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Marcelo Gullo Omodeo: «México es el lugar por antonomasia de la falsificación de la historia en Hispanoamérica y de la leyenda negra»

El historiador y escritor argentino Marcelo Gullo Omodeo es protagonista de una nueva sesión del Aula de Cultura de ABC —que patrocinan la Fundación Cajasol y la Real Maestranza de Caballería de Sevilla—, ya que presentará este lunes a las 19.30 horas en el salón de carteles de la plaza de toros su último libro, ‘Lo que América le debe a España’ (Espasa). Se trata de un interesante estudio sobre la gran influencia española en América.-Su libro es un ensayo muy valiente que reconoce la verdadera aportación que España hizo en América, ¿no es así?-Muchas gracias por afirmar que mi libro es un ensayo muy valiente. Yo considero que, como afirmó Platón: «Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre.» Mi idea fundamental es que el encuentro de España con América fue un acontecimiento trascendental, y el legado que allí quedó, una huella imperecedera. Esto lo reconoce un hombre que sólo un loco podría acusar de ultramontano, de conservador o de nacional católico. Es un hombre que se enfrentó al imperialismo norteamericano pistola en mano, para poner fin a la ocupación de su patria por parte de los Estados Unidos, el general nicaragüense, de madre india, César Augusto Sandino, que decía «Yo veía antes, hace tiempo, con protesta la obra colonizadora de España; pero hoy la veo con profunda admiración. España nos dio su lengua, su civilización y su sangre. Nosotros más bien nos consideramos como españoles indios, de América». Como intuyó Sandino, Hispanoamérica le debe su unidad sustancial a España, de manera que de Madrid a Kiev o de Granada a Berlín hay más distancia psicológica, sociológica y cultural que de Lima a Sevilla o de Buenos Aires a Salamanca. Los pueblos que se extienden desde los Pirineos a Acapulco y desde California a Tierra del Fuego conforman en sustancia un solo pueblo, un único pueblo, aunque, como resultado de la leyenda negra, hayan perdido la conciencia de su unidad de destino. Hispanoamérica le debe a España su ser, aquello que le hace ser lo que «es» en el mundo: un «pueblo continente», que se extiende desde México hasta Argentina, una única nación dividida en repúblicas, pero una sola nación, una nación inconclusa.-Usted se ha remitido a las fuentes históricas que ha estudiado y ha huido de muchos tópicos y prejuicios que perduran hoy en día sobre la conquista española de América.  -Sí, claro, pero también recurrí a la opinión, hoy ocultada de los grandes líderes políticos hispanoamericanos como Eva Perón cuando grito a los cuatros vientos: «La epopeya del descubrimiento y la conquista es, fundamentalmente, una epopeya popular. Somos, pues, no solo hijos legítimos de los conquistadores, sino herederos directos de su gesta y de la llama de eternidad que ellos transportaron por sobre los mares… Este es mi homenaje al Día de la Raza, día del pueblo que nos dio el ser y que nos legó su espiritualidad.» Y he citado, a modo de ejemplo – palmario, por cierto-, dos de los tantos hombres y mujeres que, la progresía jamás podrá tildar de fascistas, precisamente. Todo lo contrario. Se los podrá calificarse de cualquier cosa, menos de «fachas». Se podrían mencionar en la extensa lista de políticos y pensadores que entendieron el sentido de Patria Única, hija legítima de la España que nos trajo la Fe, la Cultura, la concepción del Mundo, la lengua, a pensadores y políticos que van desde Rodó a Ugarte, pasando por Vasconcelos y toda la denominada Generación del ´900. Podrían agregarse a esta lista de políticos y pensadores de las más diversas orientaciones ideológicas, en toda la América hispánica: Haya de la Torre, Hipólito Irigoyen, Juan Perón, Juan José Hernández Arregui, Jorge Abelardo Ramos, el propio Fidel Castro y hasta al mismísimo Trotsky. La enumeración completa es larguísima. Todos ellos citados en mis libros cuando, en sus dichos y escritos respecto de España, han loado su participación e influencias benéficas y determinantes en la construcción de una ecúmene única y sin prejuicios de raza. ‘Todas las sangres’, se titula la más famosa obra del eximio literato peruano, José María Arguedas. Ningún título más apropiado para la América hispana que, por cierto, junto a la Madre Patria peninsular, constituyen una unidad esencial, que es justamente, el rasgo que identifica a una Nación. Unidad esencial que hace que todos los españoles, peninsulares o americanos, compartamos no sólo una lengua común, sino un cúmulo de creencias que dimanan de Grecia y Roma, se redimen en la fe católica y se resumen en su forma de ver el Mundo y organizar la comunidad. Este es nuestro denominador común, el que nos hace ser -con nuestras peculiaridades locales- un solo pueblo, una sola Nación que quizás tenga por mayor pecado no reconocerse Una, justamente gracias a la Leyenda Negra, inventada por los enemigos de España y llevada al paroxismo por la anglósfera.-En su obra ha establecido los numerosos lazos que unen a España con Hispanoamérica. ¿Qué queda hoy en día de todo esto?