La salud de los niños debe mucho a los antibióticos, pero estos medicamentos se han vuelto en un arma de doble filo en lo que a la salud de la población se refiere. Y es que el mal uso de los antimicrobianos ha originado uno de los problemas que más preocupan al sector sanitario: la resistencia a los antibióticos.
El doctor Roi Piñeiro Pérez, coordinador del Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría (AEP) recuerda que:
- “Tan cierto como decir que los antibióticos son armas muy poderosas y beneficiosas, lo es afirmar que si no las usamos bien perderán toda su utilidad”.
De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las resistencias antimicrobianas constituyen una de las 10 principales amenazas para la salud.
Afortunadamente, según datos del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), coordinado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), España es uno de los países de la Unión Europea que más ha reducido su consumo de antibióticos en los últimos años.
En concreto:
- La población española entre 2014 y 2022 ha reducido el consumo de estos fármacos un 17 %
- Y en animales se utiliza un 61 % menos.
A pesar de ello, nuestro país sigue ocupando el séptimo lugar en el ‘ránking’ de ingesta de antibióticos.
Para seguir avanzando en disminuir cada vez más el uso de estos medicamentos y utilizar los antibióticos de forma correcta, todavía es necesario mejorar:
- Por una parte, la concienciación de la población para que utilice de forma adecuada estos fármacos
- Y por otra, la formación de los sanitarios para que los prescriban correctamente.
“La formación entre los profesionales sanitarios en el uso de esta intervención farmacológica es muy variable y, en muchos aspectos, deficiente”, señala Piñeiro, que asegura que, entre otras medidas, “ayudaría que se reconociera oficialmente la especialidad de Enfermedades Infecciosas vía MIR”.
Consejos de los pediatras para hacer un buen uso de los antibióticos
Todavía es muy habitual en las consultas de pediatría que los padres se pregunten por qué no se prescribe al niño un antibiótico para curarles las infecciones que presentan.
Pues bien, los especialistas en pediatría recuerdan que los antibióticos son medicamentos que sirven para tratar infecciones causadas por bacterias, no por virus.
Además, insisten en que el uso inapropiado, el sobreúso o el abuso tienen como consecuencia la selección de cepas de bacterias que pueden resistir el tratamiento, lo que se conoce como resistencia bacteriana, una realidad que preocupa a los especialistas por el riesgo que podría entrañar para la salud de las personas.
- “Las bacterias también están vivas y luchan, al igual que nosotros, por sobrevivir. Si abusamos demasiado de una forma de atacar, aprenderán la forma de defenderse. Por desgracia, hoy ya tenemos bacterias superresistentes que han construido su propio búnker y son muy difíciles de tratar, incluso con antibióticos”, señala el experto de la AEP.
De ahí la gran importancia que tiene utilizar estos fármacos de forma adecuada.
Los especialistas del Comité de Medicamentos de la AEP recomiendan:
Y para hacerlo bien, los especialistas del Comité de Medicamentos de la AEP han establecido 5 recomendaciones muy claras:
1. La primera recomendación está más centrada en los profesionales sanitarios que en las familias. Y es que es necesario que el facultativo realice una prescripción adecuada de los antibióticos. En ocasiones se administra un antibiótico “por si acaso”, sin una sospecha fundada de que pueda existir una infección bacteriana.
La principal causa de ello es el temor del profesional de “dejar una posible infección de este tipo sin tratamiento. La clave para revertir esta tendencia es la formación continuada de los sanitarios”, señalan desde la AEP.
2. Si se pauta un tratamiento con antibióticos por una sospecha de infección bacteriana, se debe suspender una vez que se demuestre que la infección está producida por un virus u otro microorganismo.
3. No se debe mantener el tratamiento con antibióticos durante más tiempo del necesario. Cada enfermedad necesita un número de días que están bien definidos en protocolos y documentos de consenso. Más tiempo de tratamiento no supone una mejor curación de la infección. Así, se debe respetar siempre el tiempo establecido por el pediatra.
4. No tomar antibióticos en caso de gripe, infección vírica, dolor o catarro. Son infecciones molestas, que pueden dejar fuera de juego al niño durante días, pero no se van a solucionar con antibióticos.
“Hay que recordar que solo son efectivos contra las bacterias y, si los tomamos aleatoriamente para tratar otras infecciones o dolencias, no serán eficaces cuando realmente los necesitemos”, advierten los pediatras.
5. Aunque cada vez es menos frecuente, nunca se debe tomar antibióticos sin prescripción médica. Aunque tengamos una caja de antibióticos con pastillas sobrantes de alguna receta anterior, no se deben tomar si no ha existido previamente una prescripción facultativa.