Las palabras de Vinicius Jr., asegurando que “si antes de 2030 la situación con el racismo en España no evoluciona, habría que cambiar el Mundial de lugar“, han sido gasolina para Marruecos, socio de candidatura y aliado, pero también rival en la lucha por llevarse los partidos grandes de la cita. El premio mayor es la final, que por las exigencias de la FIFA, solo podrían acoger tres estadios: el reformado Santiago Bernabéu, el nuevo Camp Nou y el Grand Stade Hassan II (rey de Marruecos entre 1961 y 1999) que se construirá en Casablanca y del que se han presentado esta semana nuevas imágenes. Tendrá una capacidad para 115.000 espectadores.
Un estadio que pudo estar diseñado por españoles
“Va a ser el más grande del mundo”; indican desde Populous, el estudio de arquitectos que ha sido adjudicatario de la obra. Entre sus proyectos están el Estadio de Londres, el nuevo Wembley, el Emirates del Arsenal, el Yankee Stadium de Nueva York, el Estádio da Luz en Lisboa o la renovación del Estadio Soccer City, donde se proclamó España campeona del Mundo en 2010. En la afirmación no hay nada de rimbombante, como ha ocurrido con obras anteriores, porque los 115.000 asientos superan en 1.000 a los del Rungrado Primero de Mayo de Corea del Norte, actualmente el feudo más grande del planeta.
Los requisitos de la FIFA para acoger la final del Mundial son que el campo esté finalizado en 2029, mínimo un año antes del comienzo. El Grand Stade Hassan II está proyectado para 2028. El aforo mínimo es de 80.000 personas, de ahí que solo tres de los 20 propuestos por España, Portugal y Marruecos pasan el corte. La obra faraónica de los norafricanos tiene su origen en la candidatura que se presentó para el Mundial 2010. Porque para el fútbol marroquí la cita de 2030 cumple un anhelo perseguido durante años. De los primeros bocetos al proyecto adjudicado hay una diferencia de casi 30.000 espectadores.
Como curiosidad, el colosal estadio de Benslimane, la ciudad a 45 kilómetros de Casablanca en la que se ubicará, pudo llevar la firma de Cruz y Ortiz, estudio de arquitectura español. Al grupo sevillano se le asignó este proyecto en 2018, cuando Marruecos se presentó como candidato en solitario para un Mundial que se llevó el trío de EEUU, México y Canadá. En el concurso para 2030, la firma elegida resultó Populous, en colaboración con la compañía franco-marroquí Oulalous + Choi.
Entorno verde y 12.000 espectadores en palcos VIP
El Grand Stade Hassan II es un campo muy vistoso inspirado en las ‘caïdales’ (tiendas de campaña) y en los ‘moussem’, eventos culturales que se desarrollan en Marruecos, protagonizados por el pueblo bereber. Tiene un entorno verde y boscoso de más de 58.000 hectáreas. En los alrededores hay lagos, cuevas, colinas, ríos y valles. De hecho, la región es reconocida por sus rutas de senderismo, lo que afianza una imagen de sostenibilidad que el estudio quiere vender.
Según la descripción del proyecto, el feudo que aspira a la final del Mundial 2030 ha apostado por una amplia zona VIP, con capacidad para hasta 12.000 espectadores. La categoría ‘Hospitality’ es una de las más valoradas por la FIFA. Al igual que el Bernabéu, su rival marroquí tiene un techo cubierto, hecho de una celosía de aluminio. “La geometría del tejado se sustenta en un anillo de 32 filas de escaleras que crean puertas monumentales con exuberantes jardines situados sobre plataformas elevadas”, explican los arquitectos, quienes recalcan en la hoja de servicios que el objetivo es “albergar la final”.
“Con esta obra se buscan crear experiencias excepcionales para cada aficionado y cada visitante. Es una piedra angular de la visión del Rey Mohammed VI para desarrollar la infraestructura futbolística de Marruecos con la que el país se situará en lo más alto”, describe François Clément, presidente de Populous France y arquitecto principal del proyecto. Esta declaración es la más importante, porque muestra el carácter estratégico que tiene la obra para la monarquía marroquí.
El coste estimado de 490.000 euros será asumido en gran parte por el erario púbico. Más allá del Mundial, el Grand Stade Hassan II será donde jueguen de locales el Raja y el Wydad. Los dos equipos más laureados de un país que vivirá con la Copa Africana de Naciones 2025 el ensayo general para el Mundial 2030. Marruecos ha entendido la cita como un golpe de efecto que se inició con la gran actuación del combinado que dirige Walid Regragui. Los ‘Leones del Atlas’ finalizaron en cuarta posición.
Trabajo en la sombra de Marruecos
Desde hace años, la federación que preside Fouzi Lekjaa lleva invirtiendo en instalaciones y realizando una captación efectiva de jugadores que, pese a no nacer en Marruecos, sí se sienten vinculados al país de sus padres y madres. Es lo que consiguieron con Achraf Hakimi, jugador del PSG y nacido en Madrid, o el más reciente caso de Brahim Díaz, quien fue ‘fichado’ por Marruecos después de estar en las inferiores de la selección española.
El reino africano ha ido un paso por delante en la candidatura para el Mundial 2030. Fue el encargado de iniciar las conversaciones con Ucrania para una ampliación de la candidatura que finalmente no fructificó. Anunció antes que España sus propuestas para un Mundial 2030 que también se conoció antes en Marruecos tras la adjudicación a Argentina, Paraguay y Uruguay de los partidos inaugurales de sus selecciones. Lekjaa no ha dejado de hacer campaña activa en todos los foros de la FIFA en los que participa.
Aunque en público juega la baza de las potencialidades del Grand Stade Hassan II, en privado, según informa la prensa oficialista del país, se pone sobre la mesa el argumento de la crisis de gobierno de la RFEF. Acaba de hacerse firme la inhabilitación de su presidente, Pedro Rocha, por dos años. El extremeño sustituyó a Luis Rubiales, gran artífice de la candidatura mundialista, y suspendido tras el beso no consentido a Jenni Hermoso.
Para defender su candidatura, la Federación había cerrado filas en los últimos tiempos con la FIFA y la UEFA en contra de la intromisión del Gobierno, con el que se abrió otro cisma tras conocerse las 11 sedes del Mundial 2030. Una lista de las se quedó fuera de modo justificado Vigo y Valencia. Mientras, al otro lado del Mediterráneo, Marruecos cierra filas y mueve sus hilos buscando el gran sueño de la final en medio de las debilidades que la parte más fuerte de la candidatura pueda mostrar.