Ya van camino de la decena. Ferland Mendy, Aurélien Tchouaméni, Eder Militao, Mikel Oyarzabal, Fermín López, Loïc Badé, Alberto Moleiro, Dani Olmo… Parece una lista de algunos de los mejores futbolistas de LaLiga, un all star, pero en este caso no están aquí por algo positivo para ellos.
Uno tras otro, todos estos jugadores de LaLiga han ido cayendo lesionados durante el primer parón de selecciones, siendo el español el campeonato más afectado. El último en unirse ha sido el centrocampista del Atlético Pablo Barrios, que será baja las próximas tres semanas por un percance muscular y que se une de esta forma a la lista de víctimas de un año futbolístico que ha empezado a toda tralla.
Lo achacan los futbolistas a un problema cada vez más comentado. la sobresaturación del calendario. Ni un mes pasó desde la final de la Eurocopa hasta el inicio del campeonato liguero español, por poner un ejemplo. Menos aún, ni una semana, desde el final de los Juegos Olímpicos, que precisamente disputó el mencionado Barrios. Entre el 15 de agosto y el 1 de septiembre se jugaron cuatro partidos por equipo, y ahí aparecieron en escena las selecciones. Y ahora, tras volver del parón, de nuevo empieza otro frenesí de partidos para poder cuadrar un calendario abarrotado.
A partir del próximo fin de semana la rueda volverá a girar a máximas revoluciones. Otras tres jornadas en una semana (intersemanal incluída) antes del regreso de la Champions y el resto de competiciones continentales el próximo 17 de septiembre. En apenas 22 días (el tiempo que va desde la vuelta a la rutina hasta el próximo parón de selecciones), los clubes clasificados para Europa jugarán siete partidos. Y el resto, cinco.
Una muestra más de un calendario que ha terminado de sobresaturar la ampliación de la Champions y la nueva Copa Mundial de Clubes, y que ha motivado que las quejas vayan cada vez a mayores, siendo ahora futbolistas de peso, esos que lo juegan todo, los que se han decidido a alzar la voz.
De Bruyne y Carvajal alzan la voz
“Creo que el problema de verdad vendrá cuando terminemos el Mundial de Clubes. Sabemos que entre la final del Mundial de Clubes y la primera jornada de la Premier League solo pasarán tres semanas. O sea que tenemos tres semanas de descanso para prepararte para jugar otros 80 partidos luego”, se quejó durante la concentración con Bélgica Kevin De Bruyne, capitán del Manchester City, uno de los clubes que jugará este nuevo torneo.
“Quizás este año todo esté bien, pero el año que viene será un problema. Las asociaciones de jugadores de Inglaterra y de otros países han intentado encontrar soluciones”, añadió De Bruyne, que apuntó que “el problema es que la UEFA y la FIFA están haciendo partidos extra y podemos intentar decir algo, pero no se ha encontrado ninguna solución”.
A más partidos, más oportunidades de lesionarse, y más desgaste. “No les importa. El dinero habla por ellos”, llegó a la conclusión el belga, que se manifestó en la misma línea que hace unos días lo hizo Dani Carvajal. “El año que viene (hay) una Supercopa fuera de España, un Mundial de Clubes que te aparta de casa otro mes entero, una Champions con dos partidos mínimo más, que si no te metes entre los ocho primeros son cuatro más, pues es un calendario inviable”, argumentó el capitán del Real Madrid.
“Es imposible que cualquier futbolista que juegue tres competiciones mantenga el nivel todo un año jugando cada tres días”, afirmó. “Tanto la UEFA como la FIFA como las federaciones de cada país deberían plantearse que un jugador no puede jugar 60 partidos al año”, abundó Carvajal, que incluso se quedó corto.
Muchos partidos, y muchos kilómetros
Si el Madrid alcanza la final de todas las siete competiciones que disputará este año -Liga, Copa, Champions, Mundial de Clubes, Intercontinental y las Supercopas de España y Europa- llegará a los 70 partidos oficiales. Un calendario que recuerda más al de la NBA que al de cualquier equipo de fútbol.
Un frenesí de partidos que, según denuncia Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales (FIFPro) conlleva que “algunos jugadores disfrutan sólo del 12% del año natural (menos de un día completo de descanso a la semana) como tiempo libre, contraviniendo las normas internacionales de Seguridad y Salud en el Trabajo”.
