La actriz Itziar Castro, cuya muerte hemos conocido este viernes, 8 de diciembre, a través del director y guionista Frankie de Leonardis, amigo de la intérprete, fue una activista incansable contra la gordofobia, convirtiéndose en icono de la diversidad en España.
Castro era conocida por sus papeles en películas como ‘Pieles’ de Eduardo Casanova, por la que fue nominada a los Goya como mejor actriz revelación, en la serie ‘Vis a vis’ y en filmes como ‘Campeones’ y su secuela, ‘Campeonex’, ‘Matar a Dios’ y ‘Blancanieves’.
En 2020, durante el confinamiento por la COVID-19, la actriz publicó una fotografía recreando un cuadro de Botero que le ayudó a descubrir que padecía lipedema, una enfermedad progresiva del tejido graso que afecta casi exclusivamente a las mujeres.
Todos conocemos a mujeres que durante años y años se someten a dietas muy estrictas, a entrenamientos duros y continuos, a tratamientos estéticos para eliminar la grasa que poco a poco se les acumula de ombligo para abajo. Pero todo les resulta en balde.
La grasa acumulada sigue ahí y las extremidades inferiores comienzan a doler y a pesar, afectando gravemente la calidad de vida de estas mujeres.
Así comienza el periplo por especialistas buscando que alguien dé con la tecla de lo qué les está pasando. No hablamos ni de sobrepeso ni de obesidad, ni de celulitis.
Estamos hablando de lipedema. Una patología que hasta 2018 no había sido reconocida por la OMS.
Se trata de una enfermedad crónica que no tiene cura, que requiere tratamientos de por vida y que afecta casi en exclusiva a las mujeres.
El lipedema es, hoy en día, una de las enfermedades más infradiagnosticadas en el sector de la medicina, a pesar de que afecta hasta al 20% de la población mundial, siendo el 99% de los afectados mujeres.
¿Qué es el lipedema?
La definición científica de la OMS es un exceso de grasa del ombligo hacia abajo.
Pero con la particularidad de que esta grasa enferma que se acumula provoca “mucho dolor, fragilidad capilar (aparición de hematomas sin motivos aparentes)”, explica el doctor Jesús Olivas-Menayo, cirujano plástico de la Clínica FEMM.
Visualmente, estas mujeres presentan una gran desproporción entre la parte superior de su cuerpo y las extremidades inferiores, desde el ombligo hasta los tobillos.
La grasa enferma también produce hematomas y dolor agudo al tacto o al realizar movimientos con impacto, como bajar escaleras a cierta velocidad, y retención de líquidos.
Además, produce graves secuelas en la salud mental de los pacientes.
Tipos de lipedema
El doctor Olivas explica las distintas formas en las que se puede presentar esta patología:
- Tipo 1. La acumulación de grasa enferma se sitúa desde el ombligo hasta mitad de muslo.
- Tipo 2. En estos casos la adiposidad está más extendida, en concreto desde el ombligo hasta la rodilla.
- Tipo 3. Aquí la grasa enferma afecta a toda la extremidad, hasta el tobillo.
- Tipo 4. Este es tipo de lipedema es muy infrecuente. En estos casos las mujeres afectadas acusan la acumulación de grasa no sólo en las extremidades inferiores, sino también en los brazos.
- Tipo 5. Son pocos los casos de este lipedema que sólo afecta al tramo entre las rodillas y el tobillo.
¿Qué provoca esta acumulación patológica de grasa?
Como explica el doctor Olivas-Menayo todavía queda mucho que investigar sobre el lipedema, pero con los estudios científicos de los que se dispone hasta ahora está clara la íntima relación de esta enfermedad con los cambios hormonales.
El lipedema comienza a aparecer en la pubertad y aumenta con los embarazos.
También es muy común entre aquellas mujeres que toman anticonceptivos estrogénicos o aquellas que han sufrido tumores hormonodependientes, como algunos cánceres de mama.