-Queda lo fundamental la lengua y los valores que España llevó a América. Han intentado, una y otra vez, destruir la lengua común, pero hasta ahora no lo han logrado. Hoy intentan destruir la lengua común con el indigenismo, introduciendo el estudio de lenguas indígenas para conseguir la fragmentación lingüística y como afirmó el socialista argentino Manuel Ugarte la fragmentación lingüística es siempre una herramienta de las potencias hegemónicas para romper la unidad de los otros Estados. Cuando se pretende dividir una nación que tiene una lengua común establecida – una lengua franca-, se comienza introduciendo en distintas regiones de esa nación la pluralidad lingüística, tanto en las escuelas como en las universidades. Luego, poco a poco, se excluye de esas mismas escuelas y universidades la lengua común del Estado, tras lo cual las distintas regiones que han establecido una nueva lengua o restablecido una antigua y excluido la común comienzan a sentir como extranjeros a los que antes consideraban como sus connacionales y empiezan a pensar en la independencia del Estado del que formaban parte. Por eso puede decirse que el indigenismo es la última etapa del imperialismo. Curiosamente, lo que Ugarte temía para Hispanoamérica está sucediendo en nuestros días en la propia España. Cataluña es la prueba más palpable de lo que acabo de afirmar. «La mayor oposición que tuvo Bolívar fue la de los indios guajiras y las de las masas campesinas negras y mulatas, que solo fueron vencidas con ayuda de 5000 soldados británicos» Marcelo Gullo Omodeo Historiador y escritor-También es fundamental que los habitantes de América disfrutaron de plenos derechos y fueron súbditos libres de la Corona española.  -Claro, pero cuando uno recuerda esos datos lo acusan como me acusan a mí de hacer leyenda rosa. Pero la realidad es que el dato histórico mata la leyenda negra. No hace falta exagerar nada porque los datos están ahí. Si la leyenda negra fuese cierta y España vejó, explotó y aniquiló a los pueblos originarios, los primeros que tenían que haberse sublevado en 1810 tenían que haber sido las masas indígenas. Sin embargo, vemos como en la última batalla, la de Ayacucho (1824), que decide la suerte de España en América con dos bandos, en un solo bando – el ejército realista – había indios: de 6000 hombres, 5000 son voluntarios quechua hablantes. Y cuando el ejército realista fue derrotado, las masas indígenas continuaron su resistencia en lo que se llamó la guerra de los castillos, con una bandera que decía «por Dios, por la Patria y el Rey» y lucharon hasta 1830. Para demostrar que no fue una excepción, basta con decir que la mayor oposición que tuvo Bolívar fue la de los indios guajiras y las de las masas campesinas negras y mulatas, que solo fueron vencidas cuando Bolívar consigue la ayuda de 5000 soldados británicos. No hay leyenda rosa sino la exposición de datos históricos concretos, lo que ocurre es que la exposición de esos datos es tan increíble, fue tan increíble la obra de España en América que parece una mentira. La mayoría de los españoles que llegaron a América, por supuesto que no eran ángeles sino hombres, pero estaban movidos por un gran idealismo. Quienes dicen que hago leyenda rosa en realidad no tienen coraje, son unos cobardes, son materialistas sin un solo ideal en la cabeza y piensan, como el ladrón, que todos son de su condición. El nuevo libro de Marcelo Gullo Omodeo ABC- Usted le dijo a Evo Morales que si en lugar de España hubieran venido los ingleses a América del Sur «lo más probable es que usted no hubiese existido y tampoco habría llegado a presidente». ¿Cómo reaccionó este gobernante ante su comentario?-Efectivamente cuando le dieron el doctorado honoris causa a Evo Morales, le dije: «Presidente, si en lugar de España hubiera llegado a América del Sur Inglaterra, estoy seguro de que yo estaría dando clase en esta universidad, pero también que usted no estaría recibiendo el doctorado honoris causa sino como están los navajos, los apaches y los comanches, en una reserva de los Estados Unidos, borrachos, porque las reservas son en realidad campos de concentración». Al escuchar mis palabras se puso blanco y enmudeció. Ante la verdad histórica no tuvo respuesta alguna. -¿Por qué cree que entre mandatarios americanos como el propio Evo Morales o Andrés Manuel López Obrador sigue existiendo esa animadversión hacia todo lo que viene de España?-Los gobiernos actuales de Hispanoamérica, que no son gobiernos de izquierda, son gobiernos progresistas, no son rojos sino rosados, son sirvientes de la oligarquía financiera mundial, el señor Gustavo Petro, el señor Evo Morales, el señor Gabriel Boric, el señor Pedro Castillo, que ahora está preso, no son nada más que la mano de obra más barata que ha tenido jamás el «imperialismo internacional del dinero». Son caniches de la oligarquía financiera internacional. Todos ellos ocultan a su población de que antes de que España llegara a América lo que había en América no era un paraíso terrenal, era un infierno donde reinaba el canibalismo y la antropofagia. Esa es la verdad.Con respecto a México, debo decirle que si hay un lugar donde se ha falsificado la historia y se comprueba que el origen