En España, según el Real Decreto 1006/1985 del 26 de junio de 1985, que regula la relación laboral especial de deportistas especiales, estos “deben tener mínimo un descanso semanal de día y medio (fijado de mutuo acuerdo), de las fiestas incluidas en el calendario oficial (cuando no se pueda, otro día de al semana) y 30 días de vacaciones naturales y anuales”. Números que, con el calendario actual, son difíciles de alcanzar.
Entrenar, jugar, recuperar, entrenar, jugar, recuperar… Aunque hay que recordar que los días de entrenamiento de los futbolistas no suelen ir más allá de sesiones de un par o tres de horas, según FIFPro el “54% de los 1.500 jugadores analizados en el estudio relativo a la pasada temporada se enfrentaban a una carga de trabajo excesiva o elevada (lo que el estudio cifra en 55 partidos o más al año), y un número significativo de ellos superaba los límites recomendados por los expertos médicos.
En concreto casi un tercio (31%) de los futbolistas fueron incluidos en convocatorias de 55 o más partidos, mientras que uno de cada seis (17%) disputó más de 55 encuentros la pasada temporada”.
“Canibalización del calendario”
“Casi un tercio (30%) soportaron secuencias de al menos seis semanas consecutivas de partidos seguidos (dos partidos o más por semana)“, se explica en el ‘Informe 2023-2024 de monitoreo de la carga de trabajo de los futbolistas’, elaborada con Football Benchmark. También se recalca que las perspectivas para las próximas temporadas son aún peores, y “apuntan a una mayor congestión de partidos debido a la expansión de las competiciones internacionales”.
“El bienestar físico y mental de los futbolistas debe ser una prioridad si queremos mantener la integridad del juego. La canibalización del calendario de competiciones está llevando a los jugadores más allá de sus límites y está invadiendo sus vidas privadas”, recalcó el secretario general en funciones de FIFPRO, Stéphane Burchkalter. “Necesitamos salvaguardias para que los futbolistas limiten sus desplazamientos, garanticen periodos de descanso y les proporcionen una recuperación adecuada para que puedan alcanzar su máximo rendimiento”.
En el estudio también se explican casos concretos como el de Julián Álvarez, reciente fichaje del Atlético de Madrid, que el año pasado fue el futbolista con el calendario más cargado acumulando “75 partidos partidos disputados (los mismos que Phill Foden, 20 por encima del límite) y 83 convocatorias con el Manchester City y Argentina”. O el del central del Tottenham Cristian Romero, que recorrió “más de 162.000 kilómetros sólo en desplazamientos profesionales”.
Cifras, según FIFPro, son incompatibles con “los convenios colectivos nacionales sobre el tiempo de trabajo, así como los requisitos de la legislación sobre seguridad y salud en el trabajo, como la necesidad de identificar y evaluar los riesgos relacionados con la vida laboral de los futbolistas profesionales”. Y que, por ahora y a no ser que cambien mucho las cosas, no tienen pinta de ir a menos.
Lesiones en los jóvenes
En los últimos tiempos, muchos jugadores han caído lesionados. Y muchos de ellos son jóvenes que de pronto, quizás sin terminar de estar formados físicamente, afrontan cargas de partidos por encima de lo que era normal. Como muestra, el ejemplo de Lamine Yamal, que con 16 años acumuló la temporada pasada 60 partidos entre club y selección.
“Que el jugador que ahora tiene 17 ó 18 años, como Lamine, dentro de 10 años vaya a haber jugado 700 partidos no es bueno para la salud del futbolista”, expuso Iñigo Pérez, entrenador del Rayo, tras el choque que enfrentó a su equipo con el Barça en la segunda jornada.
Fue en ese partido cuando Marc Bernal, uno de los últimos talentos salidos de la Masia, se rompió el ligamento cruzado de la rodilla tras un choque fortuito con Isi. Este lunes fue operada del mismo problema que ya tuvo hace un año Gavi, cuando precisamente tenía la misma edad que su campañero, 17. Y en el mismo sitio, la rodilla, que trae de cabeza a Ansu Fati y ha llevado a poner su carrera en jaque.