Es precisamente esta relación hormonal lo que la convierte en una enfermedad eminentemente femenina (el 99% de los casos).
Pero no hay que olvidar tampoco el componente genético. El cirujano de la Clínica FEMM explica que “es una patología hereditaria. Entre el 20 y el 50% de las pacientes que con lipedema, tienen familiares directos que también lo padecen”.
Qué distingue el lipedema de otras patologías
Cuando las mujeres afectadas por esta acumulación desproporcionada de grasa que les provoca dolor y pesadez acuden al médico, normalmente son remitidas a especialistas en circulación sanguínea. Y es que el desconocimiento que todavía hay sobre el lipedema hace a los profesionales sanitarios pensar en otra enfermedad, el linfedema.
Las diferencias entre ambas patologías las explica el doctor Olivas:
- El linfedema consiste en una inflamación de los tejidos a causa de la acumulación de líquido, no de grasa.
- El linfedema suele ser unilateral, afecta solo a una de las dos extremidades mientras que el lipedema lo hace en ambas.
- Una señala muy característica del lipedema es que los pies del paciente no se ven inflamados ni hinchados, salvo en los casos más avanzados.
- El lipedema es una enfermedad femenina.
- En el linfedema no hay dolor porque la hinchazón de la extremidad lo que provoca es una compresión en los nervios tal, que directamente los pacientes pierden la sensibilidad.
Tampoco se debe confundir con la obesidad.
En el lipedema se produce una desproporción entre la parte superior del cuerpo, delgado, y la parte inferior, mientras que la obesidad afecta a todo el cuerpo y, además, no duele.
También es importante saber que mientras una persona con obesidad va responder a una dieta y a la realización de ejercicio, las mujeres con lipedema no.
¿Cuál es el tratamiento para pacientes con lipedema?
El objetivo de los tratamientos contra el lipedema nada tiene que ver con una cuestión estética.
Se trata de mejorar la calidad de vida de la paciente eliminando el dolor y la sensación de pesadez que esta patología provoca.
Como explica el doctor Olivas:
- “El lipedema es una enfermedad crónica, por lo que las pacientes que la sufren pueden pasar años, e incluso toda su vida, padeciendo sus efectos si no se les diagnostica. Y puede agravarse hasta derivar en lipolinfedema, una afectación grave del sistema linfático”, que puede llevar hasta la amputación de la extremidad afectada.
Abordar la enfermedad requiere un equipo multidisciplinar en el que participen especialistas en cirugía plástica, nutrición, fisioterapia, medicina estética y entrenamiento deportivo.
Una vez la paciente es diagnosticada de lipedema, la liposucción es el tratamiento más efectivo. Pero es una liposucción diferente a la que se realiza por motivos estéticos, porque lo que hace es eliminar el mayor número de células grasas enfermas posible.
Con esta intervención quirúrgica se ralentiza el avance del lipedema, ya que impide que el índice de masa corporal aumente tras la cirugía.
Pero para lograr estabilizar la enfermedad, será necesario que la paciente realice una serie de cambios en su estilo de vida.
Esos cambios afectan principalmente a dos áreas: la alimentación y el deporte. Y no hay recetas genéricas. Tanto el tratamiento nutricional como el deportivo posterior a la cirugía deben estar personalizados para cada paciente.
En el caso de que la paciente no desee pasar por la liposucción, o por motivos médicos no pueda, existen otros tratamientos más conservadores para mejorar el dolor y la pesadez.
La doctora Elena Moreno, especialista en la Clínica FEMM, explica que entre los tratamientos alternativos destacan la mesoterapia, la carboxiterapia o la radiofrecuencia Morpheus 8.
En cualquiera de los dos casos, quirúrgico o conservador, la paciente debe incorporar los cambios de nutrición y deporte a su vida cotidiana para mantener estable el lipedema.