de la mala política es la falsa historia, es México. México es el lugar por antonomasia de la falsificación de la historia en Hispanoamérica y de la leyenda negra. Los presidentes mexicanos dicen que la culpa de su subdesarrollo la tiene España, pero lo cierto es que, cuando se independizan, no hay ninguna ciudad en EEUU –ni Boston, ni Filadelfia, ni Nueva York– que se pueda comparar con Ciudad de México. Humboldt, que era antiespañol y anticatólico, cuando va en 1808 a México dice que es la ciudad más importante del mundo y que allí se comía mejor que en París. Pero no lo dice con respecto a las clases altas, sino con respecto a las populares. Afirma que un minero indio gana más que un minero en Alemania o Inglaterra. México era una potencia cuando EEUU eran trece colonias miserables. Lo que hicieron los presidentes mexicanos es lo que esos nietos que dilapidan la herencia de sus abuelos y después le echan la culpa al abuelo. México despilfarró, tiró por la borda la herencia de España, porque se dejó robar por los EEUU el 60% de su territorio. No se dejó robar piedras y arena, sino California. La perdió en 1848 y un año después EEUU era, gracias a este territorio, el primer productor de oro del mundo. Y en 1910 EEUU era el principal productor de petróleo del mundo, gracias a Texas. La culpa del subdesarrollo de México no la tiene España, sino la clase política mexicana, que no fue capaz de mantener la herencia recibida. Marcelo Gullo Omodeo durante su encuentro con Evo Morales ABC-¿Por qué afirma que América, antes de 1492, se asemejaba más al infierno que al paraíso? ¿De qué aberraciones liberó España a los nativos?-Porque lo que reinaba en el Nuevo Mundo era el canibalismo, los sacrificios humanos, la esclavitud, el machismo golpeador y la prostitución. En el actual territorio de Argentina, entre los indios mocovíes, cuando una familia con un hijo recién nacido debía emprender un viaje, el padre ordenaba a su mujer que diera muerte a la criatura para que no resultase una incómoda carga. En Colombia, cerca de la ciudad de Popayán, los indios pijaos tenían como práctica capturar a todas las mujeres de sus enemigos que pudieran para abusar de ellas y dejarlas embarazadas. A los hijos que nacían los alimentaban con mucho esmero hasta que cumplían 12 o 13 años, momento en el que, estando ya bien gorditos los comían con gran fruición. Entre los guaraníes la prostitución era impuesta por los padres a sus hijas e incluso a sus esposas. Los caciques disponían de todas las mujeres de su tribu, a las que utilizaban como objeto de trueque u ofrenda con otras tribus. El indigenismo imagina que había un paraíso terrenal antes de la llegada de los españoles, pero lo que vivían las naciones sometidas, como los tlaxcaltecas en México o los huancas en Perú era un infierno. Realmente lo que existía en México era una nación dominante, que era la azteca, que oprimía a decenas de otras naciones de la peor forma posible, porque no les exigía materias primas sino vidas humanas para llevárselas a sus templos. No para sacrificarlos a los dioses, sino porque las élites aztecas habían hecho de la carne humana su principal alimentación. Williams Prescott calcula en 20.000 por año el número de las victimas sacrificadas por los aztecas, pero hay autores que dicen que mataban 150.000 personas por año. La situación no era mucho mejor en el Perú, donde la nación quechua dominaba de forma brutal a cientos de naciones, haciendo tambores de la piel de los vencidos y vasos de sus cráneos. Cuando el inca Pachacútec murió, se enterraron junto a él mil niños y mil niñas de entre cuatro y cinco años pertenecientes a los pueblos que los quechuas habían dominado.-En España, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, dijo hace poco que no iba a asistir a los actos del Día de la Hispanidad y lo calificó de «aniversario de un genocidio». ¿Qué opina al respecto?-Me gustaría contestarle a la señora Belarra con una frase de Fidel Castro que demuestra que está totalmente equivocada: «Queremos seguir siendo esta maravillosa mezcla de españoles, de indios, de africano. Nos sentimos privilegiados por eso. Es lo que nos dio la historia. Es lo que nos dio Dios, para los creyentes. Es lo que nos dio Santiago, hace dos mil años, y eso queremos seguir siendo, eso y parte del alma de España».Para terminar permítame decirle que la izquierda que hoy gobierna España no es más que un caniche de la oligarquía financiera mundial. Con ese sector no hay nada que hacer. Porque es como querer hablar de colores con los ciegos. ¡No hay nada que discutir! Ellos parten de la idea de que España es un mito, que no existe. Tampoco tienen buena voluntad, ni predisposición de llegar a la verdad. Hay políticos y profesores españoles que odian a España. Odian la conquista de América y la reconquista. Creen que la conquista de América fue un error y un horror porque creen también que la reconquista fue un error y un horror, piensan, en su fuero íntimo, que la misma España es un error y un horror, que no debería haber existido y trabajan para que deje de existir. La señora Ione Belarra es uno de esos políticos.



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