábito de leerlo. Yo tuve la suerte de tener un profesor que sí nos ponía a leer, y por eso me acostumbré a oír el teatro».

Para el dramaturgo, el teatro del Siglo de Oro español fue grandioso, «no sólo por la calidad literaria, sino que inventó muchísimas cosas y de ahí bebió toda Europa, Shakespeare también, todos copiaron. Eramos la potencia mundial, España estaba en la apoteosis, dominaba el mundo, y el teatro europeo estaba en sus balbuceos. En España se inventan conceptos de puesta en escena, escenografía, dirección, relación con el público. El Siglo de Oro revolucionó el teatro mundial. Calderón sigue siendo un dios para los alemanes».

Falta contacto con el público

Sin embargo, en cuanto a la situación presente, afirma que «hoy día el problema es que la dramaturgia actual se representa muy poco. En el Siglo de Oro había mucho público. El autor, si no funcionaba una obra, enseguida estrenaba otra. Hoy una obra cuesta muchísimo sacarla adelante y la gente quiere que esté en cartel el máximo de tiempo, cuando a lo mejor no debe ser así, y no hay contraste con el público que tampoco hoy día va tanto al teatro. Y claro, al autor le falta eso, ese contacto con el público. El público del teatro ha evolucionado porque además nuestra cultura empieza desde la imagen, viendo cine y televisión, y hoy día lo que viene de las redes sociales lo cambia todo. Antiguamente tenías que escribir de una forma, hoy día puedes fragmentar un personaje, una acción porque una persona en las redes sociales ve ocho segundos un mensaje y cambia de uno a otro y está acostumbrada. Espero que toda evolución vaya para bien, para atrás, nunca».

A pesar de sus muchos años de carrera teatral, no tiene nada guardado en el cajón, «siempre he escrito por encargo o para un grupo de teatro. Incluso al principio en la compañía La Jácara los propios actores me pedían un personaje concreto en una obra, y yo lo hacía. Tan sólo una vez me he dado el gusto de escribir una obra, que fue una pieza de teatro infantil». Su forma de escribir es sin imágenes, no concibe la acción ni las escenas, «eso es algo que descubro después, a la hora de dirigir, pero cuando escribo lo hago sin nada predeterminado».

 Alfonso Zurro ha llevado a cabo más de cincuenta puestas en escena de teatro, ópera y zarzuela. A lo largo de su carrera ha recibido más de cuarenta premios, el de la Asociación de Directores de Escena de España, de Dirección (ADE), Premio Max de autoría teatral, Premio Ercilla al ‘Mejor Espectáculo’, por Los borrachos’, Premio al mejor texto en el FETEN (Feria Europea de Teatro para Niños y Jóvenes), por ‘Farsas Maravillosas’, Premio Unión de Actores de Andalucía por su contribución profesional en la mejora del sector andaluz, Premios Escenarios de Sevilla, Premio Lorca de Dirección Escénica por ‘Hamlet’, entre otros muchos.



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