El 10 de mayo, Kylian Mbappé anunció que se iba del PSG. Un jarro de agua fría para el club de Luis Enrique, pero mucho más para la Ligue 1 de Francia, que se hallaba en plena negociación por los derechos televisivos. La presencia del delantero era el garante de una comisión que se fue al traste y que fue complicado el acuerdo hasta el punto de que en algunos mercados el campeonato francés sigue sin retransmitirse. Casi con la liga empezada, la patronal gala llegó a un acuerdo con DAZN, que ha relevado a Canal+ generando un conflicto.
Un 20% de los franceses utiliza IPTV
El aumento de los precios, a pesar del importe abonado por la plataforma (400 millones, menos de la mitad de lo que pedía la patronal), ha provocado una espiral de descontento que se ha traducido en sabotajes a los equipos de televisión y ha disparado la piratería. Bajo confesión, uno de cada cinco franceses admite ver los partidos de su equipo en Francia a través de IPTV, sistemas ilegales, aunque bajo pago, que permiten ver las retransmisiones deportivas. Y un 10% más lo haría, porque hasta el 60% comprende esta práctica, según una encuesta de Odoxa.
La razón principal está en el precio. El acuerdo con DAZN es similar al que tiene con LaLiga en cuanto que no retransmite la totalidad de los partidos. La OTT sí tiene los derechos sobre los diez partidos más destacados de la temporada, como los PSG contra Olympique de Marsella y Olympique de Lyon ante el AS Saint-Etiene, entre otros. Los son de 29,99 euros al mes con el compromiso de un año y de 39,9 sin compromiso para ocho de los nueve partidos. El ‘Plan Fútbol’ de DAZN en España, que incluye cinco partidos de Liga por jornada, Premier, Serie A o Bundesliga arranca en 19,99 euros al mes.
El desagrado con el acuerdo al que ha llegado la Ligue de Football Professionnel con el operador británico viene de atrás. Según un 70% de los franceses, el vínculo entre ambas partes no ha estado a la altura de una licitación en la que el órgano responsable del fútbol en el país vecino pidió hasta 1.000 millones de euros. Lo hizo cuando todavía estaba Mbappé en el PSG, el único club que aguanta el tirón a pesar de la salida de su estrella al Real Madrid.
Greenwood es el ‘nuevo’ Mbappé
Uno de sus grandes rivales antaño, el Olympique de Lyon vivió una convulsa pasada temporada que le obligó a poner en venta a todos sus jugadores este mercado de verano para equilibrar las cuentas. Tenía que comercializar activos por valor de 100 millones, pero no ha llegado ni a 40. El único efecto compensatorio que se ha dado en la Ligue 1 hasta el momento ha sido con la llegada de Mason Greenwood al Olympique de Marsella después de su renacer en Getafe, el equipo que acogió al ex del Manchester United tras un juicio por agresión sexual que decayó al retirarse los cargos.
La primera licitación de los derechos televisivos de la Ligue 1 salió en septiembre, cuando Vincent Labrune aspiraba a lograr 1.000 millones de euros, 800 de los derechos nacionales y 200 de los internacionales. El acuerdo se cerró en 500 millones totales, la mitad de lo esperado, 400 de DAZN y 100 de BeIN Sports, canal de Qatar, país propietario del PSG, que se ha comprometido a abonar 100 millones por un solo partido, en principio, el mejor de cada jornada. Por tanto, si un francés quiere tener toda la competición nacional debería añadir otros 15 euros al importe mensual, hasta un total de 54.
El problema para los clubes llegó la semana pasada, cuando en vísperas de la asamblea de Foots Unis, que agrupa a los equipos profesionales de primera y segunda división, recibieron un correo. La misiva electrónica indicaba que el primer pago de los derechos televisivos para la temporada 2024/2025 se reducía un 24%, porque BeIN Sports no había pagado su parte. El canal de Oriente Próximo ya incurrió en un retraso al final de la pasada temporada, dejando en el aire 38 millones.
Sabotaje y punteros láser contra las televisiones
BeIN Sports recuperó este verano los derechos de la Ligue 2, en la que compiten hasta 18 clubes. Lo hizo a razón de 40 millones por cada una de las cinco temporadas que durará el vínculo. El cambio no ha ido a mejor. El operador ha programado partidos en viernes y lunes, como ocurre en España, pero a lo que no estaban acostumbrados los hinchas de una división en la que militan equipos como el Metz, Lorient, Bastia, Guingamp, el Paris FC -que busca ser una alternativa al PSG- o el Troyes -abandonado a su suerte por el City Group-.
Mientras que en LaLiga la medida de mover fuera del fin de semana de los partidos ha sido respondida con protestas, pero sin efectos reales, en la Ligue 2 han ido un paso más allá. Durante el Lorient-Grenoble y el Red Star-Ajaccio, los aficionados boicotearon las retransmisiones apuntando con láseres a los cámaras de BeIN Sports.
En el primero de los partidos, 70 ultras del equipo visitante atacaron a la unidad móvil del canal, robaron material y pintaron el autobús. La plataforma consideró el partido de algo riesgo y no desplazó narradores al campo, donde se exhibieron carteles, con la autorización del Lorient, que ponían: “BeIN mata la Ligue 2”.
Misma situación en el Metz-Bastia, suspendido por el lanzamiento de bengalas o pelotas de tenis. La lista de incidentes se incrementa cada semana, con acciones activas frente a las retransmisiones y la empresa audiovisual. La violencia ultra fue otro de los argumentos que comprometieron el poder de la LFP. En octubre de 2023, Fabio Grosso, entrenador del Olympique de Lyon, aparecía con la cara totalmente ensangrentada. La consecuencia del apedreamiento del autobús del equipo del sureste de Francia por parte de los ultras del Marsella.
Los peligros de CVC con la Ligue y LaLiga
Esto sucedió en plena negociación por la venta de los derechos audiovisuales al exterior, que han tenido una difícil salida. Las primeras jornadas de la Ligue 1 no se han visto en países como España tras la incapacidad de la patronal para llegar a un acuerdo. A esto hay que sumarle un condicionante con el que también lidia LaLiga, y es que el fondo CVC ostenta el 20% de los ingresos por esta partida. En el caso de la competición española, el pacto se cerró en un préstamo de 1.990 millones de euros para infraestructuras a cambio del 9% de los derechos generados en 50 años.
Una cantidad que los clubes tendrán que devolver y que está generando los primeros debates. “Para qué quiero un chalet de 300 metros cuadrados si no tengo para comer”, denunció este martes Felipe Miñambres, director deportivo del Levante UD, aludiendo a la falta de carácter estratégico de las inversiones. Cabe recordar que solo Real Madrid, Barcelona y Athletic, de Primera, votaron en contra, así como el Ibiza de Segunda, ahora en Primera RFEF. El club azulgrana finalmente se bajó del carro de los díscolos.
En Francia, CVC aprovechó la posición de debilidad que no encontró en la Bundesliga, que rechazó de pleno el acuerdo con el fondo. En la Serie A fue un voto de diferencia el que echó para atrás el acuerdo. Para la Ligue 1, su situación depende ahora del capital riesgo, después de que los ingresos por TV se hayan reducido un 32% y los costes haya aumentado un 75%. Un bloque de difícil salida agravado por la salida de Mbappé a LaLiga, quien incluso antes de aterrizar en Madrid ha generado un valor positivo que se multiplicará en los próximos meses, tanto para el su equipo como en las competiciones que juegue. Ninguna será la Ligue 1, atrapada por una ineficaz gestión.